Noticias del mundo. Según informaciones turcas, a Jamal Khashoggi lo mataron en el consulado de Arabia Saudí en Estambul. El agente oficial Salah al Tubaygi, al que denominan "el Forense", habría sido el encargado de trocear el cuerpo del periodista Khashoggi. A tal efecto, sacó un serrucho, se puso unos casos e invirtió siete minutos en el despiezado. "Para hacer este trabajo escucho música, vosotros también deberías hacerlo" diría el carnicero en una grabación obtenida por las autoridades turcas.
Khashoggi, exiliado en Turquía por sus comentarios críticos con el príncipe heredero Mohamed bin Salmán, había pedido cita en el consultado para obtener unos papeles necesarios para casarse con una ciudadana turca. Cuando acudió a recoger dichos documentos, fue brutalmente torturado y desmembrado aún en vida. Del texto de Ana Alonso en El Independiente: "Apenas fueron unos minutos. El periodista saudí Jamal Khashoggi murió poco después de entrar a las 13.14 horas en el consulado saudí en Estambul el pasado 2 de octubre. Buscaba la documentación necesaria para volverse a casar. Pese a estar amenazado, no sospechó que en la ciudad turca le esperaba un infierno. Le cortaron varios dedos en el interrogatorio, le drogaron, le descuartizaron y le decapitaron, según los audios a los que ha tenido acceso el diario turco progubernamental Yeni Safak".
Tras la denuncia turca, la administración Trump maniobra para que Arabia Saudí reconozca el asesinato, que se atribuiría a incontrolados de los servicios secretos de Riad. Años atrás, Khashoggi formaba parte del círculo del poder. Su abuelo había sido el médico personal de Abdulaziz al Saud. Era sobrino del traficante de armas y primo de Dodi al Fayed, el novio de Diana de Gales. Conoció a Osama bin Laden y alertó del peligro de la radicalización islámica. Era considerado un liberal partidario de relajar las estrictas costumbres wahabitas y escribía para el Whasington Post.
El asunto pone de relieve el lado oscuro del reino que importa bombas "inteligentes" y trenes bala españoles.
Canadá. La nación de Trudeau ha legalizado la marihuana para consumo recreativo. Fumar porros es legal más allá de la frontera norte de los Estados Unidos. En la del sur, no. Escribe Jaime Porras Ferreyra en El País: "Canadá es desde este miércoles el segundo país del mundo, después de Uruguay, y el primero industrializado (miembro del G-7 y también del G-20) donde es legal el consumo recreativo de marihuana. Ian Power ha sido el primer canadiense en comprar legalmente marihuana recreativa en su país. Lo ha hecho en la provincia de Terranova y Labrador; la primera en la que, por el huso horario en el que se encuentra, ha entrado en vigor la norma que lo permite desde este miércoles 17 octubre. En las calles, largas filas de clientes esperaban la apertura de las tiendas donde desde este miércoles se puede comprar legalmente la marihuana. "Estoy encantado. Me siento tan contento que no puedo dejar de sonreír”, ha declarado Power a CBC News".
Los partidarios de la legalización del cannabis en Canadá comparan la sustancia con el alcohol y el azúcar --que es, al parecer, lo último de lo último en drogas--. Otro de los argumentos que se emplea a favor del comercio regular del estupefaciente es el económico. De la misma crónica de Porras Ferreyro: "La legalización de la marihuana recreativa inaugura una industria de considerables dividendos en este país norteamericano. Según estimaciones de CIBC, uno de los mayores bancos canadienses, el mercado legal generará unos 6.500 millones en el primer año. El 75% de los impuestos irá a las provincias y el 25% restante será para Ottawa. De acuerdo con el nuevo marco legal, cada gramo vendido tendrá un gravamen de un dólar o del 10% del precio de venta".
Faltan dos minutos para que se abra el debate en España sobre la financiación de las pensiones a través de la legalización del costo y el impuesto correspondiente. Se tendrán que reciclar los traficantes del Estrecho, aunque siempre les quedará el tabaco. Quién sabe además si en el futuro no será negocio trapichear con sobres de azúcar blanquilla.
