Las leyes de igualdad, la de vivienda, la guerra de Hasél... Todo son escollos y palos en la ruedas entre la parte socialista del Gobierno y la podemita. El Ejecutivo es un campo de minas, la alfombra de clavos de un fakir, un avispero en un manglar. El vicepresidente segundo, Pablo Iglesias, se ha declarado en rebeldía y los suyos atacan con saña digna de mejor causa a la vicepresidenta primera, Carmen Calvo, que soporta un fuego graneado cuyo origen está en que se le ocurrió poner reparos a la ley de libertad sexual de Irene Montero, ministra de Igualdad y compañera sentimental de Iglesias, tanto monta que monta tanto lo de compañera y ministra.
El encono es mayúsculo. Los ministerios económicos del Gobierno no soportan a Iglesias, vicepresidente de día, malote de noche. La cuenta de Twitter del personaje es un poema. El día que no está con una serie, está acabando un libro o entrevistando a un activista para su canal. Cualquier cosa menos lo que se parezca a una agenda oficial y regular de miembro del Gobierno de España.
La ruptura, sea cuando sea, será brutal. El deterioro del Ejecutivo es el argumento de portada en varios medios, entre ellos El País y La Razón. En el diario de Planeta se encarga de la crónica Carmen Morodo. El titular que encabeza su texto es el siguiente: "El juego sucio crece en el Gobierno con deslealtades y zancadillas". Los sumarios son más suculentos: "El vicepresidente se vuelve activista del 15-M. La parte socialista le acusa de usar el Consejo de Ministros para «pagarse la niñera y el chalet»".
Así pues, furia en Moncloa, espadas en alto, navajazos por la espalda, zancadillas a tutiplén. Escribe Morodo: "El vicepresidente del Gobierno, Pablo Iglesias, se juega la supervivencia de Podemos, y ha decidido recuperar a su avatar más duro y activista, al de la época «revolucionaria» del 15-M, para garantizarse esa supervivencia, al mismo tiempo que no abandona el coche oficial. La ruptura de la coalición no le conviene ahora, no hay nada fuera del Gobierno, pero la ruptura de las mínimas reglas de convivencia entre los dos partidos, y entre la parte socialista y morada del Gobierno, es ya total. Las discrepancias ideológicas son una excusa, que habrá que ver si entiende o no el electorado de izquierdas, para esconder lo que se mueve de fondo: «puro juego sucio y desestabilizador». Por poco que rasques en la parte socialista, lo que dicen de Iglesias y de su partido resulta mucho más hiriente que lo que dicen en el lado del centro derecha".
Líneas después la crónica recoge expresiones textuales: "La parte socialista se refiere al secretario general de Podemos y vicepresidente del Gobierno como a un «peligroso agitador». Dicen de él que no está en la gestión, que no conoce la administración, y que suple la falta de competencias con una estrategia desestabilizadora a la que «sólo le faltaba el apoyo a la violencia callejera». (...) «A cargo del Presupuesto paga el chalet y la niñera, viaja en coche oficial, y tiene margen para que su pareja y él concilien y se pasen la tarde en casa», cuentan en el área económica del Gobierno".
En El País es Carlos E. Cué quien se ocupa del expediente con un título más complaciente con el Ejecutivo: "La difícil digestión de la coalición". En los sumarios, la nota afina y entra en detalles: "Un sector minoritario plantea echar a Iglesias, pero Sánchez lo descarta. Ambos tienen previsto verse esta semana". Del texto destacan estos párrafos: "Ambos tienen visiones contrapuestas, pero ministros y dirigentes de los dos grupos coinciden en una idea: “Esto no puede seguir así”. La semana ha sido durísima. Empezó con un choque por la política de Igualdad. Unidas Podemos reprocha al PSOE que presente unilateralmente leyes de un ministerio que dirigen ellos y los socialistas no perdonan a los de Iglesias que buscaran votos en el Congreso e incluso sondearan al PP para tumbar la ley socialista. Y terminó con una discusión por las manifestaciones de apoyo al rapero Pablo Hasél. La situación es insostenible, admiten en los dos sectores".
