Agudo contraste. El presidente de la Generalitat visita al Rey en la Zarzuela y protagoniza un acto institucional en la delegación del Govern en Madrid. Sonríe para los fotógrafos, saluda a otras autoridades, a miembros de otros partidos y al público en general. Hace sólo unos meses la situación hubiera sido imposible e impensable. Un presidente de la Generalitat en la capital de España sin dar la brasa, sin el gesto torcido, sin desconfianza, sin rencor. Con poco, Salvador Illa ha mostrado enormes diferencias con Puigdemont, Torra y Aragonès y ha demostrado que el respeto institucional y la educación son posibles, que un político catalán es capaz de no comportarse como un gañán.
El impacto de los primeros días de Illa al frente de la presidencia de la Generalitat se mide en puentes reconstruidos, en el indisimulado afán por recuperar la normalidad, tender la mano y suavizar las aristas. Ya habrá tiempo para la política en el peor sentido del término. De momento, toca hacer las cosas a las que los anteriores presidentes autonómicos renunciaron. Por ejemplo, intentar proyectar una imagen de la Generalitat positiva, leal e integradora. No es gran cosa ni una tremenda hazaña, pero es tan diferente de lo que había hasta ahora que causa asombro.
"Illa anuncia en Madrid que 'Cataluña ha vuelto' y que 'compartirá su riqueza con el resto de España'", destaca en un titular El Español. La pieza viene con la firma de Ismael Monzón: "Los primeros ministros suelen tener sus prioridades a la hora de viajar cuando juran su cargo. Salvador Illa no preside ningún país sino la Generalitat de Cataluña, pero también ha dejado claro cuál es el primer mensaje que quiere lanzar tras convertirse en el primer president no independentista en los últimos 14 años. Antes que ningún otro sitio, Illa ha querido desplazarse a Madrid, reunirse con el Rey y celebrar la Diada -en diferido- desde la capital. Es la primera vez que sale de Cataluña como mandatario desde que ocupa el Palau de la Generalitat. Y tras verse con Felipe VI la mañana de este martes en La Zarzuela, por la tarde tarde visitó la Delegación del Govern de la Generalitat en Madrid junto a varios ministros. Colegas hasta hace no tanto en el Consejo de Ministros que ahora celebran que Cataluña haya regresado a manos socialistas. Si un presidente catalán no acudía a La Zarzuela desde que en 2015 lo hiciera Artur Mas, nadie después de 2011 había conmemorado la Diada en Madrid".
Sigue Monzón: "Por eso las palabras en los corrillos giraban en torno al mismo asunto. "Qué bien estar de nuevo aquí", se congraciaban los ministros entre sonrisas y abrazos, al igual que había confesadao el Rey por la mañana. Y como el monarca, los políticos no lo decían tanto por el dónde, unos agradables jardines de la Delegación del Govern en Madrid, sino por el cómo y el cuándo. Salvador Illa sabía que toda esta escenografía esconde un mensaje potente, el del regreso a la institucionalidad. "Cataluña ha vuelto" -anunció ante los asistentes el presidente de la Generalitat- como una región "esperanzada e implicada en Europa dentro de un horizonte federal". En la primera fila estaba vicepresidenta primera y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, quien se opuso al concierto económico que finalmente facilitó el acuerdo entre el PSC y ERC para permitir la entrada del socialista en la Generalitat. Y como Illa también es consciente de que ésta es la primera espina que tiene que limar procuró lanzar un mensaje en este sentido".
Y: ""Madrid y Cataluña representamos el 40% de la riqueza de España. Tenemos la responsabilidad de compartir esa riqueza con el resto de España y no dejar a nadie atrás", pronunció. Le escuchaban también la ministra de Defensa, Margarita Robles; el titular de Industria y Turismo, Jordi Hereu; el ministro de Política Territorial y Memoria Democrática, Ángel Víctor Torres; o el responsable de Agricultura, Luis Planas. También estaban entre el público el portavoz del Grupo Parlamentario Socialista, Patxi López, diputados de ERC como Francesc-Marc Álvaro, políticos de otras épocas o personalidades de la cultura o la comunicación. En los asientos se sentaban el exdiputado de Convergencia i Unió Josep Antoni Duran i Lleida o el presentador de televisión Josep Prederol".