Cataluña. El ministro Borrell está a un paso de declararle la guerra a Flandes y acaba de fulminar al cónsul honorario de Grecia en Barcelona, Fernando Turró, por pasearse con la estelada. En paralelo, el president Torra se ha ido a Ginebra a llamar "hooligan" al Rey y facha a Sánchez. Es un vendedor de libros a domicilio, constante y obstinado, inasequible al desaliento, insensible al aburrimiento.
Continúan los preparativos para la visita de Iglesias a Junqueras. Albert Rivera fuma en pipa porque los Presupuestos del Estado se vayan a negociar en una cárcel. Cosas de españoles, dicen en Europa, que todavía no entienden cómo desapareció del mapa Mariano Rajoy.
En La Vanguardia censuran la intervención ayer de Dolors Montserrat en el Congreso en torno al desconcierto de las profesionales del sexo y la coordinación gubernamental. Firma Jaume Pi: "La portavoz popular ha querido lanzar tantos reproches en tan pocas frases que su discurso ha resultado algo confuso, hasta el punto que se han podido ver sonrisas en la propia bancada popular y continuas interrupciones burlescas en la de los socialistas. Montserrat ha concluido con una extraña petición a la número dos del Ejecutivo en alusión a los socios del Gobierno socialista: “Señora Calvo, coordínese ya. Coordine Moncloa, Waterloo, la dacha de Galapagar y las Herriko Tabernas”".
Barcelona. El Periódico sirve una encuesta municipal que aventura la victoria de Ernest Maragall con entre 10 y 11 concejales. Colau bajaría a ocho o nueve ediles. Valls obtendría siete escaños, dos más que los que tiene en la actualidad C's. El PSC con Collboni subiría de cuatro a seis. El PDeCAT se descalabraría al pasar de diez a cinco concejales. La CUP tendría entre tres y cuatro y desaparecía el PP.
El deterioro es imparable. Ciutat Vella es un territorio sin ley mientras Colau reduce la Guardia Urbana a cuerpo de serenos. Han vuelto la heroína y los asaltos a punta de navaja. Decenas de muchachos desamparados se colocan con pegamento y proliferan los narcopisos. Barcelona es la capital del delito.
Nadie respeta nada y los periodistas, menos. Vaya tropa en general. Los dilectos representantes del gremio en la entrega del premio Planeta arramblaron con todo, que eran unos libros estupendos, ediciones antiguas, colocados a modo de ornamento. Muchos invitados hicieron lo mismo. Así lo escribe Luis Benavides en el diario del grupo Zeta: "La noche que el escritor Santiago Posteguillo se llevó a casa el Premio Planeta 2018, algunos invitados a la prestigiosa cena literaria organizada por el gigante editorial decidieron que no podían irse de vacío. Los centros de mesa realizados expresamente para la ocasión por la Fundación Fupar fueron objeto de pillaje, como retransmitió Llucia Ramis en su cuenta de Twitter. “Los estamos rapiñando”, escribió la periodista y escritora, de 41 años, en riguroso directo. Su hilo en la red social del pajarito azul levantó la liebre. (...) Los centros de la gala celebrada este lunes eran valiosos porque la base de estas creaciones ornamentales eran libros antiguos, algunos verdaderas rarezas. “Estos centros de mesa han sido elaborados por nuestra fundación gracias al convenio de alquiler con una librería especializada en libro antiguo”, respondió Fupar en la misma red social. "Sabíamos que estábamos cometiendo una pequeña gamberrada, pero nunca pensamos que fuera un robo", explica Ramis a El Periódico".
Exactamente lo mismo que dijo Mas en su juicio del 9-N, Junqueras ante Llarena, etcétera, etcétera. Conste que la escritora se ha comprometido a devolver inmediatamente los libros, no como otros. Por otra parte, lo de utilizar libros para decorar mesas no habla bien del negocio editorial.
18 de octubre, santoral: Lucas Evangelista y Amable de Riom.