Un verificador entre las maras independentistas
Las conversaciones entre PSOE y Junts se rigen por las reglas del diplomático salvadoreño Francisco Galindo, experto en conflictos colombianos. El CGPJ cumple cinco años sin renovación
3 diciembre, 2023 08:40La novedad del día es el nombre del verificador internacional cuya misión es la de acompañar al PSOE y Junts per Catalunya (JxCat) en sus negociaciones por el mundo. Don Francisco Galindo Vélez, un diplomático salvadoreño experto en resolver problemas, un señor Lobo viajado y persistente que se maneja en el dulce castellano de la América Central. El Salvador, gran país azotado por las guerras entre las maras. Ya saben, los salvatruchas contra la 18 y demás . La receta del controvertido presidente Bukele es a base de plomo y rejas. Y viceversa. De modo que los desheredados se matan en la calle y también en la cárcel.
¿Qué pensará el señor Galindo de nuestros salvatruchas? Es un hombre acostumbrado a mediar entre gente armada, lo que no es el caso del "conflicto" catalán. Tal vez resultara conveniente que el mediador tomara parte en un diálogo por ahora inexistente entre las dos grandes maras del independentismo, Junts y ERC. No estaría de más, según algunos analistas, que se unificaran las mesas de negociación y Puigdemont y Junqueras se sentaran a parlamentar ante la benéfica y protectora presencia de Galindo.
Los medios se afanan en trazar el perfil de este buen hombre. "Francisco Galindo, el salvadoreño con experiencia con las FARC y los guerrilleros que pilotará los acuerdos entre Sánchez y Puigdemont", apunta, por ejemplo, un titular de El Mundo. El texto es de Asier Vera: "Francisco Galindo Vélez (San Salvador, 1955), la persona elegida para verificar las reuniones entre el PSOE y Junts per Catalunya, es un diplomático salvadoreño que ha sido embajador de su país en Francia entre 2010 y 2015 y Colombia, donde defendió la firma de los acuerdos de paz entre el entonces presidente colombiano, Juan Manuel Santos, y el jefe de la guerrilla de las FARC, Timoleón Jiménez, alias Timochenko, en 2016. Vélez, de 68 años, también ha sido representante del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) en Francia, Colombia, México y Egipto. Asimismo, se ha desempeñado como Representante Regional Adjunto de esta organización en México, Guatemala, El Salvador, Nicaragua, Costa Rica, Panamá, Cuba y Belice entre 1987 y 2008".
Gran currículo. Sigue el perfil del citado diario: "Se graduó de la Licenciatura en Ciencias Jurídicas y Políticas y se doctoró por el Instituto Universitario de Estudios Internacionales Avanzados de Ginebra. También hizo una Maestría de Artes en la Universidad de Nueva York (NYU) y una Maestría en la Escuela Fletcher de Leyes y Diplomacia de Boston. Estudió Lengua y Civilización Francesa en la Universidad de Ginebra y Protocolo del Centro de Estudios Diplomáticos y Estratégicos en París. Vélez, quien actualmente se desempeña como cónsul de El Salvador en Bogotá, es una abogado que llegó a decir que tanto en su país como en el exterior se veía con "mucho respeto y solidaridad" la "gesta" del expresidente colombiano Juan Manuel Santos para llevar a feliz término el proceso de paz con la guerrilla de las FARC".
Las características de Galindo Vélez suscitan una cierta perplejidad en algunos medios, con El Confidencial, que titula que "El PSOE y Junts desvían la negociación sobre Cataluña a un conflicto contra los derechos humanos". El texto es de Marcos Lamelas y Marisol Hernández y esto es lo que podemos leer: "Un experto en la violación de derechos humanos y minorías desplazadas, el salvadoreño Francisco Galindo Vélez, será el portavoz y coordinador de verificadores, en la negociación que han emprendido PSOE y Junts. Una elección que parece decirle al mundo que el problema de Cataluña es la falta o la conculcación de esos derechos contra una minoría. El sentido común dice que la situación en Cataluña para nada responde a esta situación. Pero el PSOE, al reconocer este portavoz, asume de manera implícita este punto de vista del independentismo".
