Oriol Junqueras y Artur Mas, en el Parlamento autonómico de Cataluña

Oriol Junqueras y Artur Mas, en el Parlamento autonómico de Cataluña

Política

Mas opta por el "Estado soberano"

Mas ayer se decantó por preguntar si se quería un "Estado soberano". ERC se opuso frontalmente, indicando que, de ser así, no aprobaría el presupuesto. Ahora puede pasar de todo, particularmente dado que Mas parece más imprevisible que nunca, que ya es decir.

10 diciembre, 2013 08:10

El lunes por la tarde, Mas se inclinó a favor de que la pregunta a efectuar en la hipotética consulta fuera: "¿Quiere que Cataluña sea un Estado soberano?", según he sabido de fuentes directas de la más extrema fiabilidad. Mas descartó que la pregunta fuera: "¿Quiere que Cataluña sea un Estado independiente?". Las acabadas de reproducir eran las dos únicas alternativas consideradas, como avancé en primicia hace días.

UDC aceptaba lo que Mas acaba de preferir (al menos, por ahora), a pesar de que sus dirigentes, como toda persona con un dedo de frente, están convencidos de que no habrá ninguna consulta. Por su parte, ICV-EUiA ha pedido un tiempo para pronunciarse. Hasta ahora, ICV-EUiA se había limitado a oponerse a que la pregunta sólo permitiera optar entre independencia, sí o no. Eventualmente, ICV-EUiA podría aceptar que la cuestión se refiriera a un "Estado soberano". Pero no tengo información concreta de ello.

En cambio, ERC mostró su oposición frontal. Continúa aceptando solo que se pregunte: "¿Quiere que Cataluña sea un Estado independiente?". Siempre lo ha exigido. En los últimos días, su principal dirigente, Oriol Junqueras, ha sido de una gran precisión. No puede haber interpretaciones ni establecerse matices.

Buscando soluciones insólitas

ERC continuaba recordando que, si no hay un acuerdo basado en su propuesta independentista, no aprobará el presupuesto de la Generalidad para 2014. Al no poder ser vuelto a prorrogar el actual -él mismo, una prórroga del del año 2012-, habría que convocar elecciones anticipadas.

Ahora bien, podría haber, al menos en teoría, otra solución, en forma de parche. Consistiría en que la mayoría de partidos se abstuvieran -entre ellos necesariamente el PSC y el PP- y el presupuesto fuera aprobado por una ridícula mayoría, la de CiU. Dado que estamos en una situación de locos, vale la pena considerar todas las locuras posibles.

En cualquier país democrático Mas ya lo habría dejado, y pondría punto final a la presidencia más desastrosa que nunca haya tenido la Generalidad. Siempre se tiene que tener presente que Mas no es un presunto patriota en busca de nada objetivable, sino un político politiquero que no quiere dejar una poltrona desde la que no ha hecho nunca nada bueno. Solo la ha usado para emitir quimeras para tapar su radical incapacidad.

Hay que considerar que el elemento determinante es la inefable voluntad de Mas de no irse a su casa. Por eso existe la certeza de que continuará dando vueltas al diccionario de sinónimos. Una pesada y sobre todo insólita tarea.

La coalición de la consulta flaquea

Una alta fuente política me hace un dictamen que doy por cierto:

"Nunca ha habido ninguna posibilidad de que CDC, UDC, ERC, ICV, EUiA y la CUP coincidieran en el texto de la pregunta. Esto continúa siendo así y quizás aun se ha incrementado. Tenías razón cuando revelaste que la consulta podía morir dentro de la propia Cataluña. En todo caso, como máximo y muy improbable, podría llegar al Parlamento [autonómico] una mayoría (sobre la pregunta) que sería tan mínima que todo el proceso también nacería muerto o profundamente denigrado por sus propios impulsores".

Aun así, hay que tener presente que ningún gran partido tiene demasiadas ganas de unas elecciones anticipadas, con las excepciones de Ciudadanos y la CUP. La propia ERC, que está en condiciones de sobrepasar en escaños a CDC -el histórico y nunca materializado sorpasso italiano- sabe que no cuenta con dirigentes capaces de constituir un gobierno presentable.

Es fácil ejemplarizarlo: si ERC designara a Pere Aragonès como consejero de Economía (hoy es el responsable dentro del partido) y a Alba Vergés como consejera de Salud (hoy es la responsable en ERC), se superarían a todos los ejecutivos del mundo en cuanto a dirigentes incompetentes y grotescos. De no tener, en absoluto, los pretendidos "mejores", pasarían a tener los manifiestamente "peores".

Como diría Churchill, esta información no es el inicio del final de nada, sino el final del principio. Hasta ahora podía dominar el criterio de que Mas continuaría con el siempre suicida abrazo del oso con ERC. Pero ayer este aventurismo suyo fue objeto de trueque por otro también incierto, pero posiblemente en un plazo todavía más corto. Lo que acabará siendo definitivo seguramente no lo sabe ni el propio Mas.

Una consulta más imposible que nunca

Este tiene que tener en cuenta que ya entregó su partido a sus propios talibanes, más próximos a ERC que a la caducada CDC de la puta y la Ramoneta. Respecto al final de todo quizás hay que recordar una vieja canción de Doris Day: "Qué será, será/ sea lo que sea, será./ El futuro no es nuestro, para verlo".

Teniendo en cuenta que hoy, con las declaraciones de Rajoy, la consulta resulta todavía más imposible e impensable que ayer, más vale derivar hacia el campo de la farándula. Recordar a Doris Day puede ser más serio de lo que lo ha sido hasta ahora la alucinante presidencia de Artur Mas. Este osó compararse -muy abusivamente- al magistral Nelson Mandela. Pero seguro que nunca recibirá ningún Premio Nobel.

Como detalle mediático, ubicable en el terreno de los cotidianos camelos, TV3 intentó por todos los medios que se centraran en una reunión de nada presidida por la vicepresidenta de la Generalidad. Lógicamente, el interés estaba en otro lugar: en los encuentros de Mas, intentando pervertir la geometría a base de encontrar un círculo cuadrado. Ánimo, que aún se puede hacer más el ridículo.