Insólita presteza e inaudita rapidez. No habían pasado ni 48 horas de la cita con las urnas y Pedro Sánchez y Pablo Iglesias rubricaban un principio de acuerdo para gobernar España en coalición, la primera en la historia de la democracia. Abrazo de circunstancias entre el tipo del traje y el hombre de la coleta que pilló a medio país con el paso cambiado. Se esperaba algo más de trasteo, un ritual de apareamiento más complejo, un cortejo trabado pero Pedro y Pablo sorprendieron a la concurrencia con un remate rápido, una conclusión acelerada, un aquí te pillo, aquí te firmo.
Martes frenético. Los gendarmes despejan la frontera con un sorprendente invento, el gas pimienta que disuelve manifestaciones sin resistencia. El abogado del Tribunal de Justicia de la Unión Europea dice que a Junqueras le correspondía inmunidad nada más ser votado eurodiputado, impresión que si coincide con la posterior sentencia será un tsunami de la pera que permitirá a Puigdemont pasearse por España como "Peblo" por su casa.
Entre medias, espectáculo parlamentario patrocinado por el simpar Roger Torrent, que finge desobedecer al Tribunal Constitucional pero luego no se atreve a publicar en el boletín oficial del circo de la Ciutadella el acuerdo para "ejercer la autodeterminación" propuesto por la Cup. Y además, cambia la hora del pleno y la pone a la misma que el consell executiu del Govern. Un fenómeno, Torrent.
Y en esas estábamos cuando el PSOE y Podemos anunciaron al mundo que había fumata blanca entre sus líderes supremos. Como escriben Carlos E. Cué, José Marcos e Inés Santaeulalia en El País, "La mejor dieta para un político es comerse sus propias palabras”. Lo dijo Mariano Rajoy hace un mes citando a Winston Churchill, tal vez anticipando lo que podía pasar en España. El fiasco de la repetición electoral forzó a Pedro Sánchez a dar un giro de 180 grados y aceptar, ahora sí, una coalición con Unidas Podemos sin vetos, en la que Pablo Iglesias tendrá una vicepresidencia. El acuerdo no está acabado pero será similar al que estuvieron a punto de cerrar en julio, con una vicepresidencia y tres ministerios, según fuentes de la negociación. El pacto que parecía imposible durante seis meses se desbloqueó en una reunión de poco más de una hora en La Moncloa entre los dos líderes. Ahora, el PSOE y Podemos necesitarán más apoyos y casi con seguridad la abstención de ERC".
Sobre la abstención del partido republicano apunta la crónica párrafos después que "ERC estaba dispuesta a abstenerse en julio y en septiembre --tanto que lo hizo sin nada a cambio--, pero ahora las cosas se han complicado. El giro de Sánchez durante la campaña, en la que endureció su discurso sobre Cataluña para buscar unos votos de Ciudadanos que nunca llegaron --llegó a prometer recuperar el delito de convocatoria de referéndum ilegales que el propio PSOE había eliminado-- y la batalla interna en el independentismo --ERC ha perdido dos escaños y los más duros de JuntsxCat, que votarán “no” con seguridad, han ganado uno-- han debilitado las posiciones más moderadas en el grupo de Oriol Junqueras, que antes de las elecciones apostaba por la abstención. La investidura no está, en fin, garantizada. Pero el PSOE confía en sacarla adelante de una u otra manera para evitar las terceras elecciones".
Al acuerdo entre Pablo y Pedro le llaman en La Razón "la coalición del insomnio" y ya se ha cobrado su primera víctima, la aún vicepresidenta Carmen Calvo, según apunta Toni Bolaño en el diario de Planeta: "A la vista de las filtraciones del nuevo gobierno, Calvo «debe estar recogiendo su despacho», apunta con una cierta sorna no exenta de mala fe, un dirigente socialista. Su fracaso en las negociaciones con Podemos, sus salidas de tono, sus declaraciones fuera de lugar y el fiasco de la exhumación de Franco, la apartarán del Ejecutivo y puede dar con sus huesos en la presidencia del Congreso. Los subsecretarios que se reúnen bajo su égida cada miércoles lo agradecerán, y con entusiasmo. Seguro que Nadia Calviño no los torturará con una «intervención-mitin-reprimenda de una hora en cada reunión», que a más de uno de los presentes les pone de los nervios".
Y añade Bolaño: "En estas últimas horas, Carmen Calvo ha sido la convidada de piedra. Sánchez no le comunicó los movimientos, solo los conocía Adriana Lastra y se intuye que José Luís Ábalos, además de Iván Redondo en la nueva negociación con la formación morada".
En Público ya corren las quinielas sobre el nuevo ejecutivo. Escriben Manu Sánchez y Beatriz Asuar: "Fueron Sánchez e Iglesias quienes tomaron las riendas de la negociación. Acordaron que no habría vetos ni líneas rojas y perfilaron una estructura de Gobierno con algunos detalles prácticamente ya cerrados como que Iglesias ocupará la vicepresidencia de Derechos Sociales e Irene Montero y Yolanda Díaz serán ministras. Hablaron de las carteras: se descartaron algunas por falta de competencias y acordaron otros ministerios. También trataron directamente las diferencias que tienen sobre Catalunya y los ejes prioritarios que plasmaron en el documento que firmaron este martes.
