Pese a que Junts anunció una sonada ruptura con el PSOE hace apenas unas semanas, la formación de Carles Puigdemont ha vuelto este jueves a ejercer de muleta del Gobierno. Lo ha hecho con una abstención en el Congreso de los Diputados decisiva para abortar una enmienda del PP a la fecha de cese de las centrales nucleares, que seguirá su curso ecologista pese a las históricas reticencias de Junts en la materia.
Las cifras recuerdan que la mitad de la electricidad consumida en Cataluña (50,3%) proviene de la energía nuclear, con las centrales de Ascó y Vandellós como pilares clave. Y Junts, ambiguo como de costumbre, asegura que "la cuestión no se resuelve con una enmienda del PP". Es decir, que están en contra de cerrarlas --Ascó sería la primera de las catalanas en cerrarse, entre 2030 y 2032-- pero no en la fórmula de la oposición para frenar la hoja de ruta que el Gobierno ya aprobó en 2019, con Almaraz y Cofrentes como primeros cierres previstos.
La votación arrojó un empate (171 a favor de la enmienda, 171 en contra) entre el bloque de la derecha y los socios de investidura que siguen manteniendo su apoyo al ejecutivo de coalición, y Junts reivindica su nueva posición en las Cortes Generales: "El Gobierno sabrá lo que opina Junts directamente en el momento de la votación". Una fórmula que está por ver que mantengan una vez Pedro Sánchez tiene decidido agotar su legislatura la sin mayoría.
