Iceta alerta: si gana el independentismo la ruina será total y volverá a mandar la CUP

Iceta alerta: si gana el independentismo "la ruina será total" y volverá a mandar la CUP

Política

Iceta plantea un gobierno tecnócrata sin cuotas políticas

El candidato del PSC, que aspira a trasladar la transversalidad de su lista a un futuro Govern, se dedicaría a restablecer puentes con las instituciones españolas y europeas

11 diciembre, 2017 00:00

La transversalidad a modo de gancho electoral. La mayoría de candidaturas del 21D hacen gala de pluralidad. Dicho de otra manera, de la incorporación de independientes a sus listas como fórmula para ampliar su potencial electorado.

En algunos casos el objetivo es difuminar unas siglas en decadencia con candidatos de relumbrón (Junts per Catalunya). En otras es dar un golpe de efecto con nombres mediáticos (ERC, Ciudadanos). En el caso del PSC, el fichaje de candidatos políticos o independientes supera las ideologías (desde democristianos a comunistas) y se plantea como antesala a una hipotética formación de gobierno igualmente transversal, sin cuotas políticas, integrado principalmente por tecnócratas.

Según ha advertido en diversas ocasiones el cabeza de lista socialista, Miquel Iceta, un candidato a la presidencia de la Generalitat no tiene por qué ser necesariamente el ganador de unos comicios. Lo es quien logra obtener la mayoría parlamentaria. Así son las normas electorales españolas.

El primer secretario del PSC habla con conocimiento de causa pues, para desespero de Artur Mas, el tripartito formado por PSC, ERC e ICV impidió que gobernara CiU en dos ocasiones a pesar de ganar las elecciones (2003 y 2006). A esa teoría se ha sumado ahora Junts per Catalunya, la lista de Carles Puigdemont, quien se arroga la condición de “presidente legítimo” y prácticamente exige que los partidos independentistas voten su investidura –o a quien él designe— aunque no resulte ganador.

Lo que dicen las encuestas

Las encuestas de intención de voto, casi siempre fallidas, no otorgan la victoria a Iceta, pero sí un importante aumento de escaños. Tiene a su favor la citada pluralidad ideológica, así como un rechazo al inmovilismo y al independentismo que puede lograr complicidades del ámbito progresista (los comunes de Xavier Domènech siguen exhibiendo su llave en el sentido literal y figurado de la palabra) a la hora de obtener apoyos como presidente. Y aunque Inés Arrimadas, la candidata de Ciudadanos, aparece en esos sondeos como ganadora del bloque constitucionalista, a nadie se le escapa que los dirigentes nacionales de PP, PSOE, Podemos y Cs, inmersos en sus estrategias a corto/medio plazo, tendrán mucho que decir.

Restablecer los puentes con las instituciones españolas y europeas es, a juicio de Miquel Iceta, una de las prioridades del futuro gobierno catalán. El independentismo ha dinamitado las relaciones nacionales e internacionales de Cataluña y,  según el líder socialista, es urgente devolver a esta comunidad autónoma el prestigio que perdió tras el abrazo a la unilateralidad secesionista del Govern.

Labor 'diplomática'

De esa labor “diplomática” se encargaría él mismo, asumiendo de esta forma un papel institucional que Iceta ya viene ejerciendo desde hace meses. No es anecdótica su intervención, muy medida, en el primer debate de candidatos celebrado recientemente en TVE. El socialista huyó del frentismo, del cuerpo a cuerpo, del diálogo bronco. Los independentistas no se lo pusieron fácil, pero Iceta fue consecuente con su defensa de la reconciliación y su rechazo al populismo. Sus discursos parlamentarios siempre han ido en esa línea.

Tan importante como esa labor presidencial es la gestión del día a día del futuro Gobierno catalán. Esa tarea estaría, si Iceta es investido, en manos de consejeros con un perfil muy tecnócrata, muy profesionalizado. Sin cuotas políticas. Hasta ahora, la idea del cabeza de lista es que esa gestión, que estaría pilotada por un conseller en cap también independiente, avance con apoyos puntuales desde fuera.

Es decir, un gobierno en minoría. Pero los escenarios poselectorales están tan abiertos que ninguna opción de gobierno puede darse por segura. ¿Volver a votar? Fuentes de la candidatura socialista lo descartan. “No se puede devolver la pelota a la gente. El problema lo tendremos los dirigentes políticos. Haremos cosas incomprensibles. Quizá acuerdos con PP y Cs que se deberán explicar, pero la idea es gobernar en solitario”, afirman.