Tampoco son muy partidarios de las negociaciones en Vozpópuli: "El PSOE mantiene en secreto el contenido de la cita con Puigdemont que pone en jaque el pacto constitucional". Firma Javier Portillo: "El PSOE siguió transitando este sábado la senda de lo desconocido con Junts. No solo porque mantiene en secreto el contenido de la cita que mantuvo su número tres, Santos Cerdán, con el expresidente catalán Carles Puigdemont en Ginebra (Suiza), sino porque cualquier futuro acuerdo que se materialice entre ambas fuerzas pondrá en jaque el pacto constitucional de 1978, ya que los independentistas no se apean de una consulta sobre el futuro político de Cataluña y el PSOE se abre a explotar las posibilidades del Estatuto de 2006, que puede incluir una votación sobre el encaje catalán en España, según se desprende del acuerdo de investidura".
Continúa Portillo: "Por el momento, el Partido Socialista solo ha notificado que ha acordado con Cales Puigdemont confiar en el diplomático salvadoreño Francisco Galindo la labor de coordinación de la mediación internacional. El resto es una gran incógnita. Eso sí, el encuentro, según una comunicación oficial de Ferraz, se desarrolló "en un ambiente cordial y de trabajo". "Se ha continuado avanzado", zanja el partido. ¿Hacia dónde? Nadie lo sabe. Tampoco el propio PSOE, porque está impregnado de una gran desconfianza hacia su nuevo socio".
Y: "No hay una sola foto de la cita; una condición impuesta por el equipo de mediación. Tampoco hubo declaraciones públicas al término del encuentro. Tan solo una sucinta mención de Cerdán: "Ha ido bien, ha sido una reunión de trabajo". Y es que ese es el mantra al que se agarra el PSOE para restar trascendencia a su negociación con Junts. También el Gobierno se aferra a él. Pero por mucho que Moncloa intente circunscribir el diálogo con Puigdemont a un intercambio entre partidos democráticos, no se puede disociar el partido del Ejecutivo en tanto en cuanto quien decide por el PSOE es su secretario general que, a la vez, es presidente del Gobierno de España".
Y mientras el PSOE y Junts hablan de sus cosas, Oriol Junqueras trata de ponerse la medalla del diálogo. "ERC se atribuye el "trabajo previo" para conseguir la ley de amnistía", apunta La Vanguardia. La pieza viene con la firma de Julio Hurtado: "¿Qué fue primero: el huevo o la gallina? El líder de ERC, Oriol Junqueras, tiene una respuesta clara para este dilema aparentemente irresoluble: si no hubiera sido por los indultos, ahora no habría amnistía. Este sábado, el mismo día en que los focos políticos se han dirigido hacia Ginebra, donde el PSOE y Junts han celebrado su primera reunión bajo la supervisión de un verificador internacional, los republicanos han convocado un consejo nacional para reivindicar que sin el "trabajo previo" que ellos protagonizaron, la ley que tramita el Congreso y que plantea olvidar los delitos relacionados con el proceso independentista desde el 2012 y hasta el 2023 no habría visto la luz.
"En los últimos años hemos batallado y hemos luchado contra la represión y para liberar a aquellos que estaban en prisión, para reformar el Código Penal y para limitar las herramientas represivas que el Estado ha utilizado contra nuestro país", ha exclamado Junqueras ante los suyos".
Continúa la nota: "Estamos convencidos de que todo esto que hemos hecho es lo que ha permitido abrir el camino hacia la amnistía y darla por descontada", ha remachado el presidente de ERC, que estuvo tres años y medio en la cárcel por su participación, como vicepresidente del Govern que presidía Carles Puigdemont, en la organización del referéndum del 1 de octubre del 2017, declarado ilegal por la justicia española. Seis años después de aquella fecha, el camino de Junts per Catalunya, partido al que Puigdemont ha devuelto a la senda del pacto a raíz de la necesidad de Pedro Sánchez de sus siete votos en el Congreso para ser reelegido presidente del Gobierno, se ha bifurcado del de ERC, que dirige en solitario y en precaria minoría parlamentaria la Generalitat por primera vez desde la Segunda República. De ahí que, al margen de la amnistía, que beneficiará también a los republicanos, singularmente a su secretaria general, Marta Rovira, que vive en Suiza desde el fracaso de la fugaz declaración unilateral de independencia, el discurso de Junqueras se haya centrado en resaltar la acción de gobierno de ERC".
