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Déjà vu. Puigdemont y Junqueras, Junqueras y Puigdemont. El dinosaurio de Augusto Monterroso, el día de la marmota, etcétera, etcétera. Los capitanes generales del Procés aún no han dicho su última palabra. Sólo la política permite tropezar muchas veces con la misma piedra. Y sólo la política permite fracasos como los de Puigdemont y Junqueras y que ambos sigan al frente de sus facciones.

La persistencia de los dos líderes es una de las causas maestras de la emergencia de formaciones como Aliança Catalana, la ultraderecha indígena que a la causa independentista aúna grandes dosis de supremacismo, racismo y xenofobia. Van contra todo y contra todos. Ñordos go home.

La primera consecuencia es que Junts y ERC endurecen sus discursos. Ya no sólo se trata de ser el más independentista, sino también el más duro con los inmigrantes. Los posconvergentes piden la cesión de las competencias en inmigración para dar cera y frenar a la Aliança. En ERC están a la espera de que de su santidad emane un mensaje o una flatulencia al respecto.

La ventaja del partido de Sílvia Orriols es su enorme e indiscutible catalanidad. A estos muchachos de la Aliança no se les puede despachar del paraíso catalán, no se les puede decir que si no están a gusto que se vuelvan a la tierra de sus padres. No, no. Ellos son parte de esa Cataluña nacionalista, herederos del "pensamiento" de Heribert Barrera y Marta Ferrusola.

"La extrema derecha catalana se 'relame' ante el retorno de Junqueras y Puigdemont", apunta la apertura de Crónica Global. En el sumario se sostiene que "Aliança Catalana, el partido de Sílvia Orriols, celebra la vuelta de los 'viejos' líderes del 'procés' y cree que les ayudará a crecer en unos futuros comicios".

Escribe Alba Carnicé: "Parece que Cataluña haya retrocedido en el tiempo. El regreso de Carles Puigdemont y Oriol Junqueras al frente de sus respectivos partidos es un flashback del procés. Aunque con una diferencia. El independentismo ha tocado fondo".

Eso es, un flashback, como en "Amanece que no es poco", el filme de Cuerda. Sigue el texto: "En este segundo asalto, Puigdemont y Junqueras tienen como reto recuperar el apoyo del votante independentista decepcionado. A la par, ambos líderes buscan su propia fórmula para ampliar su base electoral".

Y: "En el caso de Puigdemont, con un retorno cada vez más desacomplejado a la tradición liberal de Convergència en materia económica. Prueba de ello han sido las últimas votaciones de JxCat en el Congreso. Por lo que respecta a ERC, la propuesta de Junqueras pasa por ser un catch-all party de centro-izquierda para no quedarse fuera de la carrera por la Generalitat en futuros comicios".

Ahora viene la parte de los ultras de aquí: "Mientras, en el flanco nacionalista catalán, la extrema derecha de Sílvia Orriols se regodea ante los últimos datos demoscópicos. Según el último Barómetro del Centre d’Estudis d’Opinió (CEO), hasta un 5% del electorado actual de Junts se iría a Aliança Catalana".

Y: Según el CIS catalán, la extrema derecha nacionalista de Orriols es el partido que más crece, que pasaría de los dos diputados actuales a siete en caso de convocarse elecciones. Según fuentes del partido, Aliança Catalana se alimenta del descontento generalizado con los partidos tradicionales del independentismo y se erige como "la alternativa independentista real". En este sentido, son optimistas con el regreso de Junqueras y Puigdemont. Creen que su retorno alimentará aún más a su formación".

De modo que ese par de políticos causan la irrupción de la extrema derecha local mientras luchan a brazo partido contra la extrema derecha de más allá del Ebro. En El País entrevista a Junqueras, quien subraya que "ERC no tiene interés en que en España haya un Gobierno de extrema derecha". Lo dice como si Junts estuviera por la labor de que gobiernen PP y Vox.

Pero ahí está Jordi Turull, el administrador de Puigdemont para el partido, presto a replicar al beato Potato. Lo hace en una entrevista en El Diario. "Jordi Turull: “El discurso de que si no votas a Pedro Sánchez vienen el PP y Vox no nos impresiona para nada”".

Las preguntas son de Neus Tomàs y ahí va una selección de lo más interesante de la entrevista. Todo está abierto, nada está cerrado y Sánchez es muy malo.

