La solidaridad de Illa y el populismo gallego
Fiesta de la Rosa. El PSC abrió ayer el curso político con su tradicional encuentro en la pineda de Gavá. La sorpresa fue que Pedro Sánchez se abstuvo de participar alegando unas adversidades climatológicas que se sustanciaron en cuatro gotas mal contadas. El mal tiempo como excusa es muy mejorable. Sea como fuere, la ausencia del presidente del Gobierno convirtió al presidente de la Generalitat, Salvador Illa, en el protagonista principal del evento.
Al margen de las condiciones meteorológicas reales, Illa ha comenzado a gobernar con el viento de cola y los cielos despejados. Nadie se encarga de la oposición en el Parlament. Puigdemont, fiel a su extravagante proceder, se dedica a acariciar sus gatos en Waterloo. La política catalana le aburre y eso de hacer oposición se le antoja pesadísimo. Prefiere enredar en Madrid a través de su fiel Míriam Nogueras, amenazar al Gobierno y presumir de las llaves que abren y cierran la legislatura.
Al lío: "Illa: 'No nos darán lecciones de solidaridad los que bajando impuestos reclaman más recursos'", destaca en titular El Independiente. La pieza viene con la firma de Iva Anguera: "Cataluña ha vuelto" ha proclamado este domingo el presidente de la Generalitat y primer secretario del PSC, Salvador Illa, ante los 10.000 militantes reunidos por el partido en la Fiesta de la Rosa pese a la lluvia. El presidente catalán ha defendido, sin mencionarla, la nueva financiación autonómica pactada con ERC y se ha lanzado contra los barones del PP que la cuestionan: "No nos darán lecciones en materia de solidaridad los que bajando impuestos reclaman mas recursos", ha advertido en un dardo dirigido tanto a la presidenta de la comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, como al de la Junta de Andalucía, Juan Manuel Moreno". (...) El president no ha olvidado rendir tributo a los "esfuerzos" de Sánchez. Illa ha asegurado que la victoria en las últimas elecciones catalanas se debe al "trabajo conjunto del PSC y PSOE liderados por un Pedro Sánchez a quien agradecemos su compromiso con Cataluña". Y ha destacado en un momento especialmente delicado para el Gobierno -presionado por el rechazo del PP, las volatilidad del apoyo de Junts y las dudas en sus propias filas- el "reconocimiento y agradecimiento del PSC por estar siempre, en momentos complicados, junto al PSOE y Cataluña"".
Sigue la pieza: "En este contexto, Illa ha defendido su acuerdo con Esquerra, que se ha comprometido a cumplir, y ha cuestionado la propuesta de los barones populares, obviando la oposición a su propuesta de dirigentes socialistas, con Emiliano García-Page a la cabeza. "Cataluña está y estará en primera línea de la solidaridad" ha asegurado el socialista catalán, añadiendo que la política de rebaja de impuestos de los populares "no es solidaridad, es otra cosa". El president ha proclamado además que con sus propuestas de reforma de financiación "Cataluña ha vuelto" a la política española. Una circunstancia de la que "deberían alegrarse los que quieren que sigamos formando parte de España" ha apuntado, pese a lo cual "algunos se han puesto nerviosos". Cataluña "vuelve para mejorar España, para arremangarse y demostrar que es posible liderar económicamente el país sin bajar impuestos y hacer cosas raras que nadie entiende" ha insistido.
Solidaridad y prosperidad para contribuir a la mejora de España. Letra y música de Salvador Illa que no comparten, obvio, las autonomías del PP, soliviantadas ante la posibilidad de que se produzcan agravios comparativos con la financiación a la carta. Un ejemplo, el presidente de la Junta de Galicia, Alfonso Rueda, que no solo predice innumerables catástrofes sino que amenaza con salir a la calle. Todo ello en una entrevista en El Mundo que el diario titula así: "Alfonso Rueda, presidente de Galicia: 'Tenemos que rebelarnos en la calle contra el cupo singular de Cataluña'". La nota viene con la firma de Juanma Lamet y arranca así: "El presidente de la Xunta, Alfonso Rueda, recibe a El Mundo en la Casa de Galicia de Madrid, a bocajarro de su reunión con Pedro Sánchez. Alerta de que los gallegos perderán más de 400 millones al año por la «singularidad» catalana.