El monárquico Abc subraya la visita de Illa al Rey. Escribe Angie Calero: "Nueve años después de que un presidente de la Generalitat de Cataluña visitara por última vez al Rey en el Palacio de la Zarzuela, Salvador Illa se ha reunido esta mañana con Felipe VI. Nada más entrar en el salón de audiencias, Illa ha afirmado que estaba «muy bien, muy contento de estar aquí». Felipe VI, al saludar al presidente de la Generalitat ha expresado un «¡qué bien!» y, al ver a tantos periodistas frente a ellos, le ha comentado a Illa que «esto no es habitual». (...) Con la visita de esta mañana, Salvador Illa ha recuperado la costumbre de los presidentes autonómicos de acudir al Palacio de la Zarzuela tras ser investido como presidente. Sus antecesores –Carles Puigdemont, Quim Torra y Pere Aragonés– no acudieron a esta cita cuando fueron elegidos. El último presidente de la Generalitat que se reunió con el Rey en su despacho fue Artur Mas en 2015".
Y mientras Illa restauraba el crédito de la Generalitat en Madrid, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, se iba al cine con su esposa, Begoña Gómez. Pero hete aquí que la película era catalana, la del autobús 47, según se explica en La mirilla de La Vanguardia: "Ayer fue el presidente del Gobierno quien confesaba salir “emocionado” tras ver la historia de lucha de los vecinos de Torre Baró. Pedro Sánchez acudió a los Cines Verdi, en la calle de Bravo Murillo en Madrid, acompañado por su esposa, Begoña Gómez. Llegaron a paso ligero y con la entrada en la mano, según las imágenes que el propio jefe del Ejecutivo difundió en sus redes sociales. La emoción llegó después. “La dignidad no es algo abstracto. La dignidad es la lucha por el agua, la lucha por la luz, la lucha por Correos, la lucha por la sanidad y la educación públicas. Eso es la dignidad”, resaltó. “Salgo emocionado de ver El 47, un homenaje maravilloso a la España plural y trabajadora que construyeron nuestros padres, madres, abuelos y abuelas”, reconoció".
Más noticias. "El Gobierno se enroca en que no ha perdido a Junts frente a las dudas del resto de socios", señala El Confidencial. La pieza es de Marisol Hernández y arranca así: "Como en las parejas en las que uno de los dos se niega a ver los agravios del otro. El Gobierno quita hierro al nuevo aldabonazo de Junts que por sorpresa se cargó el martes la propuesta de Sumar para limitar el alquiler vacacional. Lo que ha caído, esgrimen, es una proposición no de ley. "Lo importante lo sacamos". El vaso medio lleno, ni una sola concesión al pesimismo, a pesar de que la formación de Carles Puigdemont ya ha tumbado una vez la senda de déficit y mantiene en el aire su apoyo a los presupuestos. La actitud de Junts ha puesto en alerta a los socios. El portavoz de ERC, Gabriel Rufián, advirtió este miércoles a Pedro Sánchez en el Congreso que se está fraguando un pacto de los posconvergentes con PP y Vox, que puede acabar en moción de censura. En la Moncloa no lo ven. A diferencia de Rufián piensan que a Junts les penaliza esa alianza porque es "incoherente". No se puede denunciar la "persecución policial" del anterior gobierno popular al independentismo y después votar con ellos, explican. "Alimentar el odio a la derecha y a los jueces", prosiguen, y después formar parte de este bloque en el Congreso".