P: ¿El PSOE ya les ha comunicado si apoyará la proposición para pedir que Pedro Sánchez se someta a una cuestión de confianza?

R: No nos han dicho nada. Nosotros les hemos dejado claro que habrá consecuencias si no se permite ni hablar de la cuestión y que no podamos debatirla. Y no nos han comunicado nada. Parecía que la iban a tumbar directamente, pero se han dado un tiempo.

P: Puigdemont afirmó que aquello que negocian en Suiza no hay forma de concretarlo cuando llega a los ministerios. ¿A qué casos se refería?

R: Pasa un poco en todos. Por ejemplo, hubo aquella conversación entre el ministro Urtasun y un diputado de ERC en la que el ministro decía que en el Consejo de Ministros le habían dicho que con Junts todos tranquilos porque se iba a aprobar el techo de gasto. Y nosotros habíamos advertido de que votaríamos en contra. No sé quién informa mal al Consejo de Ministros… O cuando negociamos la ley para el traspaso de la gestión de la inmigración. A veces cuando hablas con los ministros parece que tienen una versión que no tiene nada que ver con lo acordado en Ginebra. No sé donde se produce la distorsión, eso lo sabrá el PSOE.

P: Se lo habrán preguntado a Santos Cerdán.

R: Con Santos Cerdán la relación es muy buena y fluida, pero a la hora de trasladarlo al Consejo de Ministros muchas veces hablas con ministerios y parece que están en otro tipo de acuerdo que no tiene nada que ver.

P: El acuerdo de inmigración debería estar pactado a 31 de diciembre. Ustedes piden que la Generalitat pueda resolver sobre permisos de residencia de corta y larga duración, reagrupación familiar, órdenes de expulsión, lengua catalana, control de fronteras… ¿Dónde está encallada la negociación?

R: Siempre decimos que queremos ser más nación y menos gestoría. Y las propuestas parecen más una encomienda de gestión que una delegación de competencias. La clave es la resolución. Lo que no podemos hacer es que la Generalitat haga la propuesta de resolución y la comunicación, pero que la resolución corresponda al Estado. Con esto no puedes hacer políticas de inmigración. En materia de gestión, si hay voluntad política, y yo creo que la hay, podríamos cumplir lo pactado antes de final de año.

P: ¿Usted cree que el ministro Marlaska va a decir que sí a que los Mossos d’Esquadra tengan el control de fronteras?

R: Yo no quiero anunciar nada hasta que no esté atado y bien atado. Pero en el caso de la ley del traspaso de competencias creo que estamos en un punto en el que solo hace falta la voluntad política un poco más allá del ministro Marlaska.

P: ¿Ya no es Marlaska sino el presidente Pedro Sánchez?

R: Claro. Ante la discusión es él quien tiene que tomar una decisión de acuerdo con lo que pactamos. Creo recordar que en el tema de la inmigración el acuerdo no sale de Ginebra, sino de la negociación de los reales decretos de principios de año. Y decía que se hará una delegación para la gestión integral de la inmigración. Por lo tanto, necesitamos todos los instrumentos para hacer esa gestión.

P: ¿Estas cuestiones se resolverían con una llamada entre Sánchez y Puigdemont?

R: Seguramente. Pero de momento lo que hace Sánchez es dar por buena la interpretación que hacen Llarena y Marchena de la ley de amnistía. Ellos no lo aplican jurídicamente y Sánchez no la aplica políticamente. Por eso esa llamada no se ha producido.

P: Ha quedado claro que se fían poco de Sánchez, pero algunos dirigentes de Junts han dicho que aún se fían menos de Feijóo.

R: No es un tema de fiarte más o menos, es un tema del relato político. El PP ha hecho auténticas atrocidades respecto a nosotros. El PP avala descaradamente todo el tema del lawfare. Yo no sé si son los portavoces de la toga nostra o es al revés: la toga nostra son los representantes políticos del PP vestidos con toga. No sabemos dónde empieza una cosa y dónde acaba la otra. Para nosotros, la política que hacemos en el Congreso de los Diputados en Madrid es en la lógica casi de Asuntos Exteriores. No vamos ahí a hacer amigos ni a encontrar homólogos. Vamos a defender los intereses que entendemos que son buenos para Catalunya. Por tanto no entraremos en la discusión de “si no es este tiene que ser el otro y si no el otro”.

