Cataluña es una zona especialmente privilegiada por su diversidad y riqueza cultural. Rica gastronomía, parajes increíblemente bonitos y un sinfín de lugares mágicos, especiales y únicos. Como este pueblo que nos retrotrae a Venecia.
Puede parecer exagerado, pero si leen este artículo pueden ver que no lo es tanto. No hay ciudad catalana con tantos canales y embarcaciones en la puerta de casa como en Empuriabrava. Solo le faltan los gondoleros.
Si bien en Venecia hay mucha historia de siglos, la de este rincón de la Costa Brava es mucho más reciente. No tiene ni un siglo de historia. Pero en este breve tiempo, ya se ha convertido en un área residencial de lujo.
Así es la historia de Empuribrava
El proyecto de urbanización comenzó a gestarse entre los propietarios de las tierras donde se cultivaba arroz, en la zona costera. En 1964 se realizaron los primeros intentos urbanizables, aunque no fue hasta el año siguiente, en 1965, cuando se presentó ante el ayuntamiento el proyecto urbanístico. En 1967, pese a las críticas recibidas por parte del sector agrario de la zona, comenzaron a construirse los primeros canales y viviendas.
En poco tiempo, esta propuesta se convirtió en un éxito. Su localización la hacen tan especial como atractiva y se ha ganado un hueco destacado en el llamativo turístico de la Costa Brava. Si bien es cierto que solo las primeras líneas de playa tienen contacto con el mar, hay pocas casas que no estén conectadas directamente con él. Y de allí, que la mayoría de viviendas tengan además del coche aparcado en la puerta, el barco o lancha amarrado en el canal.
El modelo seguido para la construcción de este complejo era el de la marina residencial de alto nivel, inspirada en otros casos de similares características que se habían realizado en Florida (Estados Unidos). Todos ellos, eso sí, emulaban siempre el estilo veneciano clásico. Y se puede decir que, más o menos, lo han conseguido.
Como pasa en la ciudad italiana, los canales son una calle más. Todos ellos llegan hasta el patio trasero de cualquier vivienda y allí dejan sus otros vehículos. Es allí donde se encuentran las embarcaciones de gran lujo (y también barcos más modestos). Una de las imágenes más representativas de esta ciudad.
Qué ver y qué hacer en Empuriabrava
Con estas características, Empuriabrava se ha convertido en la marina residencial más grande de Europa, con casi 24 kilómetros de canales navegables y un inmenso puerto deportivo. Allí residen cerca de 4.000 personas y se ha convertido en destino turístico por lo llamativa que es su construcción.
Pero uno, no solo va para ver cómo se vive allí. También merece la pena pasearse entre sus calles y canales y descubrir los otros encantos que tiene la ciudad. Tiendas, restaurantes y espacios para vivir la vida al máximo.
¿Cómo llegar a Empuriabrava?
Empuriabrava se ha convertido en un sitio de referencia para aquellas personas que buscan vivir el deporte de aventura, con distintos lugares para hacer salto en paracaídas o la posibilidad de alquilar alguna embarcación para uso recreativo. Y si se desea una actividad más cultural, muy cerca se encuentran las ruinas de greco-romanas de Sant Martí d’Empúries y el pueblo medieval de Castelló d’Empúries.
Quien se quiera acercar hasta allí, no hace falta que lo haga por mar, por carretera también vale. Se trata de ir por la AP-7 y tomar la salida de Figueres/AVE. Una vez allí se ha ir por la N-II hasta el desvío de Castelló d’Empúries, a la que se llega por la C-260. Una vez pasada esta población, en nada se llega a destino.