'El Mundo' descubre que Juliana es el gurú de Pablo Iglesias
El empate cupero a 1.515 votos marca la prensa. No es una inocentada. Las chicas y chicos que más mandan en la CUP se volverán a reunir el 2 de enero. Álvaro ya ve a Colau de presidenta de la Generalitat
28 diciembre, 2015 08:56El Mundo: El insólito empate en la CUP alarga el desgobierno catalán
El País: Cataluña prolonga la agonía y la confusión a la espera de la CUP
La Razón: La CUP se rompe y deja en el aire el futuro de Mas y Cataluña
Ara: La CUP no decideix
El Periódico: Esperpento
El Punt Avui: Ni sí ni no
La Vanguardia: La CUP prolonga otra semana la agonía sobre el futuro de Mas
Se lo iban a jugar a los penaltis, pero la moneda para escoger portería cayó de canto. Qué casualidad. Después de ocho horas de votaciones, empate a 1.515 votos en la asamblea de la CUP. Tablas, combate nulo. No es la típica inocentada. Los editoriales de los periódicos y sus portadas son contundentes. Esperpento y agonía. Insólito e inesperado resultado. La "asamblea decisiva" fue un fiasco, un día en la ópera de Sabadell con los hermanos Marx, Baños, Fernàndez y Anna Gabriel. El poder de la asamblea se diluyó como un azucarillo en agua hirviendo. El partido del siglo resultó una decepción, un mojón, un mondongo de reunión en un pabellón gélido y con la prensa extrañada en un recinto a un kilómetro de donde se sucedían las prodigiosas votaciones que acabaron en insólito resultado.
Es general considerar que Mas está siendo humillado por los antisistema, pero los antisistema han cascado por la mitad, se han roto y están a un paso de la escisión, de partirse la crisma y de retornar al papel de fuerza residual. Mas lo ha vuelto a hacer y sigue vivo y coleando. Un día más y el presidente en funciones ahí está, como en el cuento del dinosaurio, hecho un jarrón chino de hierro.
Un poquito de dignidad y de por favor es lo que le pide a Mas el editorialista de El Periódico, que no sale de su asombro: "Pero lo peor de todo era el procedimiento, la negociación misma con una fuerza política que está en los antípodas de lo que representa Convergència Democràtica, dejando, encima, la última palabra a la CUP, que, en coherencia con su lógica asamblearia, iba a someter la decisión a militantes y simpatizantes, a riesgo de un resultado imprevisible e impracticable como finalmente ha ocurrido. Después de que el proceso soberanista haya provocado escisiones en el PSC, desatado fuertes tensiones en ICV, destruido CiU, dividido a Unió y convertido a un partido no catalanista como Ciutadans en el primero de la oposición en el Parlament, solo faltaba que la CUP se partiese por la mitad, y eso es lo que sucedió ayer en la asamblea de Sabadell".
Y sigue: "Ante la inédita e inesperada situación, las asambleas territoriales y el consejo político de la CUP resolverán el empate. Es imprevisible saber qué puede ocurrir hasta la decisión definitiva, el 2 de enero, pero el mal ya está hecho. Por dignidad, Artur Mas no debería seguir por un camino sin salida -el propio Antonio Baños reconoció la noche electoral que el plebiscito no se había ganado- sino dejar paso a unas nuevas elecciones".
No menos impactante es el editorial de El País: "De momento se han dilapidado tres meses y el juego ha quedado suspendido unos días por un resultado sorprendente y mordaz. Pero ya casi nada debería sorprender de lo que venga relacionado con el personaje de trayectoria más nimia, irresponsable y frívola de cuantos se han producido en Cataluña desde al menos la Transición. Para sacarla del embrollo, la parálisis y el creciente desprestigio acumulados en su etapa se necesitarán nuevas elecciones. En realidad, casi es indiferente que se produzcan en marzo, si la CUP acaba rechazando a Mas, como unos meses después, cuando se revele imposible un Gobierno —de los suyos con los antisistema— que sería incapaz incluso de redactar un presupuesto".