Pregunta: En su reunión del viernes, Pedro Sánchez le reconoció que «no va a haber acuerdo» de financiación ahora. ¿España está condenada a la asimetría entre autonomías?
Respuesta: Mientras no decida sentarnos a todos, evidentemente sí. Lo que está claro es que busca seguir haciendo pactos particulares con las autonomías que considera de primera, y para él las demás pues no lo somos. También le pedí que dejara de hacer ese tipo de pactos, porque para Galicia son letales. Ni se comprometió a reunirnos a todas ni a dejar de hacer esos pactos.
P: ¿Se siente ofendido por eso? ¿Para una nacionalidad histórica como Galicia es un insulto que se le dé el cupo a Cataluña y que a Galicia Sánchez no le haya propuesto nada?
R: Me ofende que Sánchez siga lo que le impone Cataluña, mientras no le importa lo que le dice Galicia: que tiene que tratarnos a todos por igual.
P: Usted ha dicho que aplicar el cupo catalán le costaría más de 400 millones de euros anuales a Galicia. ¿Qué perderían los gallegos sin este dinero? ¿Serían sostenibles la educación, la sanidad y los servicios sociales?
R: Se pierden muchas cosas. En Galicia ya necesitamos aproximadamente 800 millones más para atender el encarecimiento de los servicios, el envejecimiento y la dispersión. Con lo cual, si de repente nos quitan 400 millones aparte de esos 800, claro que se compromete muy gravemente la prestación de servicios públicos.
P: Concretamente, ¿qué estaría en juego? ¿Habría menos capacidad para contratar profesores o médicos, o para ampliar hospitales?
R: Menos capacidad para seguir atendiendo los gastos crecientes que tiene la sanidad, que cada vez pide más recursos porque hay nuevos tratamientos y más gente que, afortunadamente, vive más. Por lo tanto, tiene que cuidarse mejor el gasto sanitario. En educación, la ratio de alumnos por profesor de Galicia es casi la mejor de España. Yo querría seguir perseverando en eso, y no tener que cerrar centros del rural porque tienen pocos alumnos y no vale la pena poner profesores. Eso también estaría comprometido si se aprobara el cupo catalán. En definitiva, eso que decimos siempre de que hay que prestar servicios básicos en todo el territorio con un nivel igual, eso queda comprometido. Es innegable.
P: ¿Y el ámbito más afectado en Galicia sería el rural, entonces?
R: En Galicia está en juego la sostenibilidad de los servicios públicos básicos: la sanidad, la educación y los servicios sociales.
P: Usted ha dicho que hay que revertir la oferta de «financiación singular» para Cataluña como condición previa para poder hablar de financiación. ¿Cada euro extra que se le dé a Cataluña tiene que venir aparejado de un euro extra para Galicia?
R: Vamos a ver, nosotros no vamos a tolerar que se nos trate peor que a ninguna comunidad autónoma. Nada. Y mucho menos que aquellas a las que ya se trata claramente mejor porque le interesan a Sánchez. Yo nunca voy a decir que Cataluña tiene derecho a algo. Lo que siempre diré es que no puede ser que ese derecho de Cataluña sea a costa del derecho de Galicia, ni de ninguna comunidad autónoma. Mi responsabilidad es Galicia. Por lo tanto, todo lo que se dé a Cataluña y se le quite a Galicia no lo vamos a admitir. No voy a admitir que se le dé un euro extra a Cataluña a costa de quitárselo a Galicia. El cupo singular supone darle más a uno y retirarlo del reparto común. Eso es el cupo singular, y por eso digo que es tan letal.
P: Ese «cupo singular» del que habla, ¿le parece que sería el fin de la España de las Autonomías y de la garantía de solidaridad que consagra el artículo 2 de la Constitución?
R: No tengo ninguna duda. Como punto de partida inicial, la España de las Autonomías se basa en que los servicios públicos se prestan en igualdad, y con una calidad básica. Y eso pasa por que los territorios con más renta sean solidarios con los que tienen menos. Si se quiebra eso, todo dejará de funcionar.
P: Con lo cual, Galicia se revolverá contra la ordinalidad en la financiación.
