La colleja de Rajoy y la cocaína de Monedero
Todos contra Rivera y todo por la tele. La CUP cambia de interlocutor en cada reunión para no ablandarse, según Carol. Xavier Vidal Folch carga contra la última "payasada" de Mas
27 noviembre, 2015 08:50El Mundo: El PP ordena endurecer los ataques contra Rivera
El País: Europa une fuerzas con Francia para combatir al Estado Islámico
La Razón: "Cupayazo" para investir a Mas
Ara: El consell de presidència centra les negociacions (de JxS y la CUP)
El Periódico: Locos por la tele (los políticos)
El Punt Avui: Ningú no afluixa (Ni JxS ni la CUP)
La Vanguardia: El pacto antiyihadista se amplía sin CDC ni Podemos
Cinco Días: Abengoa, cuestión de Estado
El Economista: Abengoa trata de negociar una quita con la banca para salvarse
Expansión: Abengoa: los bonistas se unen para salvar su dinero
La colleja de Mariano Rajoy a su hijo es la imagen de la precampaña. El chiquillo (10 años), a fuer de sincero, denunció que los comentarios del videojuego de la Fifa al que ponen voz los manolos de la Cope son "basura". Y ahí salió el padre severo del coscorrón, un cartel electoral sobre los viejos valores, cuando a los niños de los setenta nos daban leches desde el cartero por bajar corriendo las escaleras hasta el barbero por menear la closca. Los colegios, por cierto, parecían academias de instrucción militar, con el cubrirse y todo aquello. Y el castigo físico estaba contemplado. De rodillas, brazos en cruz, reglazo o el tiro al mocoso con el borrador de la pizarra.
En El Periódico "denuncian" la propensión de los políticos a participar en toda clase de chuflas radiotelevisivas, salvo que se trate de una entrevista política. Eso no, nunca. Prefieren bailar con Motos, hacer el chorra con Calleja, alternar con Bertín y pasar las tardes con la Campos. Ahora, eso sí, se les habla de una entrevista seria y huyen despavoridos, como los murciélagos del ajo. Del mitin al plató, de la calle al estudio. Se apartan de la gente pero se abren al público. Muy profiláctico.
El segundo asunto del que habla todo el mundo es de la gracieta de Juan Carlos Monedero, exasesor del régimen totalitario de Venezuela, gran celebridad en aquel país y un tipo suelto de lengua. Albert Rivera ha anunciado medidas legales contra Monedero por el vídeo (enlazamos la versión de El Mundo) en el que el fenómeno podemita afirma que el ciudadano toma cocaína. Muy gracioso está Monedero, pero eso es una calumnia. Por cierto, Monedero, en el antedicho vídeo, parece que esté un poco, quizá, tal vez, ¿no? Como si no fuera a pasar un control de alcoholemia, por ejemplo. Qué gracioso es Juanqui. Él sí que se mete... con la gente.
En El Mundo, Marisol Hernández traza una información sobre la estrategia popular para frenar el fenómeno C's: "Se acabó lo de transigir con Ciudadanos. Lo de observarles desde la lejanía, como si no existieran o no hubiera que molestarles demasiado. El comité de campaña del PP ha dado orden de empezar a atacar al partido de Albert Rivera. El cambio se produce justo después de que el presidente de C's asegurara el pasado domingo en La Sexta que no tiene intención de apoyar una hipotética investidura de Mariano Rajoy tras el 20-D. Aunque algunas fuentes del PP apuntan a que la decisión de intensificar las críticas se había tomado antes, la semana ofrece una secuencia clara de la variación en la estrategia popular".
Plano catalán. En La Razón, Pilar Ferrer, avizora la deserción de algún diputado antisistema en lo que define como un "cupayazo", que vendría a ser el tamayazo para evitar nuevas elecciones. Mientras, prosiguen las carcajadas por la última oferta de Mas a la CUP. Màrius Carol, en su billete de director de La Vanguardia, desvela que los antisistema cambian de interlocutor en cada reunión con los de JxS para no empatizar demasiado y ablandarse con el contacto. Unos genios de la política.
Plano catalán. En
El pálpito general lo resume Xavier Vidal-Folch en un artículo que titula "Payasada". Ahí van un par de párrafos: "Artur Mas amaba tanto a la Generalitat, y a su presidencia, que prefería tener cuatro presidentes. El caso era, obsesivamente, seguir figurando entre ellos. A razón de un cuarto de presidente, aunque no se sabe si con derecho a solo un cuarto de sueldo, chófer, pensión y despacho pospresidencial. Así se lo ofrecía a la muchachada de la CUP, que reclamaba una presidencia “coral” —lo contrario de una presidencia— para no tener que investirle y sonrojarse de la vecindad a pujolerías y tresporcientos".
Y: "Pero esta respondió con más seriedad a la increíble payasada institucional (¿por qué no 3,14 presidentes, como el número pi; o 41, uno por comarca; o siete millones y medio, tantos como catalanes?) exigiendo no solo el trato protocolario de presidente para el cuarteto (que juzgan cosmético) y poderes de taifas para cada uno de sus miembros, sino repartir las muy potentes competencias clave del president: firmar decretos, nombrar consellers, disolver la Cámara. Y Mas pareció rilarse".
Patas abajo, pero no pierde la esperanza de ser investido otra vez.
Hollande sigue de gira y ayer visitó a Putin. No acaba de cuajar su alianza mundial contra el Estado Islámico. Cameron pide al parlamento que le dejen bombardear Racqa y en España se reúne el pacto antiterrorista en el que están todos menos ERC, CDC y Podemos, pero que asiste de oyente. La prensa económica coincide en titular con la catástrofe de Abengoa.
27 de noviembre, santoral: Acario de Noyón, Basileo obispo, Francisco Antonio Fasani, Acacio mártir, Barlaán mártir, Bihildis y Jacobo Interciso.