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Coches nuevos sin grandes gastos: así está cambiando el renting la movilidad en España

Esta modalidad de uso de vehículos gana terreno en nuestro país por unas ventajas que desgranamos en este artículo

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El renting de vehículos en España ha experimentado un crecimiento notable en los últimos años, consolidándose como una alternativa atractiva a la compra tradicional de automóviles. Según datos de la Asociación Española de Renting (AER), en 2015, la flota de vehículos en renting era de 447.623 unidades. Para 2020, esta cifra aumentó a 748.388 vehículos, lo que representa un crecimiento del 66,07% en un lustro. Además, el peso del renting en el sector de la automoción pasó del 14,22% en 2015 al 20,35% en 2020. Este incremento se debe, en parte, a que el 23% de los conductores españoles están dispuestos a utilizar el alquiler de vehículos como alternativa al coche en propiedad, según el Estudio de la Movilidad del Futuro 2025 de Europcar Mobility Group.

Entre las opciones de movilidad a largo plazo, el 34% de estos conductores prefiere el renting, especialmente los jóvenes de 18 a 35 años. ¿La razón principal? El dinero, sin lugar a dudas. Los ofertones de última hora de empresas como Crazy Renting permiten optar a modelos nuevos y cambiarlos cada poco tiempo, lo cual es sumamente atractivo, pero el motivo por el que tantas personas se están pasando al renting es tan simple como que resulta barato a largo plazo que invertir en un coche nuevo. Vamos a explicar por qué.

Coche nuevo sin una gran inversión inicial

Cuando decides comprar un coche, el desembolso inicial es uno de los aspectos más dolorosos para el bolsillo. Aunque optes por financiarlo, siempre hay que afrontar una entrada que puede superar fácilmente los 5.000 euros, sin contar los intereses del préstamo. En cambio, el renting no exige una inversión inicial tan grande. En la mayoría de los casos, solo pagas una cuota mensual fija sin sorpresas desagradables.

Esto significa que puedes disponer de un coche sin tener que vaciar tu cuenta bancaria de golpe, algo que para muchas personas marca la diferencia entre poder permitirse un coche nuevo o no. Además, cuando compras un coche, el precio del seguro suele ser más elevado, sobre todo si es nuevo. En el renting, el seguro suele estar incluido en la cuota, lo que evita un gasto extra que normalmente se suma al préstamo del vehículo. 

Puedes acceder a las mejores marcas y modelos

Uno de los grandes gastos de tener un coche es el combustible. Los modelos más antiguos suelen consumir más, lo que supone un gasto continuo en gasolina o diésel. Con el renting, sueles tener acceso a coches más nuevos y eficientes, lo que se traduce en un ahorro en cada kilómetro recorrido. Además, con la llegada de los coches eléctricos e híbridos, el renting se ha convertido en una opción aún más atractiva. Muchos contratos incluyen opciones para estos vehículos, lo que permite acceder a la movilidad eléctrica sin la enorme inversión inicial que supone comprarlos. De esta forma, no solo ahorras en combustible, sino también en impuestos y restricciones de circulación en ciudades con normativas más estrictas, y puedes permitirte conducir modelos a los que no podrías acceder de otra manera. 

Un ejemplo de esto son los Tesla, coches eléctricos de gran calidad, pero con un alto precio de mercado. Sin ir más lejos, el Tesla Model 3 Gran Autonomía RWD cuesta 45.000 €, cifra nada desdeñable y que exige una entrada alta en el primer pago, y eso sin contar que tendrías que contratarle un seguro que no bajaría de los 1.000 anuales. En cambio, con Crazy Renting puedes disfrutar de este mismo modelo con todo incluido desde solo 717 € al mes.

El mantenimiento y las averías se incluyen en el precio

Tener coche propio implica hacerse cargo de su mantenimiento, y eso no es barato. Las revisiones periódicas, los cambios de aceite, la sustitución de neumáticos y las reparaciones imprevistas pueden sumar cientos o incluso miles de euros al año. Con el renting, estos gastos están cubiertos en la cuota mensual, por lo que no tienes que preocuparte si el coche necesita una visita urgente al taller.

Una simple avería en el motor puede disparar los costes de mantenimiento de un coche en propiedad, mientras que en el renting no tienes que desembolsar ni un euro extra. Y si el coche tiene un problema grave, en lugar de quedarte sin vehículo durante días, la empresa suele proporcionarte uno de sustitución. Eso no solo supone un ahorro en dinero, sino también en tiempo y preocupaciones.

No le afecta la depreciación del vehículo

Un aspecto que muchas personas pasan por alto cuando compran un coche es la pérdida de valor con el tiempo. En cuanto el vehículo sale del concesionario, su precio baja automáticamente, y en tan solo cinco años puede valer la mitad de lo que pagaste. Por tanto, si en algún momento decides venderlo, recuperarás solo una fracción del dinero invertido.

El renting te libra de este problema porque nunca eres el propietario del coche: cuando termina el contrato, simplemente lo devuelves y puedes elegir uno nuevo sin preocuparte por cuánto ha perdido de valor. Esto significa que no tienes que preocuparte por negociar un precio de venta, ni por la incertidumbre de cuánto te pagarán por él en el futuro. Al finalizar el contrato, puedes cambiar de modelo o, simplemente, devolver el coche sin mayor preocupación.

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