Amnistía. Acuerdo a tres bandas, PSOE, Junts y ERC. En teoría, la comisión de Justicia del Congreso de los Diputados debe ser un mero trámite para la proposición de ley de la amnistía, un artefacto jurídico que ha sufrido notables transformaciones desde su primer alumbramiento, en noviembre del año pasado, hasta su redactado ¿definitivo?
El acuerdo anunciado en la tarde del miércoles no concreta qué cambios se han introducido en la norma, pero se da por descontado que no sólo se ajusta a las recomendaciones de la Comisión de Venecia (una especie de Consejo de Garantías Estatuarias a la europea) sino a las leyes europeas en materia de terrorismo.
Como es natural en estos casos, la prensa se divide entre tirios y troyanos. El titular de portada de La Vanguardia da por concluido el "Procés" gracias a la ley: "Pacto por la ley de Amnistía que deja atrás el 'procés'". El País, menos entusiasta, constata que "La amnistía remite a las normas europeas sobre terrorismo". En cuanto a los troyanos, El Mundo combina perdón y corrupción para destacar que "Sánchez da a Puigdemont amnistía total en plena crisis de corrupción" mientras que La Razón avizora el retorno del hombre del saco: "Sánchez se pliega y despeja la vuelta de Puigdemont".
En el plano digital, El Confidencial señala que "Sánchez promete a Puigdemont una amnistía total al rebajar la definición de terrorismo". En el sumario se anticipan dos ideas: "El PSOE cierra con los independentistas la norma un mes después de su naufragio" y "Los delitos más graves quedarán limitados por la normativa europea y no por el Código Penal español, supuestamente más restrictivo". El texto es de Carlos Rocha y Beatriz Parera: "Acuerdo para desbloquear la ley de amnistía y modificar su redacción para blindar la inclusión de Carles Puigdemont entre los beneficiados. Los equipos negociadores de PSOE, Junts per Catalunya y ERC cerraron un texto un mes después del bloqueo provocado por el rechazo de los neoconvergentes ante sus dudas de que la ley pudiera sortear los distintos procesos judiciales relacionados con el independentismo. La solución ideada por Moncloa y Ferraz para convencer a los independentistas pasa por vincular el delito de terrorismo a la definición propia de la normativa europea, supuestamente más laxa que la que figura en el Código Penal. La muestra de la satisfacción de Junts es que forman parte de la entente, a pesar de que en ERC restan importancia a los cambios, "un giro de 360 grados"".
Sigue el texto: "El pacto trata de acotar, aún más que hasta el momento, el tipo de terrorismo que quedaría excluido de la amnistía con la intención evidente de dificultar que el Supremo considere que Puigdemont no puede ser perdonado por el caso Tsunami, en el que se le acusa de liderar un grupo organizado que tenía como fin subvertir el orden constitucional. Para ello introduce un nuevo filtro. Además de señalar que no podrán amnistiarse los actos terroristas “que hayan causado de forma intencionada graves violaciones de derechos humanos” regulados en el Convenio Europeo de Derechos Humanos, añaden que tampoco serán amnistiables los que se consideran terrorismo por sus fines en la directiva de la UE de 2017. En esta se describe que los actos en cuestión deben cometerse “con un fin terrorista específico”: intimidar gravemente a la población, presionar indebidamente a los poderes públicos o a una organización internacional para que lleve a cabo o se abstenga de llevar a cabo cualquier acto, o desestabilizar gravemente o destruir las estructuras políticas, constitucionales, económicas o sociales fundamentales de un país o de una organización internacional. La lectura que ha hecho el PSOE es que la combinación de los factores protege mejor a Puigdemont pero, de nuevo, el resultado dependerá de la lectura que hagan los jueces".
Y: "Con la traición se ha hecho algo similar. Incluir un cortafuegos. En este caso la causa que amenaza al expresident y a su entorno en la denominada Voloh en la que se investigan contactos del independentismo con Rusia. Con la nueva redacción, los acusados por traición no podrán ser amnistiados si emplearon en ella un uso de la fuerza o participaron de forma activa en un intento de invasión. "No serán amnistiables los delitos más graves de terrorismo, torturas, traición o contra la independencia de España", trasladaron desde Moncloa tras conocerse la entente. Tampoco habrá perdón para "la corrupción que suponga enriquecimiento personal", indican estas fuentes".
A la espera de más destalles, en El Mundo subrayan que "Puigdemont culmina su chantaje a Sánchez: lengua, inmigración, mediador y terrorismo". Cuatro a cero para el prófugo según la lectura de Víctor Mondelo, quien escribe que "la relación de dependencia que Pedro Sánchez estableció con Carles Puigdemont desde que las elecciones generales otorgaron un papel crucial para la gobernabilidad de España a Junts ha pivotado siempre alrededor de una amnistía de máximos, cuya modificación se pactó ayer para salvaguardar a su promotor de su imputación por terrorismo y de una eventual acusación por alta traición. Sánchez defendió por primera vez la amnistía el pasado 6 de octubre, durante la cumbre europea celebrada en Granada. «No deja de ser una forma de tratar de superar las consecuencias judiciales de la situación que se vivió en España con una de las peores crisis territoriales que hemos vivido», alegó el aún candidato del PSOE, quien para entonces ya había sellado con Junts acuerdos preliminares para cultivar su confianza, como ese por el que se intercambiaron los votos para hacer a Francina Armengol presidenta del Congreso por permitir el uso del catalán en la Cámara Baja y promover la reclamación de España a la Unión Europea para que el idioma sea también oficial en las instituciones comunitarias".
