Una mujer murió ayer en Francia durante las protestas por la subida de los impuestos del carburante. De la crónica de Marc Bassets en El País: "El incidente más grave ocurrió en Le Pont-de-Beauvoisin (Saboya). Una mujer que llevaba a su hija al médico en coche se vio rodeada en una rotonda por manifestantes. Presa del pánico, aceleró y mató a otra mujer, según la explicación del ministro del Interior, Christophe Castaner. La víctima era una jubilada de 63 años que se llamaba Chantal Mazet, informa Le Parisien".



El diario de la capital francesa cuenta que el coche era un 4x4, que la conductora se puso nerviosa, que algunos manifestantes reconocen que aporrearon las puertas del vehículo y que la fallecida deja cuatro hijos y varios nietos.



Bassets apunta también en su crónica que se trata de un "movimiento sin líderes y desligado de partidos y sindicatos que desconcierta al Gobierno francés" y da cuenta del balance del ministerio de Interior francés: Un muerto, 227 heridos, seis graves, 73 detenidos y 280.000 manifestantes en dos mil carreteras y calles del país".



Ni las protestas ni el atropello suscitan gran interés aquí. Sólo El Punt-Avui lo lleva con foto en portada. Enric Bonet firma la crónica que subraya el carácter espontáneo de las protestas. Es el partido de Internet: "El moviment dels 'armilles grogues' va sorgir a través d'un simple esdeveniment a Facebook. Eric Drouet, un camioner francès, hi convidaba tothom i proposova bloquejar la carretera de circumval.lació de París. Creat el 21 d'octubre, aquest esdeveniment tenia 200.000 persones interessades la vespra de la mobilització".



El Nacional va un paso más allá y compara a los manifestantes franceses con los CDR. De tal manera titula la crónica: "Més de 240.000 manifestants col.lapsen França (a l'estil dels CDR)". En la pieza firmada por Anna Solé Sans se afirma que "les manifestacions es fan seguint l'estil dels CDR de tallar comunicacions, tot i que a França això no ha provocat cap polèmica especial". 



Así es que en el país vecino habrían digerido sin polémicas de ningún tipo que una mujer que decía defender los derechos de sus hijos y nietos haya sido atropellada por otra que llevaba a una criatura al médico. Gran país, Francia, sí, donde han adoptado el método de los CDR de cortar carreteras como expresión mayúscula de la democracia.



El caso es que ha habido una muerta en Francia por las protestas de ayer y ningún muerto durante los largos años del proceso, lo que podría dar lugar a interesantes polémicas sobre el carácter pacífico de Arran y la ultraderecha porque a fin de cuentas, aún no ha habido ningún entierro.



Ya casi no se habla de los "muertos del proceso", un clásico del año pasado. Decían los nacionalistas que al Estado no le habría importado entrar en Cataluña a sangre y fuego, pero le bastó con mandar al funcionario Bermúdez el lunes después de la proclamación para liquidar la república. 



El contraste todavía inquieta a algunos referentes del proceso. La monja Forcades, que ha vuelto al claustro, decía en Vilaweb esta semana que estaría dispuesta a dar la vida por la causa y Andreu Barnils escribe hoy al respecto en el mismo medio: "Això és així. La pregunta és si estem disposats a morir. Hi estem? I si hi estem, exactament quants? I si no hi estem, exactament qui? (...) Van ser Carles Puigdemont, Oriol Junqueras i companyia (amb excepcions, i fins aquí puc llegir) qui va decidir de manera unilateral, sense debat previ i sense mandat que els avalés, que la sola menció, la sola possibilitat i el sol perill que hi hagués una resposta agressiva, violenta i potser assassina de la policia o de l’exèrcit espanyol feia que tot el projecte independentista s’hagués d’aturar. Perill de morts damunt la taula? Doncs aturem la República. Això van decidir els de dalt. I això van acceptar els de baix. I tot plegat sense debat. (...) Si tenim un rival que crida ‘estic disposat a matar’, una resposta possible és dir ‘doncs en aquest cas, m’aturo’. Però l’altra resposta és dir ‘si tu estàs disposat a matar, jo estic disposat a morir’".



En el feliz mundo civilizado hay más gente dispuesta a no morir ni matar que a matar, a morir o a morir matando, puesto que de lo contrario esto sería bastante más ingobernable. El exfuncionario de prisiones José Antonio Ortega Lara era de esos, de los que no estaba dispuesto a morir ni mucho menos a matar, o al revés, tal vez. El caso es que el hombre es de Vox y el otro día una parte de la juventud murciana le dedicó unos cánticos en los que le deseaba su reingreso en el zulo donde le tuvo secuestrado ETA durante más de quinientos días. 532 especifica Gerardo Tecé en un artículo de Público dedicado a insultar al personaje: "Ortega Lara es muchas más cosas además de una víctima del horror. Ortega Lara también es un fascista. Uno de esos capaz de culpar a los perseguidos durante el franquismo –otras víctimas del horror– de su propia persecución.

“Provocaron la guerra”, despachaba recientemente en una charla a los represaliados tras el golpe de Estado militar. Un fascista capaz de recordarles hoy a esos familiares que piden enterrar a sus torturados y fusilados, que perdieron aquella guerra y que más guapos están calladitos. La película sobre Ortega Lara, la víctima y el fascista, sería esencialmente una peli sobre el odio. El odio como gasolina de una biografía".



Claro. Y la superioridad moral absoluta como gasolina del articulista capaz de llamar fascista a quien se le ponga por delante. Barra libre y con un par. 



Entrevista a Carmen Calvo en El Periódico a cargo de Enric Hernández y Iolanda Mármol. Titular de portada: "Un Gobierno democrático no excarcela presos":



Ahí va el meollo en dos preguntas: 



P. Los independentistas dicen que la reforma del Estatut es una pantalla pasada. ¿Cómo puede haber desinflamación cuando dicen que sin la autodeterminación y la liberación de los presos no hay nada que hacer?



R. Hemos dicho mil veces que no se puede mezclar la situación procesal porque eso no corresponde al poder Ejecutivo. Ningún gobierno de ninguna democracia del mundo saca presos de las cárceles.



P. El Gobierno anterior intentó liberar a Quim Forn y no pudo.



R. En un Estado de derecho cada poder se mantiene en su estricto ámbito de competencias. No se puede pedir lo que no es posible. Lo que es evidente es que el derecho a la autodeterminación no existe en las democracias. No existe una regla que dice ‘yo me voy cuando yo quiera’. Catalunya puede votar un cambio de su Estatut en un encaje de la Constitución. No se puede seguir alimentando la idea de que existe el derecho de autodeterminación porque no existe, ni Naciones Unidas lo tiene previsto más allá que para situaciones de colonización.



El País da por descontado que Sánchez ha renunciado a los Presupuestos pero no a seguir al mando. De la crónica de Carlos E. Cué: "No es fácil rendirse para un resistente inagotable como Pedro Sánchez. Hasta sus ministros se han quedado sorprendidos al ver que renunciaba desde Guatemala incluso a presentar los Presupuestos de 2019, su gran proyecto, pactado con Unidos Podemos y escenificado con una pompa que anticipaba un futuro gobierno de coalición por el que trabaja Pablo Iglesias, líder de Podemos, que se ve ya como vicepresidente de ese Ejecutivo inédito. Sánchez ya prepara a su equipo para gobernar por decreto mientras pueda. Los independentistas no le apoyarán los Presupuestos, pero sí reformas puntuales, así que él cree que puede aguantar un tiempo y llevar adelante algunas de sus medidas progresistas de mayor calado".