Sánchez exigió a Iglesias, sobre todo, "lealtad institucional" y que el Gobierno funcione como un órgano coordinado y cohesionado sobre todo, en los grandes temas de Estado y, en especial, en lo referente a la situación de Catalunya".
También en Ok Diario se habla del futuro Gobierno. Lo hace Joan Guirado: "La gallega Yolanda Díaz al frente de Empleo o el líder de los Comuns, Jaume Asens, en Vivienda y Derechos Civiles serán la cuota territorial de los morados. También se reserva una silla para el coordinador federal de Izquierda Unida, Alberto Garzón, y otra para el exJemad José Julio Rodríguez, que no ha conseguido nunca representación en las diferentes elecciones en las que se ha presentado. Rodríguez se convertirá en el nuevo ministro de Defensa, según ha comunicado él mismo a su entorno".
Pero todo está en el aire, toda vez que el acuerdo depende como mínimo de la abstención independentista y Junts per Catalunya (JxCat) no está en absoluto por la labor de facilitar del desbloqueo. El preacuerdo entre PSOE y Podemos no se acopla a los deseos del waterlootismo, tal como apunta la crítica de José Antich en El Nacional: "El punt 9 de l'acord és un caixa o faixa de difícil digestió fins i tot per als comuns i, sincerament, és difícil de gestionar pels partits independentistes catalans. Porta per títol: "Garantir la convivència a Catalunya" i diu així: "El govern d'Espanya tindrà com a prioritat garantir la convivència a Catalunya i la normalització de la vida política. Amb aquesta finalitat, es fomentarà el diàleg a Catalunya, buscant fórmules d'entesa i trobada, sempre dins de la Constitució. També s'enfortirà l'Estat de les autonomies per assegurar la prestació adequada dels drets i serveis de la seva competència. Garantirem la igualtat entre espanyols". Convivència, diàleg a Catalunya, no amb Catalunya i Constitució. Res de bilateralitat, diàleg sense línies vermelles, referèndum acordat, dret a l'autodeterminació o amnistia. Un pot ser l'últim convidat a la taula però el que no pot ser és l'únic que es quedi sense menjar. I això és el que sembla que s'espera a Madrid una vegada més dels independentistes catalans".
La otra gran noticia del día es el espaldarazo europeo al independentismo, del que en El Mundo escriben Ángela Martialay y Pablo R. Suanzes: "El dictamen del abogado general de la Unión Europea, Maciej Szpunar, supone un nuevo imprevisto judicial en el procés. En su informe ante el Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE), que no es vinculante pero sí de indudable peso jurídico, el abogado general afirma que el líder de ERC, Oriol Junqueras, gozaba de inmunidad parlamentaria cuando el Tribunal Supremo rechazó el 14 de junio excarcelarlo para comparecer ante la Junta Electoral Central con el fin de prestar la promesa o el juramento de acatar la Constitución como persona electa al Parlamento Europeo".
Continúa la nota líneas después: "A falta de que el TJUE tenga la última palabra, se abre un escenario jurídico endiablado para el Supremo. En primer lugar, porque el tribunal puede coincidir con el dictamen del abogado general y si Luxemburgo concede la inmunidad a Junqueras el Tribunal Supremo se vería obligado a excarcelarle -sin imponerle ninguna medida cautelar- y, a posteriori, solicitar al tribunal el suplicatorio para poder ejecutar la condena".
Y: "Pero el laberinto jurídico no acaba aquí, ya que también podría afectar al expresidente Carles Puigdemont si el TJUE acoge la tesis del abogado general. El letrado polaco sostiene que la "única cuestión" que sigue siendo pertinente en estos momentos "es si, como miembro del Parlamento, el recurrente en el procedimiento principal estaba amparado por la inmunidad en el momento en que se dictó dicha sentencia"".
Por lo demás, los Comités de Defensa de la República (CDR) cortaron anoche a placer los accesos a Barcelona con unos cientos de manifestantes. Al tiempo, continúa el corte en la AP-7 a la altura de Girona. Al respecto escribe en La Vanguardia Joaquín Luna: "El derecho de manifestación --tan ejercido en esta Catalunya oprimida-- exige proporcionalidad. Es puro sentido común, salvo que esto sea el cortijo de alguien... Unos centenares de personas no tienen derecho a cortar indefinidamente una vía utilizada por 44.000 vehículos a diario de los que 10.000 son camiones de transporte. Ya sé que son independentistas, una ideología que, al parecer, da derecho a disponer de todas las calles y carreteras sin disculparse o pensar lo más mínimo en tantos trabajadores perjudicados. ¿No les pareció suficiente un corte de tres horas?".
Hoy es, en teoría, el último día de la Diada de tres días a la que en Madrid, vistos los acontecimientos políticos, no se le hace el más mínimo caso. En Cataluña, en cambio, los medios públicos y los privados afectos a la causa han comprado la burra (fake) de que la habitualmente colapsada frontera vasca también fue reventada por una marcha lenta del Tsunami.
13 de noviembre, santoral: Diego de Alcalá, Homobono y Quinciano.