Pudiera dar la impresión de que el Tribunal Supremo es a la Audiencia Nacional lo que Chez Lolo al Bar Manolo, justicia para vips frente a mano dura. La diferencia está en el servicio de medidas cautelares, que lleva menos sal en el Supremo y más ajo de a joderse en la Audiencia. La diferencia desmiente también el sometimiento del poder judicial al ejecutivo. Otra cosa no, pero los jueces españoles son tan rabiosamente independientes que lo que en un juzgado se despacha con un desahucio puede que en el de enfrente derive en una multa al banco.

A diferencia de lo ocurrido con los Jordis y los exconsejeros presos, las defensas de los componentes de la Mesa del Paralment tuvieron a bien recordar a sus patrocinados que no contestar a las preguntas de fiscales y magistrados es el camino más corto a la cárcel. Como alguno de los letrados ha estado en los dos ajos se infiere que ha entendido que la primera opción (paso de los jueces españoles) es un mojón frente a las indudables ventajas de no hacer el indio en sede judicial.



El juez Pablo Llarena mostró cierta sensibilidad a los alegatos de los investigados en pro de la concordia y en contra de la unilateralidad. También se manifestaron sometidos de buen grado al imperio de la ley encarnado en el número mágico del 155 mediante el cual les disolvieron el parlamento que utilizaban para jugar a padres de la patria. Que la declaración de independencia era, cómo decirlo, "simbólica", reincidentemente "declarativa", una cosa "política" sin consecuencias prácticas ni reflejo en el boletín de la cámara. Una chorrada, una broma, un brindis al sol, una gota en el mar.



La fianza de 150.000 euros a Forcadell debe acojonar lo suyo, pero parece ser que en la caja de resistencia de la ANC hay pasta para cubrir la apuesta de ella y la de los demás, que deberán abonar 25.000 del ala. La realidad ha puesto a los padres de la patria catalana frente a un dilema espinoso, la denominada duda de Baiget. ¿Qué es peor, una temporada en la cárcel o perder los bienes materiales? El problema del exconsejero estaba muy mal planteado. Faltan al menos un par de contingentes y un cálculo menos optimista del peso de la ley de Murphy.



Destacan Reyes Rincón y Fernando J. Pérez en su crónica de El País los golpes de pecho de Corominas, Guinó, Simó, Barrufet y Nuet: "Durante la vistilla, y cuando ya conocían las duras medidas que quería imponerles la fiscalía, los investigados se comprometieron a acatar la legalidad. Barrufet dijo directamente que dejaría la política; los demás mostraron su intención de seguir ejerciéndola, pero precisaron que lo harían “renunciando a cualquier actuación fuera del marco constitucional”".



Sigue el texto: "Llarena da inicialmente por buenos esos compromisos, y aunque les advierte en el auto de que no se le escapa que puedan ser “mendaces”, opta por imponer unas medidas cautelares más leves bajo la advertencia de que podrían endurecerse “si se evidenciara un retorno a la actividad ilegal” que se investiga".



Oriol Junqueras y Jordi Sànchez continúan con su actividad manuscrita. Se refiere que el preso de Soto del Real ha tenido ya tres compañeros de celda que han salido por piernas. Del preso de Estremera se cuenta que lleva el uniforme carcelario, la ropa oficial que dan en presidio. 



El líder de ERC dio instrucciones tajantes antes de entrar en la cárcel para que en ningún caso, jamás, nunca y de ningún modo o manera se llegara a un acuerdo con el Pdecat para reeditar Junts pel Sí. E insiste en ello, si bien de un modo un tanto elíptico, en su última misiva desde Estremera que El Diario de Escolar publica en la lengua de Cervantes: "Seguimos. Sonriendo a la adversidad, superando las dificultades y perseverando. Y con unidad de acción. Esta es una de las claves de la victoria. No la de unos sobre otros. No nos equivoquemos. La victoria la tenemos que saborear todos y sobre todo debe beneficiar a todos los ciudadanos de nuestro país. Ningún espíritu de revancha, ninguna voluntad a otros de infringir el dolor que nos causan. Ninguna. Y sí voluntad de vivir y convivir, en libertad".



