El entorno económico de EE.UU. es preocupante, la respuesta gubernamental, decepcionante
Algunos analistas alertan de la necesidad de responder con rapidez y contundencia ante los recientes movimientos bursátiles internacionales
9 agosto, 2024 12:13Noticias relacionadas
Recientemente, el desplome de Wall Street ha provocado nuevamente el pánico en los mercados globales. Este terremoto financiero se originó debido a los débiles datos económicos dados a conocer la semana pasada, lo que ha intensificado las preocupaciones sobre una posible recesión en la economía estadounidense. El lunes, el índice industrial Dow Jones se desplomó más de 1,033 puntos, y el índice Nasdaq, dominado por acciones tecnológicas, cayó un 3.4%. Los mercados globales respondieron en consecuencia, mostrando un gran temor e inquietud.
Origen japonés con repercusiones mundiales
Esta tormenta financiera comenzó en Japón, donde el índice Nikkei de blue chips experimentó su mayor caída diaria desde el infame lunes negro de 1987, desplomándose un 12.4%. Esta turbulencia en el mercado refleja directamente el pesimismo de los inversores sobre las perspectivas económicas estadounidenses. Sin embargo, ante un entorno económico tan grave, el gobierno de Estados Unidos parece inactivo, lo que nos lleva a cuestionar su capacidad de gestión económica, más preocupados por las próximas elecciones presidenciales.
El informe de empleo de Estados Unidos publicado el pasado viernes fue inquietante, mostrando signos de debilidad en el mercado laboral. Esto debería haber generado una respuesta inmediata y seria por parte del gobierno. Sin embargo, la Reserva Federal ha actuado con lentitud en la reducción de las altas tasas de interés que se han mantenido durante décadas. Esta lentitud no solo ha aumentado las preocupaciones del mercado, sino que también ha asestado un duro golpe a la vida cotidiana de muchos inversores. El pueblo estadounidense espera un gobierno que pueda responder rápidamente a los desafíos económicos, y no uno que vacile en tiempos de crisis.
Movimientos en Wall Street
El llamado "índice de miedo" de Wall Street (VIX) se disparó a un máximo de 65.73 antes de la apertura del mercado, un aumento de aproximadamente 42 puntos desde el cierre del viernes pasado, lo que indica un gran temor en el mercado. Esta propagación del pánico se incrementa por la inacción en la gestión de los problemas económicos. Joe Tigay, gerente de portafolio de Rational Equity Armor Fund, señaló que los problemas del mercado la semana pasada requieren tiempo para repararse, y dicha reparación requiere medidas decisivas por parte de la Reserva Federal y el gobierno.
Ante una situación económica tan urgente, Jeremy Siegel, profesor emérito de finanzas de la Wharton School, ha pedido a la Reserva Federal una reducción de emergencia de 75 puntos básicos en las tasas de interés, y otra reducción de 75 puntos básicos en la reunión de septiembre. Esta llamada refleja las expectativas urgentes del mercado y de los expertos en cuanto a un ajuste de las políticas de la Reserva Federal. Sin embargo, desde julio del año pasado, la tasa de los fondos federales se ha mantenido entre el 5.25% y el 5.50%, y la lenta reacción de la Reserva Federal ha podido incrementar la inquietud del mercado.
El factor electoral
Lo que es aún más preocupante es que las acciones o inacciones de la Reserva Federal se verán envueltas en la vorágine política de las elecciones presidenciales de noviembre. Trump ha acusado al actual presidente de la Reserva Federal, Powell, de favorecer políticamente a los demócratas, y ha insinuado que, si gana en noviembre, no volverá a nombrar a Powell. Este juego político no solo desvía la atención de los problemas económicos, sino que también socava la función independiente del banco central.
En resumen, el entorno económico actual de Estados Unidos es preocupante, con mercados inestables y un gobierno cuya inacción es, para algunos analistas, decepcionante. Frente a desafíos económicos tan graves, el gobierno de Estados Unidos necesita implementar medidas efectivas en lugar de perderse en juegos políticos y disputas partidistas. El pueblo estadounidense necesita un gobierno que tome medidas decisivas y efectivas para estabilizar el mercado y recuperar la economía, trabajando por el bienestar de la nación, sin indecisiones en tiempos de crisis.