
Habla el Extranjero
En el Congo en guerra, el doctor Mukwege ya atiende a las nietas de sus primeras pacientes
Ayer The New York Times informaba al detalle el próximo acuerdo para que los Estados Unidos exploten las “tierras raras” y otros recursos minerales de Ucrania, y las contrapartidas que el desdichado país supuestamente obtendrá acambio de su patrimonio. Ya estamos avisados de que las próximas guerras vendrán también por los menguantes recursos, por el agua, por los minerales preciosos, por las tierras raras.
Suponiendo que la prensa española contará también estos días el lodazal de las tierras raras ucranias, hoy miramos hacia el sur y damos eco a la llamada de socorro que lanzó hace unos días en el mismo The New York Times el doctor ginecólogo Denis Mukwege, el fundador del Hospital y la Fundación Panzi y laureado con el Premio Nobel de la Paz de 2018 por sus esfuerzos para reparar los efectos de la violencia sexual sobre miles de mujeres en el Continente Negro. Pone el acento en un conflicto que se arrastra desde hace 30 años –una guerrilla llamada M23, respaldada por Ruanda, invade, saquea y explota los recursos del país, mientras batalla con el ejército regular del Congo.
Se duele el benéfico doctor de que a nadie le conmueve lo que sucede en su país: “El mundo está presenciando una nueva era de conflictos. (…) Sin embargo, la guerra que se desarrolla en la República Democrática del Congo sigue siendo una idea secundaria. (…) Este marcado contraste no es sólo negligencia; es justicia selectiva".
“El mes pasado, Goma, la ciudad más grande del este del Congo, cayó en manos del grupo rebelde M23, respaldado por la vecina Ruanda, como parte de la campaña de una década del grupo para controlar el territorio, rico en minerales, de la región".

Desplazados en Goma (República Democrática del Congo)
"El asalto a Goma resultó en casi 3.000 muertes sólo en la primera semana y miles de heridos. Hoy, los hospitales en Goma están desbordados, con muchos pacientes siendo tratados en tiendas de campaña improvisadas para manejar el exceso. El suministro de sangre está bajo presión, el costo de los alimentos se está disparando y el acceso al agua, la electricidad e internet está severamente limitado. La ONU ha descubierto que en el caos, más de 100 reclusas de una prisión fueron violadas y luego quemadas vivas cuando la instalación se incendió".
“El Congo viene siendo azotado por la guerra desde hace casi tres décadas. Millones de personas han sido desplazadas, y la violación se ha utilizado constantemente como arma de guerra. (…) Más de seis millones de personas han muerto, convirtiéndolo en el conflicto más mortífero desde la Segunda Guerra Mundial. Pero muchos de nosotros que vivimos en el Congo creemos que el número real es mucho mayor. Y el mundo permanece en gran parte en silencio".
“Soy un médico congoleño. Durante 30 años, he reparado los cuerpos de mujeres brutalizadas por esta guerra. Hoy estoy tratando a las nietas de mis primeras pacientes. En el Hospital y Fundación Panzi, el centro de salud y organización no gubernamental que fundé en 1999, hemos tratado a más de 83.000 sobrevivientes de violencia sexual. Miles han llegado embarazadas de sus atacantes. El 30% de las supervivientes de violencia sexual que vemos son niñas. Los patrones de terror son inconfundibles: aldeas quemadas, familias masacradas, mujeres violadas —no como daño colateral, sino como un arma calculada de guerra, diseñada para infundir miedo, borrar comunidades y dominar-".
“Ruanda eligió sabiamente su momento para adentrarse más en el Congo. Cuando el M23 invadió en 2012, la presión internacional —particularmente de los Estados Unidos— obligó al gobierno ruandés a retirar su apoyo. Su ocupación de Goma terminó en menos de dos semanas. Pero hoy esa presión está ausente. Mientras el mundo y los medios se fijan en los primeros días de la administración Trump, Ruanda aparentemente ha visto una oportunidad para actuar sin consecuencias. Expertos reunidos por las Naciones Unidas han detallado la explotación ilegal de los minerales raros del Congo por parte de Ruanda. Y ahora, con la atención global centrada en otros lugares, Ruanda ha escalado su agresión —aparentemente sabiendo que es poco probable que sigan consecuencias significativas-. (Ruanda ha negado repetidamente cualquier participación directa en el Congo)".

