Las tropas rusas se hunden en el barro. Invasión estancada en medio de un escalofriante balance de víctimas civiles. Las negociaciones entre rusos y ucranianos distan de lograr un alto el fuego. Rusia quiere una Ucrania desarmada y a sus pies, con un difuso estatus de país neutral. Ucrania ya no quiere entrar en la OTAN. Los ucranianos han comprobado de primera mano el cuajo inmoral de los clubes de ricos. Ni siquiera la UE ha abierto sus puertas a un país martirizado. Las peticiones de auxilio se han sustanciado en envíos de armas. Nada más. Y aún así, Ucrania resiste. Los ciudadanos soportan estoicos bombas y penalidades y convierten las ensoñaciones imperiales de Putin en un fracaso sin paliativos.
El mandatario ruso está furioso y desconcertado. Y culpa a sus servicios de inteligencia del fiasco de invasión. Cualquiera le lleva la contraria, antes o ahora. Putin estaba convencido de que en cinco días sus tanques desfilarían por las calles de Kiev y se encuentra con un conflicto enquistado, empantanado, con sus generales sobre el terreno en el punto de mira de los francotiradores ucranianos que tanta fama dieron al Ejército Rojo.
Desde la capital de Ucrania cuenta Joaquín Luna para La Vanguardia que la invasión está en "punto muerto", que la campaña "no es un paseo" y que cada día mueren unos trescientos soldados rusos. Del texto de Luna: "“La invasión rusa está en un punto muerto en todos los frentes”, señalaba ayer el Ministerio de Defensa británico, una constatación que no consolará a las víctimas del día, pero que aviva el debate sobre si Rusia amaga un golpe o, simplemente, es incapaz de avanzar al ritmo que quería. Ucrania no está siendo un paseo militar. El episodio del bombardeo del teatro de Mariúpol, en cuyos sótanos se refugiaban más de mil personas, ilesas en casi su totalidad, ilustra también el riesgo del aparente empantanamiento ruso: la tentación de recurrir a acciones aún más salvajes, indiscriminadas e intimidatorias sobre la población civil. Moscú ha negado que bombardease el teatro, un desmentido que, como todos los procedentes del Kremlin, tiene el hándicap de que también desmienten que esto sea una guerra. “La falta de eficacia de la fuerza de combate rusa y el grado de la resistencia ucraniana son una sorpresa”, aseveraba ayer la Fondation pour la Recherche Stratégique, citada por France Presse. Gracias a esta resistencia, la moral de la población parece elevada y dispuesta al sacrificio".
En El Mundo es Alberto Rojas quien firma una pieza sobre los "errores militares rusos que desesperan a Putin". La sangría es de proporciones colosales. "Las tropas invasoras sufren en 23 días la pérdida del 10% de sus tanques y tantas bajas como EEUU en Irak y Afganistán durante 20 años", apunta un sumario del texto, que arranca así: "Los tanques rusos han frenado. Si hace unos días su avance en Ucrania era lento y penoso, hoy la parálisis de las fuerzas armadas rusas ya es patente en todos los frentes de batalla. A los enormes problemas logísticos de las columnas blindadas rusas, la feroz resistencia ucraniana y la eficacia de las armas occidentales, se le suma la baja preparación de la tropa de Moscú y un pobre mantenimiento de las armas de guerra, abandonadas por doquier. Además, el cambio climático adelanta el deshielo en un invierno menos frío que de costumbre y trae consigo la aparición de la temible 'rasputitsa' o mar de lodo, un aliado de Moscú contra Napoleón y Hitler, pero también un pesado cepo de barro para las orugas de los blindados rusos".
Continúa el texto: "Las señales de este fracaso sobre el terreno son tan evidentes que el nerviosismo está llegando hasta el Kremlin. La muerte de cuatro generales rusos abatidos por francotiradores ucranianos muestra esa ansiedad: cuando un alto mando militar tiene que ponerse a dirigir a su tropa a tiro de piedra del enemigo es que las cosas no van bien. Los soldados rusos están entrando en casas particulares abandonadas y en supermercados cerrados para saquear comida, lo que da una idea del desabastecimiento que sufren en el frente. Las bajas son enormes. Washington da cifras escalofriantes: 7.000 soldados rusos muertos, más que todos los militares de EEUU muertos en Irak y Afganistán durante 20 años. Los heridos son entre 14.000 y 21.000. Las morgues y los hospitales de campaña tras las líneas rusas están colapsados, lo que significa que la mayoría de unidades desplegadas en el frente están al límite".
En la guerra económica, El País asegura que "La UE debate ya suspender la compra de gas a Rusia". Es un titular del mismo día en el que el presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, que intervino en la cámara alemana, puso de vuelta y media a los dirigentes de ese país, a los que acusó de no hacer lo suficiente para detener la guerra. Del texto de M. V. Gómez y B. de Miguel: "La Unión Europea discute un nuevo paquete de sanciones contra Rusia, el quinto desde que comenzó el ataque a Ucrania, que prácticamente agotaría el margen de maniobra y obligaría a plantearse la ruptura energética con Moscú, según fuentes comunitarias. El debate sobre el corte de las importaciones energéticas rusas, algo que parecía impensable, llegará hoy a la reunión de los representantes permanentes de los Veintisiete, aunque la decisión final llevará más tiempo. Alemania y varios socios se resisten a esta medida por temor al impacto en sus economías. Pero las fuentes citadas indican que la prolongación de la guerra y el continuo aumento del número de víctimas civiles redoblan la presión sobre Berlín para que acepte el sacrificio económico de renunciar a la compra de gas, petróleo y carbón rusos".