R: Absolutamente. Fíjese, hace menos de un mes, 12 presidentes autonómicos y Ceuta y Melilla acordamos unos principios que coinciden en que la ordinalidad no es algo conveniente en absoluto. Hay comunidades de España donde se recauda más porque hay mayor poder adquisitivo. Si utilizáramos esos criterios, los de menos recursos tendríamos que abandonar toda esperanza.
P: ¿Las autonomías perjudicadas por el «cupo singular» deben echarse a la calle? ¿El PP debe orquestar una gran movilización?
R: Sí, debe orquestar una gran movilización contra lo que está intentando Pedro Sánchez, que es que, por su supervivencia, va a primar a los territorios que cree que le van a mantener. Nosotros tenemos que rebelarnos contra eso, porque es a nuestra costa. Tenemos que rebelarnos ya, porque después no tendrá vuelta atrás. Hemos demostrado que somos capaces de salir a la calle y movilizar a los ciudadanos, no sólo a los del Partido Popular.
P: Si por la amnistía el PP hizo tantas movilizaciones en las calles, ¿con más razón por la financiación «singular», que afectaría más al día a día de los ciudadanos?
R: Sí. Tenemos que hacer una labor de pedagogía y contarle a la gente lo que nos estamos jugando aquí. Y, seguidamente, una labor de movilización".
O sea que todos a la calle porque la recaudación fiscal en Cataluña implica menos maestros en Galicia. Original, lo que se dice original, no es la propuesta de Rueda, populismo aparte.
En La Razón atisban ciertas dificultades para el desarrollo de la legislatura a pesar de que el ministro de transportes, Óscar Puente, comparece en El País para decir que al Gobierno no le importa seguir con los Presupuestos de 2023. En el diario de Planeta el titular es que "Bildu y PNV presionan a Junts para salvar la legislatura". Escribe Rocío Esteban: "El Gobierno se niega a dar por perdido al bloque de investidura para evitar dar alas a la derecha y reconocer que no cuenta con el respaldo del Congreso. Sin embargo, sus socios ahora –más que nunca– se abonan al pesimismo. Tanto el Gobierno de coalición como el bloque de investidura siempre han tenido presente que las elecciones del 23J derivaron en un hemiciclo muy complejo donde el diálogo y el acuerdo debían ser las máximas ante una composición plural y, sobre todo, ante una mayoría de derechas que, a su vez, dieron los votos a Pedro Sánchez –PNV y Junts–. Con estos mimbres, el Ejecutivo buscó amasar una mayoría progresista que esta legislatura se ha demostrado muy débil. Hasta 35 derrotas parlamentarias ha sufrido Pedro Sánchez en este primer año y este jueves, con la senda de déficit, se espera otra nueva, "salvo sorpresa".
Continúa la crónica: "El Ejecutivo traslada mensajes de serenidad ante la ajustada aritmética parlamentaria que la pasada semana volvió a pegar un revolcón al Gobierno. Junts propició una nueva derrota al tumbar una proposición de ley de Sumar que pretendía regular los alquileres de temporada. El ambiente, en los últimos meses, se ha vuelto irrespirable en el Congreso y ello hace que cada vez sean más las voces de los aliados que se desahogan al asegurar que la situación es «insostenible» a la hora de tratar de sacar adelante la legislatura. «Sabíamos que era complicado, más que en la anterior, pero no que íbamos a trabajar con un partido a la contra cuando se trata de iniciativas para mejorar la vida de la gente», lamenta una fuente en el Congreso, muy enfadada con el voto en contra de Junts, un movimiento que encuadra en un intento de hacer valer sus siete votos, es decir, de demostrar a Pedro Sánchez que son quienes «tienen la sartén por el mango»".
Y: "La sensación que recorre el hemiciclo es de hastío, según puede comprobarse al hablar con varios diputados del bloque de investidura, quienes ya prefieren no quemarse, es decir, no defender a capa y espada la durabilidad de la legislatura. «El camino va a ser agónico para el Gobierno», vaticinan desde Podemos, donde echan la culpa a Sánchez. «Es incapaz de articular una mayoría democrática y plurinacional», censuran".