Y: "Un grupo de ministros nombrados por el PSOE, pero independientes, no de partido, empieza a lanzar internamente la idea de que tal vez el Gobierno tendría menos desgaste si Sánchez decidiera sacar a Unidas Podemos y seguir en solitario. Pero es una opinión minoritaria dentro del Ejecutivo. Tanto el resto de ministros socialistas y los dirigentes clave del PSOE —que no quieren vivir el infierno parlamentario que supondría la salida del grupo de Iglesias del Gobierno—, como el entorno de Sánchez insisten en que el presidente tiene muy claro que no es momento para desestabilizar al Ejecutivo. Con 120 escaños, a 56 de la mayoría absoluta, sería una “frivolidad”, según coinciden varios ministros, dirigentes y barones socialistas, romper con Unidas Podemos y arriesgarse a perder votaciones constantemente en el Congreso. Los ministros más distanciados de Unidas Podemos, en especial algunos clave del sector económico como Nadia Calviño o José Luis Escrivá, pero también otros que mantienen un fuerte choque dialéctico con los de Iglesias, como Margarita Robles, responsable de Defensa recuerdan internamente que el Gobierno ya ha logrado aprobar los Presupuestos y podría aguantar mucho tiempo en solitario porque tampoco Unidas Podemos tendría mucho margen para votar en contra de medidas sociales".
Quinta jornada en Barcelona de incidentes, saqueos, incendios, destrucción y desgobierno. La consejería de Interior es un chiste. Miquel Sàmper, tan simpático, parece un colega de un club de la comedia. Había que verlo anoche en TV3 con la mejor de sus sonrisas explicando que el derecho a la manifestación es sagrado pero que claro, hay cosas que están muy mal. Con lo adusto que se ponía cuando explicaba las restricciones por la pandemia... Y ahora es un flanecito y tiembla y rebota como un teletubi. Es de un patetismo sideral y apocalíptico, la pura degradación, representación esférica de la ausencia de autoridad completa y sin paliativos.
Colau, por su parte, sigue defendiendo en primer lugar el derecho de manifestación y la libertad para el señorito Hasél y luego ya el paquete formado por comercio, restauración y vecinos. Las prioridades están claras.
En El Confidencial, A. Fernández explica las tácticas de guerrilla que siguen los amigos del rapero y que los Mossos se han convertido en un objetivo prioritario. Hay que atacarles "incluso cuando vuelvan a sus casas", rebuznan los violentos en la redes. Escribe Fernández que manejan un manual que "explica la importancia de aplicar el terror por el terror y la conveniencia de asaltar comisarías o cuarteles policiales. La mayoría de esas tácticas están siendo seguidas punto por punto por alborotadores que estos días hacen de algunas calles de las principales ciudades un infierno. “Los incendios de bancos, el fuego prendido a las comisarías y coches-patrulla, los ataques contra unidades de antidisturbios, las acciones con bombas, los sabotajes y los destrozos nunca han desaparecido de la realidad callejera, mostrando que quien quiere puede también actuar”, alerta el manual".
Sigue la nota líneas después: "Además, por las redes sociales han comenzado a correr consignas de atacar a los agentes del orden como objetivo prioritario. “Os lo dijimos, vamos a por vosotros”, advierten activistas anónimos a través de las redes, en mensajes que enseguida se convierten en virales. Los Comités de Defensa de la República (CDR) de la Cataluña central van más allá y esta semana retaban a los Mossos d’Esquadra. “Nos volvemos a encontrar en las calles, psicópatas con uniforme. ¡¡Quien siembre la miseria recoge la rabia!! Que lo sepas, Miquel Sàmper, no pararemos hasta la disolución de la Brimo”, amenazaban este miércoles los comités. Sàmper es el consejero de Interior de la Generalitat y la Brimo es la división de antidisturbios. Las amenazas de muerte se suceden en las plataformas de activistas, desatando la idea de que cualquier ‘caza al policía’ es bien vista y beneficiosa. Por su parte, el activista J. G. R., que se hace llamar Jou en las redes, llamaba este viernes no ya a atacar a los policías, sino a matarlos “y que con los restos que queden no puedan ni hacer pruebas de ADN”".
Este martes se cumplen 40 años del intento de golpe de Estado del 23-F, la asonada del "Todo el mundo al suelo" que gritara el entonces teniente coronel de la Guardia Civil Antonio Tejero Molina en el Congreso de los Diputados mientras algunas guardias ametrallaban el techo. Se dice pronto.
En El Mundo han hablado con el rey emérito y saludan la efeméride con este titular: "Juan Carlos I desvela al héroe callado del 23-F: "El general Juste fue quien impidió que el Ejército creyera que yo estaba tras el golpe"". El texto es de Emilia Landaluce. Ahí va un extracto de su crónica: "Es cierto que todos, incluso los que no habían nacido, recordamos el mensaje televisado de Su Majestad, pero también el télex que le envió desde Zarzuela a Milans del Bosch, que había sacado los tanques por Valencia. "Cualquier golpe de Estado no podrá escudarse en el Rey. Es contra el Rey. Te ordeno que retires todas las unidades que hayas movido. Te ordeno que digas a Tejero que deponga inmediatamente su actitud. Juro que ni abdicaré de la Corona ni abandonaré España. Quien se subleve está dispuesto a provocar una nueva guerra civil"".