El aumento de precio de los carburantes es la excusa de una plataforma de transportistas para colapsar el sector de la distribución alimentaria. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, prometió hace un par de días aplicar medidas de contención de combustibles y suministros a finales de marzo. En el Abc reprochan al Ejecutivo que otros países de la Unión Europea han comenzado ya a rebajar precios. Este es el resumen de la ronda de corresponsales en el diario monárquico: "El Gobierno italiano ha destinado ya diversas ayudas a familias y empresas para reducir el aumento de los precios de la energía. El pasado 9 de marzo, el primer ministro, Mario Draghi, anunció que el Gobierno había destinado 16.000 millones de euros para sostener familias y empresas a causa del incremento de la factura energética. (...) El Consejo de Ministros alemán aprobó el miércoles una actualización del Presupuesto Federal de 2022 que contempla un nuevo endeudamiento de 200.000 millones. La mitad de esa cantidad irá destinado a gastos de Defensa y la otra mitad formará un presupuesto adicional para paliar los efectos económicos de la guerra de Ucrania".
Sigue la pieza: "El Gobierno francés presentó el miércoles un primer plan de ayuda urgente de 7.000 millones de euros a las familias, las empresas y los sectores más afectados por la crisis energética. A partir del 1 de abril, el precio de los carburantes, gas, gasolina, gasoil se reducirá en 15 céntimos el litro para las familias y las empresas. El Gobierno espera compensar esa reducción a través de los ingresos estatales correspondientes al IVA. (...) El Gobierno socialista portugués inaugura un nuevo régimen de líneas de crédito para el sector agrícola que aumenta las ayudas y alivia su situación en plena guerra de Ucrania. Es la prueba de que el vecino ibérico tiene por objetivo impulsar la economía en tiempos difíciles, en mayor medida que en España. (...) Bélgica redujo al 6% el IVA de la electricidad y gas; bajó los precios de los carburantes 17,5 céntimos el litro y dio ayudas de 100 euros para las familias más desfavorecidas. En el caso de Polonia, rebajó el IVA de los combustibles al 8%, mientras que el del gas natural se bajó al 0%. Por su parte, Irlanda abarató hasta septiembre el precio de la gasolina, diésel y diésel verde en 20 céntimos, 15 céntimos y 2 céntimos, respectivamente".
En Vozpópuli hacen recuento de los productos que comienzan a escasear en los lineales de los supermercados. Se trata de pescado, leche, frutas y cerveza. Escribe Nerea San Esteban: "La huelga de transportes convocada por la Plataforma en Defensa del Transporte por Carretera está afectando especialmente a los alimentos perecederos. Con un problema de suministro ya evidente en algunas zonas de España, donde no pueden llegar los camiones hasta los supermercados, estos productos tienen que ser desechados rápidamente. Por lo tanto, son los que ya empiezan a faltar en los lineales de las tiendas. Frutas y verduras, pescado, leche e incluso cerveza --por el bloqueo de las plataformas logísticas-- están entre los sectores más dañados ya por esta huelga, por lo que las patronales del gran consumo llevan días reclamando protección al Gobierno frente a los piquetes. "Estas actuaciones descontroladas están generando graves desperfectos en distintos puntos de España, impidiendo el normal funcionamiento de la cadena alimentaria y generando problemas de abastecimiento, tanto de materias primas como de otros suministros auxiliares necesarios para la producción", explican desde la Federación Española de Industrias de Alimentación y Bebidas (Fiab)".
Más huelgas. Maestros y profesores de Cataluña. Ayer provocaron un caos fenomenal en Barcelona al cortar la ronda del Litoral. Es decir, docentes de materias entre las que se incluye la urbanidad, la educación, las buenas maneras y el bien común se lanzaron a colapsar el tráfico porque les salió del níspero. El próximo 23 de marzo protestarán contra la sentencia del 25% de español en las aulas y los días 29 y 30 otra vez por la nefasta gestión del consejero del ramo, Josep Gonzàlez-Cambray, a quien comparan con Napoleón por su altanería, suficiencia, arrogancia e inflexibilidad.
El presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, confía en su consejero y, sobre todo, se niega a ejercer de interlocutor con los sindicatos. Hasta ahí podíamos llegar, se dice el dirigente de ERC. Así lo cuenta Bernat Surroca en Nació Digital: "El president de la Generalitat, Pere Aragonès, ha rebutjat ser l'interlocutor amb els sindicats d'educació, tal com han demanat les organitzacions en les darreres hores. El president ha refermat la confiança en el conseller Josep Gonzàlez Cambray en l'últim dia d'aquesta primera onada de jornades de vaga, que ha aplegat 10.000 persones a la plaça de Sant Jaume per demanar-ne la dimissió i lliurar una carta al president per demanar que actuï de mediador. "Qui té l'expertesa, el coneixement i la confiança per dur a terme el diàleg i els acords amb la comunitat educativa és el Departament d'Educació", ha dit Aragonès, que ha reiterat el compromís del Govern amb les qüestions organitzatives que requereix avançar l'inici de curs una setmana. "Es pot assumir perfectament, les qüestions organitzatives estaran a punt", ha assegurat des de Berlín".
18 de marzo, santoral: Alejandro y Cirilo de Jerusalén, Anselmo de Mantua, Eduardo, rey de Inglaterra, Frigidiano, Leobardo y Salvador de Horta Grionesos.