Torra, Franco y el origen del menú del día

El presidente Torra. Suena fatal, pero según su patrocinador es una cosa "provisional", algo pasajero hasta que el Estado malayo claudique. Torra fue el primero en llegar a la cárcel de Schleswig-Hosltein. Su imagen en aquella ocasión con el gorro de Ignatius J. Reilly es la preferida de los medios para ilustrar los esbozos del aspirante a presidente títere, marioneta, de paja, etcétera, etcétera. Torra, Torrent i Torracollons, ja tenim Govern.

Torra tiene la ventaja de que está libre de cargas judiciales y en principio hará lo que le digan. Es lo mismo que pensó Mas de Puigdemont y no pasó. El expresidente cesado le hizo la cama a su padrino desde el primer minuto, cuando le nombró embajador plenipotenciario para todo el planeta de la preindependencia.

Magnífico currículo el de Torra, que ha pasado por Òmnium, la ANC y el valle de los caídos del Borne. En todos sus destinos ha hecho gala de un talante inflexible e intransigente siendo lo que los nacionalistas llaman un independentista de piedra picada, que no de picar piedra, garantía de nuevas jornadas épicas en la política, así como de emociones fuertes en el trato institucional. 

El director de La Vanguardia, Màrius Carol, saluda a Torra con optimismo. Le llama "activista" donde otros medios escriben "hiperventilado", "supremacista", "ultra" y otras cosas feas debidas a la recopilación de trinos del personaje en contra de los apestosos y grasientos españolazos.

Del texto de Carol: "Después de casi siete meses, Catalunya podrá volver a tener un gobierno, al tiempo que el artículo 155 de la Constitución dejará de estar vigente. Ojalá que Torra trabaje por la Catalunya posible, aunque tiene todo el derecho a luchar por la utopía. Los actuales son tiempos para recuperar las instituciones, recoser la sociedad e intentar resolver de la mejor manera la situación de los políticos presos. Otra cosa sería un suicidio".

Nunca se sabe. Se han dado casos de talibanes majos y dialogantes, pero no es habitual. José Antich avisa en su artículo de la que se avecina: "La designación de Quim Torra, abogado, editor y escritor, como candidato a ser el 131 president de la Generalitat de Catalunya es todo un torpedo en la línea de flotación de los que aspiraban a un candidato que poco a poco fuera volviendo al redil del autonomismo, marcara distancias con el pasado reciente del independentismo y pasara página al referéndum del 1 de octubre y la declaración de independencia del Parlament del 27-O. También despeja cualquier duda sobre el carácter provisional del nuevo Govern de Catalunya a partir del liderazgo indiscutible del president Carles Puigdemont con una persona de su absoluta confianza".

Más o menos es lo que se malician en la capital del Reino, un presidente florero con espinas, áspero, de trato tractoriano. En El Confidencial, Antonio Fernández titula de la siguiente manera: "Quim Torra, un vendedor de seguros supremacista llega a la Generalitat". Y escribe: "No es una acusación gratuita. Solo hace falta conocer lo que piensa de España y lo español. Fue depositando durante años su 'pensamiento' en Twitter y luego quiso borrar las huellas del odio hacia los vecinos de “más allá del Ebro”. Pero alguien almacenó esos tuits, que ahora cobran más actualidad y sentido que nunca. “Los españoles solo saben expoliar”, dejaba caer en junio de 2015. Y minutos más tarde, añadía: “Vergüenza es una palabra que los españoles hace siglos que han eliminado de sus diccionarios”. Un día de elecciones autonómicas, el futuro ‘president’ dejaba otra perla para la posteridad: “Los catalanes votamos y los españoles vienen a vigilarnos. ¡Fuera de aquí de una vez! Iros, dejadnos vivir en paz”. “Sensación de suciedad. Horrible”, se quejaba en otro tuit sobre la esencia de ser español".

Pero Torra tiene otra cara, un lado particular y privado pleno de lirismo y sensibilidad, según el retrato en Ok Diario que firma Joan Guirado: "El abrazo del independentismo por parte de Artur Mas, y la confianza de Quim Torra en ese viraje de Convergència, salvó la subsistencia de la familia del nuevo presidente de la Generalitat, según reconoce él mismo en una web dedicada a su esposa por su 50 aniversario, donde admite que a punto estuvieron de acabar “bajo un puente, en medio del más absoluto caos y desorden”. La editorial que dirigía y el activismo no le daban para vivir, y como un golpe de gracia, el concejal de Cultura de Xavier Trias le ofrece el cargo de gerente de Fomento de Ciutat Vella y director del Born Centro Cultural en Barcelona, que acabó convirtiendo en un nuevo referente independentista".

No se pierdan la web dedicada a su santa. Detallazo que pone a los casados el listón por las nubes. Y qué cosas pasan. Un día está uno en la ruina y otro día te hacen jefe de la ruina porque la vida es una tómbola.

El presidente del Parlament, Roger Torrent, alias la barba solemne, ya está haciendo las llamadas pertinentes para convocar pleno el lunes. O el domingo. Uno de estos días. La mano rota tiene de convocar sesiones de investidura, pero esta vez parece que va en serio. Enric Millo se ocupa de la ceremonia de traspaso del poderes, según dijo. Del 155 al 131. Nada tiene lógica. No obstante, en el PDeCAT y en ERC cruzan los dedos. No les cabe el bigote de una gamba por el ojete. Estamos hablando del hombre que iba a convocar elecciones y proclamó la república. Capaz, dicen, de cambiar de idea y votar por delegación en contra de su patrocinado.

Para desengrasar, Franco, ese hombre que no se les cae de la boca a nacionalistas y podemitas. Franco tiene la culpa de todo y de los jueves paella, también, según desvela Público en un detallado trabajo sobre el origen del menú del día. Estaba el dictador pensando en el boom del turismo y para evitar que fuera una burbuja obligó a los bares y restaurantes a ofrecer un menú turístico de platos españoles con primero, segundo, postre, pan, vino y café a un precio tasado según la categoría del establecimiento. Puro socialismo.

11 de mayo, santoral: Antimo, Evelio, Gangulfo, Gualterio, Iluminado, Mamerto, Mayolo, Mayulo y Mocio. Por cierto, Torra cumple años el 28 de diciembre y Puigdemont, el 29.