Alegría, que empieza un año lleno de juicios, elecciones y espectáculos deportivos. Llega Jair Messias Bolsonaro a la presidencia de Brasil marcando paquete. En la estela de Putin, Trump, Duterte y Erdogan, accede al cargo de la primera potencia sudamericana otro John Wayne dispuesto a hacer del mundo un lugar más inestable. Promete "ordem e progresso", o sea mano dura en las favelas, palo y tentetieso, sin complejos.
Dado que en las Américas todo es más grande y vasto, Bolsonaro es un ultra superlativo, un ultra colosal, tres veces ultra, sin paragón en la decadente Europa. Sólo un ultra así sería capaz de decir cosas como esta: "No es una cuestión de colocar cuotas de mujeres porque sí. Tenemos que colocar gente capacitada. Si colocan mujeres porque sí, voy a tener que contratar negros también". El primer ministerio confirmado es el de Mujer, Familia y Derechos Humanos. Una pastora evangelista que sufrió abusos de niña, Damares Alves, ocupará el cargo. La izquierda le acusa de antiabortista y se ríe de ella porque una vez dijo que el punto G era un invento del Ministerio de Educación del partido saliente.
Como la diplomacia no está entre las virtudes de los nuevos dirigentes mundiales, el presidente brasileño se estrena con gestos hostiles contra Cuba y Venezuela. Este año se lleva hablar alto y claro. De la crónica de Joan Royo Gual para El Mundo: "'Ni el dictador cubano Miguel Díaz-Canel ni el dictador venezolano Nicolás Maduro fueron invitados... A fin de cuentas, es una fiesta de la democracia. Allí no existen elecciones, y cuando existen hay sospechas de fraude, así que no nos interesa', justificó el futuro presidente para cancelar las invitaciones que el Gobierno en funciones de Temer había enviado a los representantes de Cuba y Venezuela. [...] Bolsonaro no sólo promete echar por tierra todas las alianzas que el Partido de los Trabajadores (PT) forjó con la llamada izquierda bolivariana a lo largo de 13 años, sino dar un paso más allá: 'Todo lo que podamos hacer dentro de la legalidad y la democracia contra esos países, lo haremos', dijo hace poco en una entrevista. Uno de los hijos del futuro presidente, el diputado Eduardo Bolsonaro, pasó varios días en Washington con miembros de la Administración Trump estudiando medidas para asfixiar al Gobierno de Maduro".
La familia Trump y la familia Bolsonaro, ¿qué puede salir mal? Más señales tenebrosas en un mundo inquietante. Fumatas negras en el Vaticano, dimisiones, depuraciones e intrigas. El azufre está en el aire y avanza por los pasillos y estancias de la Santa Sede. Escribe Irene Savio en El Confidencial: "En una inesperada decisión que supone un terremoto para la comunicación del Vaticano y refleja el clima de guerra abierta alrededor de la institución, el papa Francisco ha aceptado este lunes la renuncia de sus dos portavoces, el estadounidense Greg Burke y la española Paloma García Ovejero. Una decisión que se rumoreaba desde hace semanas en los pasillos de la Santa Sede y que se produce tras un año de intrigas en torno a quienes rodean al pontífice argentino".
Sigue la nota: "El nombramiento de Burke y García Ovejero como director y subdirectora de la oficina de prensa vaticana, en julio de 2016, llevaba entre líneas una de las reglas no escritas del Vaticano: la del obligado equilibrio en la repartición de los puestos en la Santa Sede entre los dos principales bandos, progresistas y conservadores. Implicaba, de facto, la elección en un puesto clave de dos personajes cercanos a los sectores tradicionalistas de la Iglesia, por voluntad de un Papa considerado progresista".
Cabe deducir que el expediente mundial de la pederastia ha agudizado las tensiones entre francisquistas y benedictistas. Se acusa a Bergoglio de contemporizar con la vieja curia encubridora y corrupta. Nadie le llama Papa, ni siquiera los suyos. El Espíritu Santo está bajo sospecha.
Funestos augurios también en el mundo concreto de las finanzas, según nota de Cristina Delgado en El País: "El Ibex se tomó las uvas en 2017 celebrando una subida anual del 7,4%, la primera que conseguía en tres años, hasta firmar los 10.043 puntos. En 2018, sin embargo, no ha logrado mantener el tipo: llega a la Nochevieja defendiendo por muy poco la barrera de los 8.500 puntos, el nivel más bajo desde 2016; y tras vivir una caída anual del 15% de su valor, lo que convierte 2018 en el peor ejercicio desde 2010, cuando las turbulencias de la Gran Recesión le arrastraron a perder ese año un 17%. La Bolsa ha puesto el 31 de diciembre la guinda a un pastel amargo, y eso, a pesar de que en la última sesión del año (por ser 31 de diciembre, solo había cotización hasta las 2 de la tarde) ha logrado subir un tímido 0,5%".
Ahora la buena noticia: "En todo caso, España no es un caso aislado. Las Bolsas se tiñen de rojo en toda Europa. El Eurostoxx 50, el conglomerado de valores europeos, acaba el 2018 con una caída del 14,34%. Entre las grandes plazas, la Bolsa alemana se lleva el peor golpe, con una caída del Dax del 18,26%. Le sigue Milán, con el 16,15% de caída. Y algo mejor resultado, pero dentro del pesimismo, logran Londres (baja el 12,48%) y París (baja el 10,95%)".
Puede que ni siquiera China carbure en el año del cerdo y hasta el ¿vestido? de Pedroche conspira en contra de los buenos deseos para 2019. O que en las campanadas de casi todas las televisiones se brinde con birras. ¿Dónde se ha visto? Que es Nochevieja, por favor. Y para que luego digan que si TV3 tal o cual, anoche se abstuvo de dar las uvas desde la rave de Lledoners. Helena García Melero y el cocinero del tupé, Marc Ribas, lo hicieron al pie del espectáculo municipal que vino a confirmar la penosa decadencia de Barcelona.
Imbuido por el espíritu del cotillón por los presos escribe un singular artículo Vicent Partal en Vilaweb con la tesis de que ellos y aquellos, los nuestros y los suyos, no son los mismos. Puro buen rollo para comenzar el año. Ahí va un párrafo: "Una revetlla a les presons la nit de cap d’any és, en aquest sentit, també una forma de celebrar això, que nosaltres no som com ells ni volem ser-ho. Que nosaltres no ens burlem de la gent que pateix. Que no cantem cançonetes ridículament prepotents amb la intenció de ferir ningú. Ni ens fem fotos en una taula ben parada per a fer escarni dels qui estan obligats a posar el seu propi cos com a barricada contra la injustícia. Que nosaltres no li diem imbècil mai a qui somia i lluita per fer realitat el seu somni. Perquè qui somia a millorar la seua societat no és mai cap imbècil, ni ací ni enlloc del món. Imbècil en tot cas és qui pensa que una porra i un casc són més poderosos que un ésser humà. Pur fetitxisme de la violència més primitiva".
Los que no son como Partal dirán que ellos no engañan a la gente con repúblicas imposibles, ni cantan a todas horas que las calles son suyas, ni banalizan las huelgas de hambre ni creen que los sueños se construyan haciendo el idiota en una manifestación. Y que feliz año.
1 de enero, santoral: Santa María, Madre de Dios, virgen y Emmanuel, nombre de Mesías.