P: Pero que esté uno u otro depende de ustedes.

R: No. Depende de los ciudadanos.

P: Me refiero en el caso de que se recurriese a un instrumento como una moción de censura.

R: Nos decían que si llega el PP, no tendréis la ley de amnistía. Vale, como ahora. De momento el único que ha pactado con el PP es el PSOE para tener la alcaldía de Barcelona o para consagrar una cúpula judicial que digamos que es lo peor en términos de justicia en Europa. Por tanto que no nos vengan a nosotros con el PP. Quién está pactando los grandes temas con el PP es el PSOE. El discurso de que si no votas a Pedro Sánchez vienen el PP y Vox no nos impresiona para nada. Porque después ya está: saben que pueden incumplir lo que quieran y que nunca votarás en su contra. Esto ya le ha pasado a otro partido político catalán que aún prefiere seguir aguantando. Pedro Sánchez dirá que con ERC puede hacer lo que les de la gana porque le seguirán votando a favor, pero esta no es nuestra lógica. Es muy respetable, somos dos partidos distintos.

P: ¿Por qué Puigdemont no ha cumplido la promesa de dejar la primera línea política si no era escogido president?

R: Para no blanquear la prevaricación de algunos jueces. El president Puigdemont tendría que estar amnistiado y poder ejercer de diputado para poder decidir si continuaba. Cuando él dijo lo que dijo, estaba a punto de publicarse una ley de amnistía que no se ha aplicado. No seguiremos el juego al señor Llarena y al señor Marchena.

P: ¿Que el president Puigdemont y Junqueras sigan al frente de Junts y ERC complica esa unidad independentista que una parte del electorado reclama?

R: No puedo hablar por Oriol Junqueras, pero el president Puigdemont ha interpretado los aprendizajes de 2017. La gente reclama unidad de acción. Estábamos esperando el proceso interno de ERC para ver si la unidad es posible, aunque hay una cosa distinta: la apuesta estratégica de ERC para darlo todo al PSC, incluso la Generalitat a una persona que, para nosotros, representa el espíritu del 155. Si la lógica es recuperar lo bueno y lo mejor que nos llevó al 1 de octubre, nos podremos entender.

En El Nacional, la entrevista es para Lluïsa Moret, la socialista que preside la Diputación de Barcelona, es alcaldesa de Sant Boi y número dos en el partido de Salvador Illa.

El citado digital destaca esta frase: "Los ultimátums no ayudan a generar la estabilidad necesaria en estos momentos". Las preguntas son de Marta Lasalas.

P: El PSOE gobierna en el Estado, con el voto de Junts y Esquerra, a pesar de haber perdido las elecciones; Salvador Illa fue investido president de la Generalitat con los votos de ERC; el PSC gobierna en Barcelona habiendo perdido las elecciones, gracias a los Comuns y PP; y usted misma consiguió la presidencia de la Diputación con dos independientes de Junts. ¿Cómo lo han hecho esto.

R: Pues esto es la política y la democracia. La democracia al final es esta posibilidad que nos da la confianza de los ciudadanos y ciudadanas de negociar, dialogar y llegar a acuerdos. Está claro que las mayorías absolutas cada vez son más difíciles de conseguir y, por lo tanto, también es un buen ejercicio esta necesidad de mantener permanentemente el diálogo. O al menos eso es lo que intentamos nosotros, los intereses del país por delante de los intereses de los partidos.

P: Esta necesidad de negociar les ha colocado estos últimos días en una situación de tensión con Junts. Carles Puigdemont ha planteado un ultimátum al PSOE, ha pedido que Pedro Sánchez se someta una cuestión de confianza porque y le acusa de incumplir los acuerdos de investidura...

R: En un contexto convulso, social, político, no solo en nuestro país sino geopolítico, lo que los ciudadanos reclaman es estabilidad, tranquilidad, que las instituciones y sus representantes trabajen para dar respuesta a los retos y problemas reales de la gente. Nosotros esperamos también de Junts justamente eso, que priorice por delante de otros intereses, las necesidades de los ciudadanos de tener políticas claras de vivienda, de salud, de seguridad, de dinamismo económico... Esto necesita el compromiso en el Congreso de los Diputados de las fuerzas políticas que garantizaron la investidura, que son muy diversas. Esperamos de todas este compromiso con los intereses reales de la gente. Desde el respeto, creemos que los ultimátums no ayudan a generar esta estabilidad que en estos momentos es más necesaria que nunca.

