7 de julio San Fermín y Primero de Octubre, día internacional de las personas mayores. ¿Qué parte de que no habrá referéndum no se entiende? La propaganda gubernamental es de una insólita contundencia. Asumido el término golpe de Estado para calificar el tramo final del proceso, el Gobierno hincha el pecho y la vena del cuello para exhibir firmeza. Se ha pasado de la mera pereza y la total indiferencia a un discurso tartarinesco. A Rajoy sólo le falta visitar una fábrica de tanques para culminar el aviso a navegantes soberanistas.
En apariencia, el Gobierno parece la división acorazada Brunete de maniobras en el paralelo 38. En realidad, usa munición de fogueo, una abstracción, verborrea de corrido sobre las leyes y su cumplimiento, obviedades pronunciadas con gran solemnidad. Globos sondas que captan señales confusas.
La contraparte pregunta qué parte de "sí que habrá referéndum" no está al alcance de la compresión del homo mesetario. La puigdemontiana ineluctabilidad de la consulta es un principio físico elemental en el plano soberano. El cambio de referéndum por autonómicas ni se contempla, como tampoco era una opción rendirse para el almirante Cervera en el desastre de la bahía de Santiago de Cuba.
Al parecer de ese sector de finos analistas, Oriol Junqueras impedirá sobre la campana el incendio de Roma. Sin embargo y si el líder republicano cumple lo que dice y arde el misterio, el Gobierno tiene un plan, según el texto de Morodo: "Tanto en Moncloa como en otros ámbitos del Gobierno también hay quienes temen, sin embargo, que el independentismo sí llegue a forzar el choque de trenes y que esto pueda obligar, al menos durante unas horas, a manejar un escenario social 'muy delicado'. (...) Si la Generalitat llegase a convocar el referéndum y a colocar urnas, como se teme otro sector popular, el Gobierno recurriría a los Mossos d’Esquadra para restablecer la legalidad. El Tribunal Constitucional (TC) actuaría por petición de la Fiscalía. La vía sería a través de orden judicial. El juez ordenaría su retirada y ejecutaría la policía judicial, que en Cataluña son los Mossos. 'Tendrían que acatar y además los Mossos no están por la labor de incumplir con sus obligaciones', aseguran en medios populares catalanes".
Por tanto, nada de aplicación del artículo 155 de la Constitución, sino un delicado trabajo de cirugía fina para cancelar el evento. Sobre esa misma estrategia firma Carmen del Riego un texto en La Vanguardia que lleva por título: "El Gobierno frenará el referéndum con las mínimas medidas necesarias". Escribe Del Riego: "'No vamos a matar moscas a cañonazos', aseguran fuentes gubernamentales, pero advierten que no habrá consulta. Esta vez no, y las urnas no saldrán a la calle. El paso máximo que el Gobierno español estaría dispuesto a aplicar, al menos en este momento, sería recuperar una competencia clave que ahora está en manos de la Generalitat, y lo haría el mínimo tiempo que sea necesario para que no se atente contra el ordenamiento jurídico, se incumplan sentencias y se vulnere la Constitución. Y si para conseguir eso basta que la competencia de la Generalitat esté en manos del Gobierno dos horas, mejor que cuatro o que 24".
No dice a qué competencia clave se refiere pero es de prever que la que se materializa en los Mossos d'Esquadra como policía integral. Será cosa de ver si Trapero acata las órdenes de un general de la Guardia Civil o de un comisario jefe de la Policía Nacional. A la espera de la escena de los mossos bloqueando el paso al gandhiano Jordi Sànchez y la presidenta del Parlament Carme Forcadell en su afán por votar, el sector soberanista se reunirá esta tarde a petición de Puigdemont para tratar de elucubrar fecha y pregunta. En Crónica Global, Francesc Moreno escribe una ajustada previsión de lo que ocurrirá tras un análisis pormenorizado de las jornadas del Círculo de Ecomía en Sitges. Incluye los elementos clave de la operación a varias bandas.
Prosiguen los trabajos legislativos para el tránsito. Hay un debate bizantino interesantísimo sobre el contenido de la ley o leyes de desconexión, según la nota en el Ara de Gerard Pruna y Núria Orriols: "Una única llei per al referèndum i la desconnexió, o dues de separades. Tot i tenir tancada amb pany i forrellat la llei de transitorietat jurídica, el contingut i la forma estan en constant evolució. Junts pel Sí (JxSí) i la CUP ultimen l’estratègia de la desconnexió i debaten si és convenient separar en dos instruments diferents la regulació per poder convocar el referèndum i la llei que ha de fixar com serà la transició de l’autonomia a l’estat independent en cas que guanyi el sí. Fins ara el Govern preveia les dues normes en un sol paquet, però creixen les veus dins de JxSí que veurien de bons ulls separar el referèndum de la llei de transitorietat. Una opció que la CUP havia defensat des del principi i que guanya adeptes".
Parece bastante razonable separar el referéndum de la desconexión. Más que nada para que no parezca un pucherazo. Quienes visto el panorama estén pensando en pasar una temporada en algún país que no se mire todo el día la borra del ombligo, que sepan que las cosas no van mucho mejor que aquí. La estabilidad del planeta en el sentido literal del eje y la órbita depende del buen entendimiento de Trump, Putin, Jinping, Erdogan y Merkel, pero no es el caso. Todo conspira a favor de la división.
La vieja Europa vuelve a depender de la gran Alemania, según el tétrico escenario que traza la información en El País de Ana Carbajosa: "Europa ya no puede contar Estados Unidos y con Reino Unido tampoco, al menos no como antes. O lo que es lo mismo: la Unión Europea no es la que era antes del Brexit y la alianza transatlántica no es ni la sombra de la que fue en la era pre-Trump. Esa es la imagen que ha devuelto el espejo de las cumbres de la OTAN en Bruselas y del G7 en Taormina (Italia), donde ha cristalizado una realidad en gestación desde hace ya varios meses. 'Los europeos tenemos que tomar el destino en nuestras manos', advirtió la canciller alemana, Angela Merkel, el domingo en Múnich con Trump recién regresado a EEUU. Los puentes se han roto y ahora toca mirar hacia dentro, buscar la fuerza en la unidad europea, con el eje franco-alemán como motor, explicó la canciller en Baviera, durante un mitin celebrado bajo una carpa con mesas corridas, típicas de la fiesta de la cerveza".
Y ahí sale la cancillera que vino del frío tomándose una birra tamaño litrona en el mitin de Múnich. Deutschland über alles.
29 de mayo, santoral: Maximino y Senador.