Política

Doce de Octubre, la fiesta de Blas de Lezo, almirante degradado

La fiesta de la discrepancia, de los barceloneses que no dejaron de serlo, de la ciudad "irresistiblemente bella" que describía José Luis Álvarez, un vecino catedrático de Harvard. Tras el 9N viene lo peor.

12 octubre, 2014 08:31

La Résistance. El 12 de octubre de 1714, Blas de Lezo reposaba de sus heridas en la Santa Cruz de Mataró. A los quince años le habían tenido que amputar la pierna izquierda por debajo de la rodilla a consecuencia de un cañonazo del inglés. Corría 1704 y tenía quince años. No tuvo anestesia y no profirió ni un solo gemido. En 1707, en Tolon y tras participar con inusitado arrojo en varias batallas en el Mediterráneo, una esquirla le revienta el ojo izquierdo cuando participa en la defensa del fortín de Santa Catalina. Y a los 25, ya capitán y a bordo del Campanella, siembra el terror en las costas de Barcelona. Los ingleses le abren paso sin oponer resistencia. Es el renovador del arte del abordaje, una maniobra guerrillera que provocaba el espanto en los navíos enemigos. Se acerca con su barco hacia el puerto de Barcelona; tanto que el cañoneo de su buque desmorona baluartes y defensas. Está al limite de la profundidad permitida para su velero, con 35 escuetos cañones por banda, tan cerca del litoral que una bala perdida de un soldado austracista le destroza el brazo derecho, ya un colgajo hasta su muerte, en Cartagena de Indias, en 1741, tras propinar a la armada inglesa la mayor derrota militar de la historia y asegurar el comercio español con Hispanoamérica por un plazo de más de un siglo.

De Lezo murió en la ignominia, pero los británicos utilizaron su figura para describir al pirata más feroz de la historia. Cojo, tuerto y manco, la pata de palo, el parche y el garfio. Blas de Lezo, un natural de Pasajes (Guipúzcoa), que mantuvo el imperio y al que se recompensó con la ignominia, la medalla de los grandes españoles, degradación, miseria y olvido. Tras salvar la plaza colombiana fue degradado. Murió al poco tiempo, de las heridas, complicadas con fiebres tropicales, a la inusual edad para su epoca de 62 años. Blas de Lezo, figura de 1714, almirante español, terror de los ingleses, héroe nacional en Colombia e icono mundial. Una figura casi desconocida en España.

Trescientos años después, la escaramuza continúa. El caso de los catalanes no le importaba a nadie, y menos a los ingleses, que estaban por lo de Carlos hasta que Felipe les enjuagó. ¿Y los catalanes? Ah, los catalanes, siempre divididos, decenas de setas, del rovelló, al camagroc, del fong al cep, que és el mateix, trompetes de la mort i fredolics, llenegas ergo higróforos, apagallums y pets de llop, para comprobar in situ la variedad del reino fúngico, que no es ni vegetal ni animal. Español por su diversidad, complejidad y su propensión al "sí, pero" y a las causas perdidas. Este año se recordará por la cosecha de setas.

Una causa absolutamente perdida es la de la barcelonidad. Sólo unos pocos patricios la practican ya. Es esa manera de hacer vía y mirar para otro lado, de vivir y dejar vivir. A los españoles de Barcelona que van quedando les echan del Barça y les acogen con recelo los sectores que llaman Español al RCE Espanyol. Oramos en la intimidad y nos refugiamos en la Selección. Y más ahora, que volvemos a los tiempos de Rubén Cano, un español de La Plata.

No tenemos remedio y leemos de todo, desde el prospecto del dentífrico hasta lo último, que ya tarda, de Pablo Tuset. De ahí que nos hayamos topado con este artículo de José Luis Álvarez, del que ya les hablamos en la fecha de publicación. Volvemos sobre él y rescatamos dos párrafos:

Primero: "Todavía existen bolsas de resistencia al intento de fagocitación de Barcelona por el proyecto de homogeneidad nacionalista. Este sigue sin penetrar los barrios barceloneses donde residen los trabajadores inmigrantes españoles, muchos ya jubilados, que tanto han respetado la cultura y la sociedad catalanas, hasta la ingenuidad. En las autonómicas del 2012, en El Carmel, Ciutat Meridiana y Prosperitat, tanto el PSC como el PP lograron más votos que CiU y Esquerra. Incluso Ciutadans sobrepasó a ERC y, en algún barrio, a CiU. También fuera de la ciudad se da el fenómeno: en Cornellá y L’Hospitalet, la segunda ciudad de Cataluña, el PSC obtuvo más votos que CiU y ERC sumadas, el PP más votos que CiU, y Ciutadans más votos que Esquerra. Y en Badalona gobierna el PP. Como contraste, en la comarca leridana del Pla d’Urgell, agrícola y ganadera, en las últimas autonómicas CiU y ERC capturaron el 70% de los votos. No es la única ilustración de la abismal diferencia entre el territorio y Barcelona. Política, social y económicamente son países distintos. El cinturón de Barcelona se parece más al sur de Madrid que al Pla d’Urgell".

Segundo: "La composición de los partidarios de la consulta es reveladora de los peligros para Barcelona del independentismo: la nueva Convergència, ERC, ICV, CUP. Solo Unió desentona en tan anticosmopolita coalición de 'agropecuarios' y antisistema. El soberanismo ha pasado a ser liderado por quienes nada tienen que ganar de Europa y la globalización -precisamente ambos ámbitos son lo que necesita Barcelona para seguir siendo la mejor ciudad del mundo para vivir-. Barcelona -cosmopolita, irresistiblemente bella, inquieta- lo tiene casi todo. Sin ella, Cataluña no es. Pero la Barcelona que requiere el soberanismo es una ciudad controlada, global solo en lo turístico, homogénea con el 'territorio'. Sí que hay un independentismo que valdría la pena: el de Barcelona".

La Résistance. Después del 9N viene lo peor... Ridículo, frustración y vergüenza, preludio de pogromos. No es nuestro prepucio, son nuestras ideas.

12 de octubre, la Virgen del Pilar, Amelio, Amigo y Eustaquio.