Sigue la nota: "Por eso en el Gobierno se agarran a que la vuelta de Junts a la mayoría parlamentaria de Sánchez es cuestión de trabajo y de tiempo. De negociar todas las votaciones y, a la vez, de esperar a que ellos acaben de "digerir" que el nuevo inquilino de la Generalitat es Salvador Illa. En el Ejecutivo creen que alimentaron demasiado las expectativas de que Puigdemont podía volver a ser presidente y ahora necesitan transmitir que siguen "vivos". Y la manera de visualizarlo es "fastidiar al Gobierno". Aún así, fuentes gubernamentales defienden que esta postura no es sostenible en el tiempo. La vinculan a la llegada de Illa y a que se encuentran a las puertas de un congreso, el mes próximo. La Moncloa espera que en esa cita se mueva algo, que Junts redefina su posición porque, insisten, el acercamiento al PP es contraproducente para sus intereses electorales. Su tesis es que "no pueden estar así tres años" y que al final "se impondrá el diálogo". El resto de grupos que apoyan a Sánchez son mucho menos positivos. A los recelos de ERC se añade el pesimismo de Podemos, que apunta a un "camino agónico" para el Gobierno".
En El Mundo adoptan otra perspectiva y señalan que "El PSOE da por perdido a Puigdemont y ya sólo confía en que sea relegado por su partido". El texto es de Esteban Urreiztieta y Raúl Piña: "Otra vez votación en el Congreso, otra vez la «silla eléctrica». Otra vez el Gobierno achicharrado en el Congreso. El nuevo revés, aviso, de Junts al tumbar contra pronóstico y avisando sólo unos minutos antes de votar la iniciativa para regular el alquiler de temporada ha disparado las dosis de enfado, incredulidad, desconfianza no sólo en el Gobierno, sino en todos los partidos del bloque de gobernabilidad de Pedro Sánchez -el presidente acudió a votar el martes, no estaba previsto, porque contaban que la medida saldría por un voto solo, incluyendo el apoyo de Junts-. «Con Junts no nos queda otra que esperar a ver si baja el suflé», es la reflexión que sale desde las filas socialistas. En el PSOE creen que el partido de Carles Puigdemont estará en esta dinámica de torpedeo al menos hasta que celebre su congreso en octubre y decidan quién manda en el partido y si se mantiene la línea dura".
Continúa el texto: "Desde el Gobierno y desde el PSOE se evita confrontar de manera pública con Junts. Es más, tratan de restar importancia a los desplantes, por más que el de ayer fuera a traición, confiados en que la relación aún puede reconducirse. «A ver si después de su congreso entran en razón», exponen fuentes gubernamentales. En el Ejecutivo no creen que los puentes estén rotos, de hecho la mesa de diálogo entre ambos partidos fuera de España está celebrando sus reuniones, y públicamente se alimenta la opción de que pueda haber Presupuestos -son necesarios los votos de Junts-. Creen que la relación es reconocible y que pueden sobrevivir a estas «voladuras controladas»".
Y: "Más pesimismo hay en el PSOE, donde no ven aliciente para que Puigdemont sume para la gobernabilidad y ya lo dan por perdido. Se admite es que en el próximo mes, hasta que se decida quién manda en el futuro en Junts, «tenemos que tomarnos las cosas con calma hasta que ellos se aclaren». Es decir, que no se apuesta por mucha carga legislativa, el menos proveniente del sector del Gobierno, hasta que no sepan cuál es el panorama: «Si triunfa una opción posibilista que se acerque a lo que fue Convergencia, que se opongan a cosas pero se pueda negociar, o seguimos con Puigdemont y Miriam Nogueras y no se pueda contar con ellos». En Sumar, por contra, creen que deben de seguir llevando iniciativas, porque creen que la parálisis tiene un «coste mayor». (...) Pese a la tensión política, insostenible para muchos en la formación socialista, los canales de comunicación entre el PSOE y Junts nunca se han roto. Están abiertos. De hecho, en las conversaciones mantenidas en las últimas semanas, fuentes independentistas explican que han trasladado de manera reiterada a los socialistas sus «incumplimientos» y que mientras estos sigan produciéndose «no habrá apoyo». «Mientras no cumplan lo prometido no habrá apoyo en nada», es la amenaza que lanzan desde el núcleo duro de Puigdemont".