La cita en Ginebra entre socialistas y "juntaires" tiene otras derivadas. En La Razón afirman que "Sánchez declara la guerra a los jueces para tapar la negociación en Suiza". Escribe Carmen Morodo: "El expresidente de la Generalitat Carles Puigdemont volverá a ser candidato de Junts en las próximas elecciones europeas, pero no está tan claro que quiera ser candidato en las autonómicas, ni tampoco que pudiera serlo, de querer, por más que sea una constante en el debate político y mediático. Miembros del Gobierno lo descartan. Sí ven mucho más claro que están en manos de un político "imprevisible", hablan de él como una persona «ciclotímica», muy sujeta a las circunstancias, y al que le mueve, ante todo, su enfrentamiento con ERC y Oriol Junqueras. Esta guerra personal complica la negociación del PSOE con las dos partes y añade más riesgos a una estabilidad precaria en la que Pedro Sánchez tiene que ir haciendo equilibrios en el alambre con un coste institucional irreversible".
Ahora viene la parte judicial. "Para sobrevivir, Moncloa ha optado por hacer del Poder Judicial la "diana" sobre la que volcar toda su furia, y tiene el apoyo de Puigdemont, de Junqueras y de la izquierda a su izquierda. Es estrategia de supervivencia, en la que contarán con la ayuda de la decisión de la cúpula judicial de responder a dentelladas, como ya lo están haciendo, con el grave riesgo para el Estado de Derecho que se deriva de este choque entre poderes independientes. La ley de amnistía que tramita el Congreso tiene entre sus objetivos atar de manos a los jueces, pero no podrán evitar que el Tribunal Supremo plantee la cuestión de constitucionalidad, y también incluso una cuestión prejudicial ante el Tribunal de Justicia de la UE, movimientos que demorarán por meses la aplicación de la amnistía a Puigdemont, y puede que también a Junqueras, depende de cómo y cuándo se formalicen los recursos" A Moncloa este enfrentamiento con los jueces le sirve, o eso creen, para aglutinar a la izquierda y para poner sordina al malestar en sectores socialistas con la negociación clandestina con Puigdemont".
Pero hay otra lectura. La negociación entre PSOE y el independentismo sería un asunto de menor relieve que la no renovación del CGPJ. El País destaca al respecto que "Cinco años de bloqueo del PP en el Poder Judicial abocan a la justicia a su crisis más grave". Del texto de Reyes Rincón: "El Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) cumple este lunes cinco años con el mandato caducado. Por más que, desde hace un lustro, cada 4 de diciembre se recuerde el aniversario de un bloqueo que hace tiempo que dejó de tener precedentes, las circunstancias que rodean al de este año apuntalan la crisis en el que se encuentra sumida la justicia, que, para varios magistrados consultados, es ya la más grave de la democracia. Y lo peor es que no se ve salida".
Sigue la nota: "Al estar en funciones, no puede nombrar magistrados del Tribunal Supremo, ni renovar las cúpulas de la Audiencia Nacional, los tribunales superiores y las audiencias provinciales. Se acumulan 85 vacantes. En el Supremo son los letrados quienes en ocasiones redactan sentencias que luego firman los magistrados. Su Sala de lo Social tiene seis mil asuntos pendientes. El PSOE, que ha elegido al ministro Félix Bolaños para deshacer la madeja de una justicia cada vez más politizada por la mayoría conservadora, ha tendido la mano al PP. Pero los populares, que se han negado a cerrar los últimos pactos con distintas justificaciones, amagan con no negociar. El calendario electoral dificulta que pueda ocurrir antes del próximo verano".
3 de diciembre, santoral: Francisco Javier, Ambico, Atalia, Birino, Casiano de Tánger, Claudio tribuno, Crispino mártir, Galgano, Hilaria, Jasón, Lucio eremita, Magina, Mirocles y Sofonías.
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