No menos impactante es el editorial de
Ojo: Mas, "el personaje de trayectoria más nimia, irresponsable y frívola de cuantos se han producido en Cataluña desde al menos la Transición". Y eso que compite con los Pujol, Carme Forcadell, Raül Romeva, Gabriel Rufián, Prenafeta, Alavedra y David Fernàndez, Colom y el "historiador" Cucurull.
La política nacional lleva el mismo camino. Rajoy se reúne hoy con Iglesias y con Rivera mientras Sánchez explora una alianza con Podemos a cambio de que renuncien al referéndum catalán. Imprescindible artículo del maestro Raúl del Pozo en El Mundo: "Llamo a Juan Carlos Monedero para decirle: «Me asombra la postura de Pablo Iglesias ante la cuestión nacional. Creí que Podemos intentaría recuperar la idea de España para la izquierda. Pero parece que se apoya en ese odio irracional anti-español y anti-europeo que puede llevarnos al esperpento». Juan Carlos, siempre tan gentil, contesta: «Una de las cosas que ha logrado Podemos es volver a hablar de la patria sin vergüenza. Para que nuestro país no se nos rompa hay que decirles a los vascos y catalanes que son españoles, y la única manera de decírselo en 2016 es invitándolos a que decidan libremente formar parte de este proyecto. Con nosotros nadie va a querer marcharse. Los que hemos crecido con Quevedo y Valle, con Lorca, Llach y Martí i Pol creemos profundamente en España. Y vamos a pelear por ella. Con inteligencia»".
Continúa: "Puede que sea así, pero me alucina la súbita conversión al nacionalismo emergente de Pablo. Parece que mi amigo Enric Juliana, uno de los intelectuales orgánicos del nacionalismo, metió en la cabeza del dirigente de Podemos la idea de que la chispa de la insurrección estaba en las masas irredentas anti-españolas. El propio Juliana lo reconoce: «Se lo dije un día a Iglesias: la España jacobina es imposible y la España girondina federalista es un dolor de cabeza que no acaba nunca». Le convenció también de que el PSOE está cada vez más anclado en el sur de Europa, un sur comunitario y precavido, profundamente nacional. No sé cuando Pablo se cayó del caballo, pero está claro que se ha convertido en el líder de la España periférica y en esa transfiguración, Juliana ha hecho el papel de Mefistófeles".
Y remata: "El dirigente de Podemos lo reconoce en su libro Una nueva Transición que acaba de salir: «Desde que conocí a Enric Juliana, empujado por la fascinación que producía en Íñigo Errejón y en Xavi Domenech («es como nosotros, gramsciano, pero de derechas», me dijo Errejón), me convertí en adicto a sus análisis políticos; con finura de consigliere florentino Juliana ha sido el mejor observador de las estrategias del asalto de Podemos». Pablo no se inspiró en Stalin, sino en Juliana, para llamar a la revuelta contra la chusma española".
Acabáramos. Juliana tiene la culpa. Como le vayan con el cuento el conde lo envía a redactar la cartelera. O no.
Otro apunte vanguardino. Francesc-Marc Álvaro ya ve a Colau de presidenta de la Generalitat: "El duelo entre Junqueras y Mas o el duelo entre el bloque independentista y C's perderán relieve ante lo que generará el paso de Colau de la política municipal a la catalana. Porque me parece fuera de dudas que la alcaldesa acabará liderando antes de lo que pensamos una opción de izquierdas vinculada a Podemos con voluntad de absorber a los votantes del PSC, de ICV-EUiA, de la CUP y cuidado de ERC. Los maragallistas que no se han convertido al independentismo bendecirán esta operación, del mismo modo que excolaboradores de Maragall son hoy los técnicos que hacen posible que el gobierno de Colau funcione".
28 de diciembre, los Santos Inocentes, Antonio monje y Gaspar de Búfalo.