Sobre la última peripecia de los posconvergentes, en Público indican que "El rechazo a la regulación del alquiler de temporada constata el apoyo de Junts al sector inmobiliario". Al titular le acompaña un sumario que señala que "En solo medio año la formación ha votado dos veces en contra de normativas que pongan coto a los alquileres de temporada y de habitaciones, primero en el Parlament y ahora en el Congreso, mientras ataca el control de precios y avala las tesis de los propietarios".
Por razones relacionadas con la hipocresía catalanista Junts ha sido considerado una especie de partido de centro izquierda durante los últimos años, lo que abona este tipo de "sorpresas", la de unos dirigentes de Junts más propensos a entenderse con las inmobiliarias que con el "sindicat de llogateres".
Actualidad barcelonesa. "Mossos y Urbana se enfrentan esta Mercè a la gran prueba de fuego contra las armas blancas", apunta El País. El texto es de Alfonso L. Congostrina: "El alcalde de Barcelona, Jaume Collboni, la consejera de Interior, Núria Parlon y el de Justicia, Ramon Espadaler, llevan semanas repitiendo que la estrategia principal para acabar con la inseguridad es reformar las leyes y encarcelar a los multirreincidentes sacándoles, así, de la circulación. A la multirreincidencia también se asocia un aumento de armas blancas en las calles que ambos gobiernos -Generalitat y Ayuntamiento- dicen estar dispuestos a combatir. Con ambas instituciones en manos del PSC (por primera vez en 14 años) las fiestas de la Mercè son, este fin de semana, la primera prueba de fuego para aplicar las nuevas políticas de seguridad".
Sigue Congostrina: "Las fiestas de la patrona de la capital catalana hace años que no son tranquilas. En 2022, con Colau en el gobierno, la Mercè se saldó con un muerto por arma blanca, 12 detenidos y varias noches de altercados y botellones. En 2023 se llegaron a contabilizar media docena de apuñalados. La violencia no es exclusiva en esta festividad, el pasado Sant Joan acabó con tres muertes en toda Cataluña, dos en un tiroteo en Girona y un joven que fue degollado en la Barceloneta. Con este histórico de violencia, Generalitat y Ayuntamiento ya ha anunciado que tanto Mossos como Guardia Urbana van a intentar hacer la vida imposible a la delincuencia en general y, en especial, a todo aquel que salga a la calle con un arma blanca en el bolsillo. De momento, los dos cuerpos policiales ya han anunciado un mayor número de controles para “sacar de la circulación” cuantas más navajas y cuchillos mejor".
Y: "La Guardia Urbana de Barcelona ha detectado 82 puntos en la ciudad donde se producen encuentros de personas que llevan armas blancas o donde ha habido incidentes con este tipo de objetos cortantes. El intendente mayor de la Guardia Urbana, Pedro Velázquez, anunció este miércoles -en una comisión municipal extraordinaria- que aumentarán los controles policiales en estos puntos. Velázquez no reveló dónde se encuentran estas zonas pero sí informó que los controles llevan realizándose varias semanas y se incrementarán, todavía más, durante las fiestas de la Mercè. El perfil de persona que baja a la calle provisto de armas blancas suele ser el de un hombre de entre 16 y 34 años, con antecedentes (aquí se enlaza también la problemática con los multirreincidentes) sobre todo con temas de salud pública o delitos violentos. La presencia de navajas aumenta en los horarios nocturnos y en los festivos".
19 de septiembre, santoral: Jenaro de Nápoles, Acucio mártir, Alfonso de Orozco, Arnulfo de Gap, Garlos Hyon Song-mun, Ciriaco de Buonvicino, Constancia mártir, Dorimedonte mártir, Eustoquio de Tours, Goerico de Metz, Lantberto de Frisinga, María de Cervelló, María Guillerma Emilia de Rodat, Mariano de Bourges, Pomposa de Córdoba, Secuano de Cestre, Teodoro de Canterbury y Trófimo de Sínada.