Continúa la pieza: "Unas semanas después, en el Comité Federal del PSOE que tuvo lugar el 28 de octubre, Sánchez abrazó impúdicamente el lema «de la necesidad, virtud» y se lanzó a convencer a sus conciudadanos de que la aprobación de una amnistía, tras haber sido indultados ya los promotores del 1-O, «es la única vía posible de que haya un Gobierno de España». «En el nombre de España, en el interés de España, en defensa de la convivencia entre españoles, defiendo hoy la amnistía en Cataluña», proclamó el socialista para empezar a colmar las pretensiones de Puigdemont, quien había presentado los requisitos para entablar una negociación de investidura con el PSOE en una conferencia pronunciada el 5 de septiembre en Bruselas, con el «abandono de la vía judicial» como premisa ineludible para iniciar un diálogo «histórico» con los socialistas que sólo derivaría en la investidura de Sánchez si, antes, la ley de amnistía era registrada en el Congreso. (...) La investidura, y por ende la amnistía, estaba encarrilada, pero la firma del pacto que mantendría a Sánchez en La Moncloa todavía se retrasaría hasta el 9 de noviembre tras conseguir Junts redefinir a su gusto la medida de gracia que previamente habían esbozado el PSOE y ERC. «Hemos redactado más de la mitad de la ley de amnistía», acabaría celebrando el número dos de los neoconvergentes, Jordi Turull, protagonista absoluto de las conversaciones con los socialistas, que alumbraron un acuerdo por el que, además de la amnistía, se pactaba la puesta en marcha de comisiones parlamentarias para cuestionar las sentencias que el secesionismo califique de lawfare, o guerra judicial, y la creación de una mesa de negociación clandestina que estaría supervisada por un mediador y celebraría sesiones mensuales y secretas en el extranjero para avanzar hacia la organización de un referéndum pactado con el Gobierno".
La interpretación más optimista es la del director de La Vanguardia, cuyo billete se titula "Tabla rasa del pasado". Del texto de Jordi Juan: "La amnistía acaba con la etapa de confrontación que ha marcado a Catalunya estos últimos años. Desde hoy, el Gobierno y los independentistas defienden posiciones contrarias, pero lo hacen bajo el paraguas de la Constitución y con el objetivo de buscar las soluciones al conflicto sin vulnerar la legislación vigente y sin recurrir a la administración de justicia. Delegaciones del PSOE y Junts han mantenido dos reuniones discretas en Suiza, con un intermediario salvadoreño, en el que dialogaron desde sus distintas posiciones, y lo mismo van a hacer representantes del PSOE y de Esquerra. Ahora no hay leyes de desconexión, ni declaraciones de independencia. Hay diálogo. Y de lo que sucedió en el pasado se ha hecho tabla rasa. Se ha hecho gracias a la amnistía".
No obstante, ya se cruzan apuestas sobre lo que va a tardar el independentismo puigdemontiano en liarla parda.
Mientras tanto y en el plan prosaico del Parlament, "El PP acusa a Aragonès de 'perroflautismo contemplativo'". Ahí es nada, el atildado president tachado de borroka pasivo. El texto es de Àlex Cárcel y arranca así: "El presidente del PP en Cataluña, Alejandro Fernández, ha acusado al Govern en sede parlamentaria de perpetrar lo que el líder popular ha bautizado como "perroflautismo contemplativo". Esta práctica consiste, según Fernández, en "su cultura del no a todo, que se ha impuesto en Cataluña", en relación a las palabras de rechazo del presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, respecto al Hard Rock, un complejo hotelero y de salas de juego que se pretende construir en la costa de Tarragona. Para la formación popular, la culpa la tiene la CUP, que pese a "no pasar por su mejor momento electoral, han conseguido una victoria indiscutible de su modelo a través de diez años acondicionando a ERC y a Junts"".
Y: "La intervención del diputado también ha hecho referencia a otros proyectos que el Govern rechaza y su formación defiende, como la B-40 o la ampliación del aeropuerto. "¿De qué demonios pretenden que se gane la vida la gente? Del perroflautismo contemplativo solo podrán vivir los niños de papá, el resto de los mortales nos tendremos que ganar la vida de alguna manera", ha dicho Fernández, que ha instado al ejecutivo a cambiar su manera de obrar en este sentido. Asimismo, ha interpelado a Aragonès: "No tiene usted aspecto de peligroso revolucionario marxista, pero en algunas ocasiones obra como tal"".
Más noticias. De vuelta a La Vanguardia, una información de Luis Benvenuty destaca que los barceloneses de a pie están hasta los dídimos de sortear deposiciones de canes, patinetes y bicicletas: "Los vecinos de Barcelona están hartos de tener que caminar dando saltitos y requiebros, de verse obligados a esquivar excrementos abandonados de muy distintos tamaños de tantos animales de compañía, de que bicicletas, patinetes y otros trastos de movilidad personal les sobresalten en el mejor de los casos al pasar raudos a su vera, y también de toparse en sus cotidianos caminos con motos aparcadas y grandes terrazas. Es la más destacada conclusión que arroja el análisis de las 314 propuestas realizadas por los barceloneses en el proceso de participación ciudadana virtual orquestado por el gobierno del alcalde Jaume Collboni para reformar la ordenanza municipal de civismo, la normativa que entró en vigor en el 2006 a fin de garantizar la convivencia en el espacio público, un texto pendiente de actualización y revisión desde hace mucho".
7 de marzo, santoral: Felicidad y Perpetua. Ardón Esmaragdo, Eubulio, Gaudioso, Juan Bautista Nam Chong-sam, Leónidas Fëdorov, Pablo de Prusa, Pablo el simple y Teresa Margarita Redi.