El espectacular salto de agua situado en medio del bosque que no te puedes perder

Hay muchos saltos de agua en Cataluña, llamados comúnmente gorgs, y aunque no estemos en verano también podemos hacer una excursión hacia estos lugares tan fantásticos.

En este caso estamos hablando de El Salt de Can Batlle que se encuentra en Girona, exactamente en el pueblo de Sant Pau en la Reserva Natural de la Zona Volcánica de la Garrotxa, aunque es más conocido por su castillo medieval.

Parque de la Zona Volcánica de la Garrotxa catalunya.com

El Salt de Can Batlle se sitúa en medio del bosque, aunque su acceso es fácil: su recorrido es sencillo, no tiene distancias ni pendientes elevadas, por lo que es apta para todos los públicos siempre y cuando se tomen las debidas precauciones. Es una ruta lineal con una duración aproximada de 1 hora y un total de 5 kilómetros y puedes hacerla todos los meses del año, si lo deseas.

Cómo llegar

Para comenzar esta ruta es necesario ir en coche por la carretera GIV-5241, que une Santa Pau con Olot. A lo largo de la carretera hay varias zonas donde poder estacionar el coche, ya que hasta el Salt de Can Batlle solamente se puede acceder caminando. El parking más cercano es un descampado situado cerca de la Masia Can Batlle o aparcarlo en Santa Pau.

Una vez aparcado el coche, la ruta se hará caminando. Hay varios carteles que indican el camino por lo que es fácil guiarse. A lo largo del sendero hay una serie de bifurcaciones que llevan a alguna casa o granja, a la que solamente pueden acceder los vecinos de la localidad. Es fácil guiarse siguiendo siempre las indicaciones del sendero GR-2 señalizado con marcas blancas y rojas. 

Una vez pasadas estas indicaciones te adentrarás en un bosque repleto de hayas y robles, en el que encontrarás un puente que hay que cruzar para llegar a Salt de Can Batlle donde se podrán observar unas maravillosas vistas. 

Piscina Natural de Can Batlle Freepik

Una vez cruzado el puente, toca descender hasta la base del salto. Aquí hay que tener mucho cuidado para no resbalarse con las piedras, ya que es un descenso rocoso. Pasado el puente hay dos posibles caminos para bajar, sin embargo, según recomendaciones de ciudadanos que han realizado la ruta, la mejor opción es tomar la segunda bajada donde hay unas escaleras. Aunque hay que tener cuidado, porque al ser un ambiente húmedo y repleto de barro resbala bastante. Una vez en la parte baja, podrás darte un chapuzón y disfrutar de las sorprendentes vistas.

En el caso de no querer descender, se puede tomar otro camino que hay nada más pasar el puente. Solamente se tendrá que seguir recto hasta llegar a la parte alta de la cascada. En esta zona hay otro charco de agua donde se podrá descansar y darse un baño. Para volver al parking hay que seguir el mismo recorrido realizado siguiendo las respectivas indicaciones.

Con estas indicaciones, ¿quién se apunta para ir?