Primeras planas

Hacer un Puigdemont y el cante de las Martas

Anna Gabriel, la mujer que arrojó a Mas a la papelera, se queda en Ginebra. El PP se arma el taco con la lengua. Guindos, vicepresidente del BCE por incomparencia del rival

20 febrero, 2018 09:52

La indómita cupera Anna Gabriel ha tocado el dos y se ha dado el piro a Ginebra, que no es precisamente un santuario antisistema como Caracas o La Habana. Se suponía que la mujer que arrojó a Mas a la papelera por liberal, burgués y derechoso tiraba más hacia el Caribe, pero prefiere las comodidades suizas para hacer el Puigdemont. 

En teoría, el papel de Gabriel en la revolución republicana era el de figurante, el flequillo irredento que levantaba el puño al lado de Gabriela Serra y junto a Puigdemont cuando se declaró la independencia en la escalinata del Parlament. Si Boya no fue a la trena tras deponer ante Llarena difícilmente podía aspirar su colega al martirio de la cárcel. El autoexilio es más cómodo que deponer como alma en pena en sede judicial y según la verborrea cupera ayuda a la internacionalización del sainete del Pelocho.

Así es que Gabriel pasa de Llarena y se declara en rebeldía, fugitiva como Puigdemont, libre como una gacela por las calles de Ginebra con su joven abogado Olivier Peter. Mientras tanto, los Comités de Defensa de la República preparan un recibimiento de altura para Felipe VI y Mar Ampurdanés nos perdona la vida con el patrocinio de las autoridades incompetentes.

elperiodico.200

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El republicanismo está roto. Sus dirigentes se echan los trastos a la cabeza en el Tribunal Supremo y largan contra el ido de Waterloo. En El Periódico, Ángeles Vázquez traza la crónica de las cantadas de las Martas: "Parecía difícil que las declaraciones judiciales acordadas por el juez del Tribunal Supremo (TS) Pablo Llarena aportaran algo nuevo a lo que se sabía del 'procés'. De ahí la sorpresa que ha suscitado que la secretaria general de ERC, Marta Rovira, declarara que al ver la violencia que se estaba produciendo el 1-O pidió al entonces presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, suspender la votación, durante una reunión de los partidos soberanistas. El 'expresident' lo descartó al entender que con el número de personas presentes en los colegios sería complicado llevarlo a cabo".

Eso y que Rovira estuvo a punto de dejarlo tras el referéndum, pero que se mantuvo al pie del cañón para no descabezar ERC con Junqueras ya en Estremera. Pascal, por su parte, relató sus discusiones con Puigdemont en Bruselas. El drama continúa hoy con Artur Mas y la alcaldesa de Vilanova i la Geltrú, Neus Lloveras, excoronela de los municipis indepes que veía la república a tocar, nomás que a la vuelta de la esquina. Ni con la baja de Gabriel pierde interés la comedia en el Supremo. ¿República catalana? Ah, eso, cosa simbólica, una declaración unilateral por si colaba.

En El Nacional, Jordi Barbeta da el parte del estado mayor flamenco y describe con todo lujo de detalles el papel que se reserva el represidente Puigdemont: "Según las escasas informaciones que circulan sobre las negociaciones entre JxCat, ERC y la CUP, el president Puigdemont, como president de Catalunya, tendrá como atribuciones principales la designación del jefe del Govern y la potestad de decidir la convocatoria de nuevas elecciones cuando proceda. Además, asumirá, por supuesto, la dirección estratégica del Govern fijando la prioridad en la internacionalización del conflicto". Y sin salir del casoplón en la calle de los Abogados.

El Gobierno de Rajoy se ha metido en un jardín lingüístico del que no sabe como salir. Olga R. Sanmartín y Marisol Hernández apuntan en El Mundo las dificultades del tránsito entre el dicho y el hecho: "La Alta Inspección del Estado, encargada de «velar» por el cumplimiento de los derechos lingüísticos, tiene un equipo en Cataluña de ocho personas: la directora, un alto inspector, un docente, la secretaria y cuatro funcionarios administrativos. «Sin una Alta Inspección reforzada no podrán hacer nada, porque los inspectores tienen que ir a los colegios para comprobar que efectivamente se da la clase en castellano», explican las fuentes consultadas".

Sigue la crónica: "Antes de esa fase de vigilancia, Méndez de Vigo tendrá que asegurar que haya oferta en castellano, algo que no se ha producido hasta ahora salvo en casos puntuales obligados por la Justicia. Los servicios jurídicos del Gobierno están buscando la fórmula adecuada para garantizar esa oferta sin pasar por encima de la Ley de Educación Catalana. El Ministerio ha recibido varias sugerencias de las asociaciones afectadas y expertos. Tiene sobre la mesa la propuesta del PP catalán, que contempla «revisar» la programación educativa «garantizando que, en cada municipio o zona de escolarización, al menos un centro de Primaria y un centro de Secundaria sostenidos con fondos públicos ofrezcan vehicularidad de las dos lenguas oficiales, catalán y castellano, además del aranés para los municipios de la Vall d'Aran»".

Todo esto de montar colegios para raros sin renunciar a la casilla en la preinscripción, que serviría para hacer una encuesta y que en los colegios se enteren de qué padres son unos facciosos anticatalanes.

Guindos será vicepresidente del BCE, pero nadie se atreve a hacer quinielas sobre su sustituto. Rajoy busca un ordenanza disciplinado que se maneje en inglés.

20 de febrero, santoral: Eleuterio de Tornai, León de Catania, Serapión de Alejandría y Tiranión.