P: ¿El PSC tendría que estar en las conversaciones que tiene al PSOE con Junts en Suiza?

R: No, nosotros siempre hemos dicho que una cosa son los procesos que se están desarrollando y que se implementan en España y que tienen diferentes espacios de negociación con diferentes fuerzas, no solo Junts. Eso tiene un camino. Y la otra es lo que pasa a Catalunya, donde el PSC, obviamente, es la fuerza política mayoritaria, es la primera fuerza, es el primer partido del país y también la fuerza más votada, y aquí está donde nosotros tenemos que tener los espacios y liderarlos.

P: Durante años hubo miles de personas que salían a la calle defendiendo el procés independentista, pero esta mayoría, cuando menos en el Parlamento, ha desaparecido. ¿Le preocupa al PSC que se vuelva a movilizar?

R: Ni nos preocupa ni nos deja de preocupar. Insisto en que lo que hacemos es respetar, como siempre, la voluntad de la mayoría de los catalanes y solo hay una vía para expresarla, que son las urnas. Y esta mayoría en estos momentos ha dicho de forma clara y nítida que quiere una mayoría progresista de izquierdas en Catalunya, que tiene que liderar el PSC, porque es la fuerza más votada, con diferencia. La gente lo que quiere es tranquilidad, que las instituciones aborden de verdad sus problemas, que son la vivienda, la seguridad, la mejora de los sistemas de servicios públicos en salud, educación, infraestructuras...

P: ¿Eso será suficiente para desactivar la reivindicación independentista?

R: Es que no tenemos que desactivar nada, nosotros no queremos desactivar nada, lo respetamos. Una parte de la ciudadanía, legítimamente, puede tener el concepto nacional que crea oportuno. Nosotros tenemos que estar centrados en aquello que nos han dicho la mayoría de los catalanes, y otros posicionamientos no solo se merecen nuestro respeto, sino que tenemos que coexistir y trabajar juntos porque, más allá de aquello que nos diferencia, seguro que hay muchas otras cosas en que coincidimos. Evidentemente, las posiciones que generan odio, que discriminan, son claramente las únicas que no nos planteamos en ningún momento.

Hablando de independentistas, El Confidencial explica que "La ANC propone a sus 30.000 activistas un plan para proclamar la República Catalana".

El texto es de Antonio Fernández: "El independentismo catalán diseña nuevos modelos de actuación política para superar el letargo tras varios tropiezos en las urnas. La Asamblea Nacional Catalana (ANC) ha distribuido entre sus bases un documento en el que plantea una hoja de ruta renovada para estimular a "la ciudadanía" y recuperar el protagonismo y el mando de la calle".

Sigue la nota: ""El nuevo embate para implantar la República catalana se iniciará en las próximas elecciones al Parlament. Cuando la ciudadanía y las instituciones estén preparadas, se activará la declaración de independencia, se movilizará el país para su defensa pacífica y democrática y se pedirá el reconocimiento internacional", dice la estrategia, que previsiblemente será aprobada en enero".

Continúa: "Para llevar a cabo la proclamación de la República, la cúpula de la ANC ha diseñado un estrambótico plan para garantizar que no pase como en el último precedente. "A diferencia de 2017, se habrán planificado las medidas políticas, sociales y de lucha no violenta necesarias para la defensa de la República Catalana. El Govern de la Generalitat se convertirá en el Govern Provisional de la República y se convertirá en el interlocutor con las instancias internacionales y los Estados, incluyendo España".

Y: "Se desatarán acciones en todos los ámbitos (huelgas, cortes de comunicaciones, ocupaciones de edificios oficiales, etc) en defensa de la independencia con la intensidad y la magnitud necesarias para generar la intervención de la comunidad internacional", señala el escrito".

Mientras la ANC de Lluís Llach juega a teorizar sobre el control del territorio, Puigdemont y Sánchez se enredan por una foto. Es lo que cuenta Carmen Morodo en La Razón: "El año acaba con dos hitos pendientes en la agenda del presidente del Gobierno y del expresidente de la Generalitat. Dos destinos unidos, y dos objetivos también paralelos. Todo está lleno de sombras, pero en el próximo ejercicio se aclararán algunas cuestiones que este año terminan escondidas bajo nubarrones".