Sea corta o larga la legislatura, Iván Redondo recomienda a Feijóo en La Vanguardia cambiar de registro y comenzar a abrirse a nuevos aliados: "Durante dos años el PP se ha salido demasiadas veces de la institucionalidad por temor a que pasase lo que finalmente les pasa: el saldo entre el PP y Vox es favorable a Vox en electores. Eso nos dice el CIS a pocos días del aniversario de su investidura fallida. ¿Presidente Feijóo? ¿Con quién? El camino más corto es el más peligroso. Si Feijóo no quiere a Abascal de vicepresidente, tendrá que cambiar de estrategia: centrarse en la transferencia directa de votantes del PSOE al PP que tanto inquieta a todos. Y que sigue definiendo quién gana la Moncloa. Ser la derecha plural junto al PNV, CC y, algún día, Junts, sustituyendo la ansiedad por la templanza, es paradójicamente el camino más largo, cierto, pero, al mismo tiempo, el único que llevó al éxito tanto a José María Aznar como a Mariano Rajoy. No creo que Feijóo haya probado el gato. ¿Creen, de verdad, que piensa que los inmigrantes se los comen?"
Redondo es un joven nacido en el 81, el año del golpe de Tejero y el año anterior al Mundial de España. No es que se ataran los cerdos con longanizas, pero en la mayoría de las tascas y hostales ya habían dejado de dar gato por liebre hace muchos años.
La crisis en Sumar, que encadena bajadas recurrentes en las encuestas, tiene un perfil catalán en la medida de que es Ernest Urtasun quien suena para suplir a Yolanda Díaz. "El empresariado ningunea a Yolanda Díaz en Cataluña y prefiere la interlocución con Urtasun", señala al respecto Vozpópuli. La pieza viene con la firma de Óscar Benítez: "El empresariado catalán no es ajeno al declive de la otrora popular Yolanda Díaz. En su visita a Barcelona el pasado jueves, la ministra de Trabajo mantuvo varios encuentros con las patronales de la comunidad catalana para tratar de granjearse su respaldo a la reducción de jornada —tras su empeño infructuoso de persuadir a la CEOE en Madrid de la bondad de la propuesta—. Pero su tentativa en Barcelona se saldó con un fracaso parejo al que cosechó en la capital. Y es que, ni Foment del Treball ni Pimec, que guardaron unas formas exquisitas con la dirigente gallega, dieron el visto bueno a una proposición que estimaron inaplicable".
Y: "Por una parte, el presidente de la patronal de la pequeña y mediana empresa, Antoni Cañete desaprobó el incremento del coste para las empresas sin que éstas pueden modificar los contratos al alza. Por otra, el responsable de Foment, Josep Sánchez Llibre, rechazó que una ley regulase la cuestión en detrimento de la negociación colectiva. Y aprovechó para disolver cualquier sospecha de discrepancia con la patronal dirigida por Antonio Garamendi: “Estamos en total sintonía con la CEOE”. (...) En cualquier caso, más allá de las razones aducidas por ambos, el empresariado catalán es consciente de la pérdida de peso de Díaz en el Gobierno de coalición —cuyo propósito de articular a la nueva izquierda en torno a Sumar se ha estrellado—, y de la pujanza de su compañero de filas y ministro de Cultura, Ernest Urtasun —a quien Sánchez está promocionando—. Y, al menos en lo que se refiere a este espectro político, los empresarios prefieren con creces la interlocución del segundo".
Sociedad. Crisis de la vivienda. Carta dominical del arzobispo de Barcelona, Joan Josep Omella. De un teletipo de Efe: El arzobispo de Barcelona considera que la falta de vivienda y los problemas para acceder a ella son un problema grave y constituyen "la nueva esclavitud" de nuestro tiempo. En la carta dominical de este domingo, el expresidente de la Conferencia Episcopal Española señala que "cada época tiene sus propias esclavitudes", y que actualmente son las adicciones a las drogas o a la pornografía o la falta de vivienda, "que condena a las personas que la sufren"".
Muy bien. Ahí al quite el cardenal. ¿Sabrá que la Iglesia es la principal propietaria inmobiliaria de España y que solo en Barcelona es propietaria de miles y miles de viviendas?
23 de septiembre, santoral: Tecla, Pío de Pietrelcina, Adamnano de Hy, Andrés Fournet, Constancio de Ancona, Lino papa y Sosso de Misena.