Quema de neumáticos delante de la Embajada de Bélgica en Kinshasa durante protestas tras la toma de Goma por el grupo rebelde M23
“Mi país alberga enormes reservas de los minerales esenciales para la tecnología moderna. Produce más de la mitad del cobalto del mundo y contiene del 60 al 80% del coltán mundial. Desde teléfonos inteligentes hasta vehículos eléctricos, la sociedad moderna funciona con minerales congoleños.”
(Nota: al coltán se le llama el “oro negro” y en Congo se halla la mayoría de las reservas mundiales. Se trata de un mineral de propiedades únicas con grandes aplicaciones en la industria tecnológica moderna. Es un componente esencial en electrónica, especialmente su componente tantalio, fundamental para la fabricación de condensadores utilizados en dispositivos electrónicos como smartphones, tablets y ordenadores portátiles. Tiene otras propiedades que lo hace valiosísimo para la tecnología moderna. En fin: objeto de codicia mundial).
Sigue el artículo del doctor Mukwege:
“Durante años, el M23 ha trabajado para hacer un negocio con los minerales del Congo. El reciente informe del grupo de expertos de la ONU sobre el Congo presentado al Consejo de Seguridad indica que el M23 genera al menos $800,000 por mes de un impuesto sobre la producción y el comercio de coltán de Rubaya, un importante sitio minero que tomó el año pasado".
“La ONU, junto con múltiples estados e instituciones, dice que una parte significativa de los minerales del Congo se contrabandea a Ruanda, que ha sido ampliamente identificada como un centro de tránsito clave para los recursos extraídos ilícitamente del Congo. Desde el resurgimiento del M23 en 2021, muchos organismos internacionales, incluida la Unión Europea, han expresado su preocupación por el apoyo de Ruanda al grupo. Sin embargo, la Unión Europea firmó recientemente un acuerdo con Ruanda para apoyar las llamadas cadenas de suministro de minerales sostenibles, blanqueando efectivamente el saqueo continuo de los recursos congoleños por parte del mundo".
“Esta no es la primera vez que el mundo pasa por alto la violencia en el Congo. El 6 de octubre de 1996, las fuerzas rebeldes entraron en el Hospital Lemera en Kivu del Sur, donde yo era el director médico, y masacraron a mis colegas y mis pacientes en sus camas. Me salvé simplemente porque estaba viajando en ese momento".

Concentración en Madrid en protesta por el conflicto en el este de República Democrática del Congo
“(…) La historia se está repitiendo ahora. Después de semanas de rodear la región, propagando pánico y caos, el fin de semana pasado el M23 tomó el control de Bukavu, hogar de más de un millón de personas y el sitio del Hospital Panzi. El terror y la incertidumbre se apoderan de la población, especialmente entre aquellos que sobrevivieron a masacres pasadas… ¿Cómo responderá el mundo a esta ofensiva calculada y sistemática? ¿Cuántas vidas deben perderse antes de que este conflicto finalmente llegue a su fin?".
“El mundo tiene el poder de actuar. Todos debemos llamar a sus líderes a actuar y hacer justicia para el pueblo congoleño. Los estados y las instituciones internacionales deben defender la soberanía congoleña y sancionar a Ruanda por su continuo apoyo a los grupos armados en el Congo y el saqueo de los recursos congoleños".
“La inacción debe terminar. Nuestro pueblo merece justicia. Nuestros niños merecen un futuro”. Etcétera.