Rajoy ha tenido el inmenso privilegio de presidir su propio funeral, al que acudió como dictan los cánones, aviado con una corbata negra y un discurso aburrido, previsible y melancólico, el típico tostonazo marianil ejecutado esta vez, ¿la última?, sin tropiezos entre la lengua y los dientes.
Apuntan las crónicas que este hombre logró mantenerse en el uso de la palabra durante cincuenta minutos sin mostrar la más leve inclinación por ninguno de los candidatos a sucederle, "mérito" principal de una intervención en la que glosó el tránsito de los trenes de carbón a los Aves o el de las centralitas telefónicas a los teléfonos móviles, auténticos temazos en las conversaciones de casinos y casales.
Como se trataba de un funeral y no de otra cosa, todo el mundo lloraba a moco tendido. Todo el mundo menos Pablo Casado y Soraya Sáenz de Santamaría, que con los nervios propios de la inminencia no hacían más que prometer cargos y suplicar votos. Al margen de estos dos insensibles, ahí lloraba hasta el apuntador. Así arranca José Alejandro Vara su artículo en Voz Populi: "Lloraba Cospedal, lloraba Viri, lloró, naturalmente, Rajoy. Un valle de lágrimas en el día del adiós. Cuarenta años de política y tres lustros al frente del PP. Una tarde para la memoria, para el recuerdo. Ni un guiño a los candidatos, ni un gesto de compromiso, ni una muestra de apoyo".
"El último hurra en un valle de lágrimas" se titula la antedicha pieza, que incluye un párrafo balance: "Rajoy deja un partido anoréxico, que ha perdido el poder, quizás el norte, con una fuga de 3,5 millones de votos en las dos últimas contiendas y, lo más grave, sin un proyecto promisorio en el horizonte. Una fatídica carambola, propiciada por una irreflexiva intervención de Rivera tras la sentencia Gürtel (“un antes y un después”) animó a Sánchez a salvar la cara con una moción en la que nadie creía. Su promotor, el que menos".
Fuera como fuese, es como si el consejero delegado de lo que sea no se puede despedir de los currinches en la sede de la empresa porque le han echado con la colaboración destemplada de dos guardias jurados y dirige sus palabras desde el bar de la esquina. Sigue sin ser consciente Rajoy de que su caso pasará a los anales de la historia como un paradigma del no enterarse de nada y tirar el poder. O le da igual, que será esto último por lo satisfecho que parecía en el elogio fúnebre de sí mismo.
Los comentarios de José Antonio Zarzalejos en El Confidencial reflejan las dos caras del extraordinario personaje, capaz de hablar bien y mal a la vez pero siempre sin mojarse. Escribe Zarzalejos: "Fue un discurso, en definitiva, que no por tramposo dejó de tener virtudes, pero que omitió un relato racional y sereno que diese sentido al acto que se estaba celebrando y ofreciese a los futuros dirigentes de la organización las claves de su actual crisis. Si todo lo que dijo Rajoy fuese verdad, ¿por qué triunfó la moción de censura?, ¿por qué se le fue de las manos la crisis de Cataluña que comenzó en 2012?".
A buenas horas se ha enterado don Mariano de que en Cataluña hay un problema y cómo será lo que viene o lo que se queda que Victoria Prego predice un enorme vacío existencial tras la partida de Rajoy en su columna de El Independiente: "Arropado por constantes aplausos, los asistentes al congreso extraordinario parecían sentir de manera cada vez más hiriente y dolorosa la enorme orfandad producida por su salida aunque él aclaró: “Me aparto, pero no me voy”. Si hubieran podido hacerlo, no cabe duda de que los compromisarios allí presentes le hubieran pedido muy a gusto “¡Mariano vuelve, Mariano no te vayas, presidente quédate!”. Pero no podían y no lo hicieron aunque todos ellos eran muy conscientes de que el hueco que deja este hombre en su partido va a ser muy, pero que muy difícil de llenar".
Y mientras tanto, Sánchez y Begoña, en el festival de Benicasim (El Periódico), moviendo el bullarengue en la zona vip. Tocaban The Killers, unos modernos de Las Vegas que también le encantan a Letizia, la reina. Qué juventud. The Killers...
En Barcelona también se disputa un congreso muy divertido y terminal, el del PDeCAT. Es una película de terror en toda regla. Marta Pascal en Pesadilla en Elm Street. Se resiste a darse por finiquitada y defiende la continuidad del partido y de su puesto en el partido, pero Puigdemont ya le ha puesto la cruz y dos velas negras. El análisis de José Antich en El Nacional no deja lugar a muchas dudas sobre el archivo de las siglas: "El PDeCAT celebra aquest cap de setmana una assemblea política a Barcelona prevista inicialment per marcar perfil ideològic i que acabarà sent, segurament, l'últim servei d'una organització que va voler ser l'hereva de Convergència i ha esdevingut una formació política sense prou gas per liderar l'independentisme a Catalunya".
Para leer de cabo a rabo, la entrevista de David Lema a Francesc de Carreras en El Mundo. El profesor es de los pocos que se atreve a defender en público al Rey. Tres preguntas y tres respuestas para pensar un rato:
-¿Otorga el Gobierno de Pedro Sánchez cuando permite que se veje al Rey en Cataluña?
-Lo que ocurre es lamentable por parte de las autoridades catalanas, que ni respetan la ley ni las formas. Pero también es lamentable que el Estado no ampare más al Rey. Por otra parte, que los Princesa de Girona se entreguen en un restaurante de bodas o que se declare a Felipe VI persona non grata sin que la sociedad reaccione quiere decir que la situación está muy mal. Muestra de que el independentismo va ganando terreno por cansancio, como se gana en las dictaduras. Hay que leer a Haffner para ver cómo se transforman las sociedades bajo el influjo de las ideologías dominantes.
-¿Es defendible hoy la vigencia de la Monarquía?
-La Monarquía ha sido muy importante durante la Transición. Y sigue siéndolo. Conservarla es mantener unos equilibrios que son necesarios. Tocarla sería desequilibrar y volver a tiempos que parecían superados. Sólo habría que romper con la Monarquía si el Rey se extralimitara en sus funciones o tuviera comportamientos inadecuados; y me refiero a delictivos, no a rumores. Pero si no... pensemos que de los 10 países con mejores democracias del mundo, siete son monarquías, países de gran progreso, de gran igualdad social.
-¿Se puede hablar de igualdad social cuando el funcionamiento de una institución lo rige la sangre?
-¿No hay igualdad social en Dinamarca, Suecia, Noruega, Holanda, Luxemburgo...? Es una institución peculiar, producto de una evolución histórica. Las monarquías sólo caen cuando no son democráticas.
21 de julio, santoral: Daniel profeta y Práxedes de Roma.