También arremete con M. Rajoy, del que el jefe de la Udef ha dicho en la comisión del Congreso que "indiciariamente sí" cobró en B. Y contra la justicia española y a favor de la belga.



Portada de 'La Vanguardia' del 10 de noviembre de 2017 / CG

En cuanto a Sànchez, su segunda carta desde Soto del Real, enlace de Ara, no entra en si ERC debe aceptar la lista de Puchimón, sino que es un ajuste de cuentas contra la juez Lamela: "Un fet inqüestionable és que poques persones com la jutge Lamela han utilitzat el seu poder per influenciar i condicionar de manera tan intensa la vida política a Catalunya i Espanya. Una persona en la seva condició i posició segur que ha de ponderar totes les possibles opcions a prendre també valorant conseqüències tant personals com col·lectives que es poden desprendre de la seva decisió. I el més rellevant és que va optar per la mesura més dràstica -com és la presó incondicional-, i a més en un procediment on les garanties processals exigibles d’acord amb la pròpia legislació espanyola no han estat evidents, més aviat el contrari".



Ha generado un gran revuelo el artículo de Punset de ayer en La Vanguardia. Dice el señor de Redes, aquel programa "científico" de TVE que él también estuvo en el exilio como Puigdemont. Sentido repaso a su vida, la interior incluida: "La de mi padre fue una generación muda, silenciosa y muy, muy trabajadora. Cuando cumplí los diecisiete, me envió estudiar a Madrid, para que aprendiera a hablar bien el castellano de una puñetera vez, según dijo. Mi padre lo hacía por una simple cuestión de conocimiento y cultura. Era su obsesión, que estudiara. Sin embargo, recuerdo que, en la universidad en Madrid, al comienzo, me avergonzaba hablar en castellano en público, por mi acento catalán, si bien el castellano lo aprendíamos en la escuela. Lógicamente, en el recreo hablábamos en catalán. Era mi lengua materna y esto se lleva muy adentro. Es imborrable".



Joaquín Romero escribe en Crónica Global una pertinente aclaración sobre el acento del antedicho: "Punset no parece haber tenido mayor problema por su acento durante los largos años que ha hecho divulgación científica a través de la televisión pública española despertando las mismas simpatías que Johan Cruyff, Eugenio o Rafaela Carrá, personajes populares que nunca --aparentemente-- llegaron a dominar el castellano y que hicieron de su forma de hablar una característica fundamental de su personalidad".



Nociones de democracia para nacionalistas en el artículo de Ignacio Martín Blanco de la versión en catalán de El País: "Cap autoritat electoral ni judicial va impedir que Junts pel Sí i la CUP es presentessin amb un programa nítidament independentista a les eleccions del 2015, perquè la democràcia espanyola, a diferència de l’alemanya o la francesa, permet que un partit pugui presentar-se a les eleccions amb un programa manifestament contrari a l’ordre constitucional establert. També un partit hipercentralista podria presentar-se a unes generals i fins i tot guanyar-les amb un programa basat en la supressió de les comunitats autònomes, però això no li donaria dret a implementar-lo sense aconseguir abans els suports parlamentaris necessaris per dur a terme la reforma agreujada de l’article 2 de la Constitució, que “reconeix i garanteix el dret a l’autonomia de les nacionalitats i regions que integren Espanya”".



Empieza a detectarse una cierta corriente de fondo, tan tímida como una tercera vía pero igual de ilustrada, sobre las ventajas de repensarlo todo y mirar a Francia y su admirada y jacobina estructura de Estado.



Lo de la capitalidad del medicamento está perdido, según The Financial Times. No es serio aspirar a ser sede de nada con el exconsejero de Sanidad en Bruselas. Los del Mobile se lo están pensando. La destrucción avanza imparable. Acabaremos pagando en las monedas que proponía Colau o entregados al trueque con las tribus de Anna Gabriel. Vienen tiempos salvajes.



10 de noviembre, santoral: Andrés Avelino, León Magno, Demetrio de Antioquía y Probo de Ravena.