Sigue: "Sí, en el imaginario popular (pese al teatro frívolo de Jordi Évole o los puzzles conspirativos de varios autores), el Rey Juan Carlos fue el héroe frente a la asonada del 23-F. Puede sorprender que, 40 años después, el Rey Padre no esté totalmente de acuerdo con la anterior afirmación. "Fue el general Juste quien realmente hizo que Armada no entrara a Zarzuela e hiciese creer al resto de los implicados que yo estaba en el golpe. Además ordenó a la División Acorazada Brunete que permaneciera en sus cuarteles y no saliera a tomar las calles de Madrid", dice, para inmediatamente lamentarse por el mal trato que le dispensó el ejército, y el recelo de muchos de sus compañeros, en los años sucesivos. En 1982, José Juste, jefe de la División Acorazada Brunete, pasó a la reserva tras ver frustradas sus aspiraciones de ascender a teniente general y después de haber sido relevado del mando de su división. Si su pase a la reserva le casó dolor, no le causó menos ser relevado del mando que ejercía. Su ascenso, al menos, habría restituido su dignidad de oficial general, la que le habían intentado arrebatar la tarde del 23-F".
La Razón, por su parte, presenta un relato alternativo firmado por Andrés Bartolomé en el que arroja dudas sobre la actuación de Juan Carlos. Ahí va el párrafo: "Entre los interrogantes está el papel del Rey Don Juan Carlos, que en la versión más benévola se dice que desconocía el golpe, pero no el rumor que corría tiempo atrás en círculos del Ejército. Otra «x» a despejar es la identidad del «Elefante Blanco», la «máxima autoridad» que debía asumir el mando, papel que se ha atribuido a Alfonso Armada en una lista en la que figura el teniente general Jaime Milans del Bosch, ambos monárquicos convencidos".
Y añade: "Pero también están por aclarar el protagonismo de la AOME, la unidad operativa del CESID, con el comandante José Luis Cortina como personaje clave; el papel de la CIA –Estados Unidos puso en alerta las bases americanas el 20 de febrero, situó a la VI Flota frente a las costas de Valencia y desplegó un avión espía Awacs en Lisboa–, y el destino del centenar de grabaciones que registraron las llamadas hechas desde el Congreso ese 23-F. Sin olvidar un detalle harto curioso: los hijos del Rey no fueron al colegio ese día, ni tampoco los de los militares americanos destinados en la base de Torrejón de Ardoz".
Para acabar, una nota del Ara, establecido como tribunal de la inquisición. "Assetjament sexual i abús de poder a alumnes de l’Institut del Teatre" es el espatarrante titular de una pieza en la que se señala a tres profesores. La pieza arranca así: "“A l’Institut del Teatre els dèiem els nenes perquè anaven darrere les nenes”. És una frase d’una actriu catalana que defineix el que ha passat durant dècades en una institució pública, depenent de la Diputació de Barcelona, com l’Institut del Teatre. Al llarg dels últims 30 anys hi ha hagut una sèrie de professors que han abusat del seu poder davant dels estudiants amb comentaris humiliants i de caràcter sexual, fins i tot assetjant-los i en algun cas abusant-ne sexualment amb tocaments. En un dels casos, aquests comportaments van fer que una estudiant deixés els estudis i marxés a viure lluny. També hi ha hagut maltractament psicològic reiterat i estructural. No són fets aïllats. L’ARA ha conversat amb centenars d’alumnes que han posat el focus sobre una dotzena de professors i exprofessors. Tres es repeteixen: Joan Ollé i, en diferent grau, Jorge Vera i Berty Tovías".
Sigue: "Els alumnes eren ja adults, noies i nois molt joves que patien l’abús de persones que els doblaven l'edat i alhora els podien obrir les portes al món professional. I tot en un context, el de les arts escèniques, on els sentiments conflueixen i els límits són difusos".
Al final de la pieza, el diario se cura en salud: "Aquesta investigació, iniciada l’octubre del 2019, no pretén, ni de bon tros, criminalitzar el sector. Tampoc jutjar les relacions entre persones adultes de diferents edats si són consentides i no hi ha un abús de poder. Amb aquest exercici només volem constatar que de casos n'hi ha. Com el de l’Aula de Teatre de Lleida publicat al maig. Avui només apareixeran uns quants noms, però el compromís de l’ARA de continuar trencant silencis segueix ferm".
Así es que no hay denuncias, todo el mundo era mayor de edad y el Ara es quien decide qué nombres saca a la luz y cuáles se calla. Muy bien, perfecto. Todo en orden.
21 de febrero, santoral: Eustacio de Antioquía, Germán, Pedro Damián y Roberto Southwell.