Sigue la crónica: "Pedro Sánchez tiene en su mano la posibilidad de volver a prorrogar los Presupuestos ya prorrogados, pero en su equipo pesa más la necesidad de dar un golpe a su rival, Alberto Núñez Feijóo, y colgarse la medalla de que han cogido impulso hasta 2027, fecha que tanto insiste en reivindicar el presidente del Gobierno. La prórroga sería signo de debilidad, y para conseguir evitarla tienen que resolver a su favor la negociación que mantienen abierta con el expresidente de la Generalitat Carles Puigdemont".

Y: "Sánchez está empeñado en conseguir los Presupuestos, cuesten lo que cuesten, y mucho se habla de nuevas concesiones como el traspaso de competencias a Cataluña en materia de inmigración, la condonación de la deuda, la financiación, la ejecución de las inversiones presupuestadas y aún no cumplidas...".

Ahora, la cuestión fotográfica: "Pero en este nuevo pulso, el último de entidad que puede jugar Puigdemont en esta legislatura, no habrá pacto, en ningún caso, sin que el independentista obligue al jefe del Ejecutivo a comerse el «sapo» de rendirle personalmente pleitesía y hacerse la foto con él. Por supuesto, también la quiere con el actual presidente de la Generalitat, con Salvador Illa –a quien no perdonan que no haya incluido a Puigdemont en la ronda de reuniones con los expresidentes catalanes".

La conclusión es que "Moncloa tiene que medir cuánto le compensa trasladar el mensaje de que ceden y ceden en otras cuestiones si no están dispuestos a pasar por este trágala –que parece que sí que aceptarían. Una vez que en el tema de la amnistía judicial Moncloa ya ha hecho prácticamente todo lo que estaba en su mano, lo que ahora se les exige es que visualicen también la amnistía política e institucional para quien sigue residiendo en Waterloo, pero ha salido del congreso de su partido con un liderazgo absolutamente indiscutido".

Por lo demás, La Vanguardia trata de alegrar el día a sus lectores con una noticia positiva tras haber contado esta semana que los catalanes pagan más impuestos que los madrileños y que Madrid tiene mayor peso en la economía nacional que Cataluña. Pues bien: "Barcelona se afianza como la capital de la alta tecnología".

Gran titular. El texto es de Blanca Gispert: "Más allá del turismo, Barcelona está abriendo paso para convertirse en una ciudad tecnológica. Y tecnológica en el sentido más duro del término, que se acerca a la cuántica y supercomputación y que poco tiene que ver con los marketplaces (tiendas on line) que hasta ahora se han llevado el protagonismo".

Sigue Gispert: "Este otoño, la capital catalana ha captado sumas importantes de dinero público para el desarrollo de infraestructuras críticas a escala europea. El Barcelona Supercomputing Center (BSC) anunció la semana pasada una inversión de 200 millones de euros para abrir una de las mayores factorías europeas de Inteligencia Artificial. Poco antes, esta institución también supo que iba a captar otros 240 millones para diseñar un chip propio en el marco del proyecto DARE, cuyo nivel es equiparable a la tecnología del CERN en Suiza. El Instituto de Ciencias Fotónicas (ICFO) también acaba de anunciar que recibirá 380 millones para liderar el desarrollo de un chip fotónico en la Unión Europea".

Y: "Estas tres inversiones demuestran la infraestructura de primer nivel que se asienta en Barcelona. Pero no son un fenómeno aislado, ni tampoco novedoso. Estos proyectos son fruto de una apuesta continuada por la ciencia y la tecnología, que fue articulada hace más de dos décadas y que, durante años, ha favorecido la creación de un ecosistema formado por centenares de startups y una cuarentena de centros y parques vinculados con las tecnologías profundas o deep tech".

Entre ellas se citan: "El Centro de Regulación Genómica, el Institut de Microelectrònica de Barcelona, el Centro de Visión por Computación, el Institut de Robòtica i Indústria, el Sincrotrón Alba o el Parc Científic de Barcelona son solo algunos ejemplos de este ecosistema, que ha crecido de forma paralela (y quizás menos ruidosa) que el sector digital de la ciudad".

22 de diciembre, santoral: Queremón y compañeros mártires, Isquirión, Hungero y Francisca Javiera Cabrini.

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