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Si Junts saca algo en claro tras esta semana horribilis –que empezó con la devastadora encuesta de La Vanguardia y siguió con el portazo de Podemos a la cesión de competencias migratorias a Cataluña– es que Míriam Nogueras no se toca. Más bien al contrario.

La insurrección de algunos alcaldes, que se han visto estos días con fuerza para expresar su malestar con la deriva del partido, no ha hecho más que enrocar a Waterloo en sus trece. Y la líder de los posconvergentes en Madrid es de la total confianza de un Carles Puigdemont que, mientras se replantea su futuro y el de la legislatura española, pretende dejar claro que sigue mandando él.

El papel protagonista de Nogueras, en cualquier caso, ha sido muy aplaudido en el núcleo duro del expresident, donde celebran que al menos uno de los liderazgos surgidos en el postprocés se haya consolidado de cara a la opinión pública. Se trata de un valor al alza y paralelamente dócil respecto a la vieja guardia convergente que, consideran, está ejerciendo su "complejo papel" con buena nota.

Y pretenden blindarla, tras darle una de las vicepresidencias del partido hace apenas un año, en lo que supone un claro mensaje para los disidentes. No tienen cabida ahora mismo en Junts, y ya les han animado a emprender el camino que unilateralmente tomó hace unas semanas el exconseller Jaume Giró, entre reproches, para sorpresa de la dirección del partido.

Una puerta que podrían verse obligados a cruzar otros tantos del sector pragmático de Junts cuando, en breve, se tomen decisiones sobre las listas que concurrirán a las elecciones municipales de 2027. Todo ello, al margen de lo que suceda en Madrid

El adelanto electoral asoma de nuevo

Tras el anuncio de Pedro Sánchez de volver a presentarse como candidato a las próximas elecciones generales, inseparable de su incapacidad de mantener cohesionada a la mayoría que permitió su investidura, la hipótesis de que las urnas lleguen antes de lo previsto vuelve a estar sobre la mesa. Y todos quieren estar preparados para la carrera. 

Después del fatídico sondeo que augura a los posconvergentes un batacazo notable en detrimento de una Aliança Catalana -que llegaría a arrebatarles hasta 16 escaños en el Parlament-, votar ahora no es el escenario ideal para Junts; pero al menos lo haría en una contienda en que la ultraderecha independentista, según asegura Sílvia Orriols, piensa abstenerse de participar. 

"Mejor primero las generales" apuntan, por tanto, desde el espacio posconvergente. Siempre conscientes de que su verdadero examen para con los catalanes será en los ayuntamientos y con la condición, si de Junts depende, de que la amnistía se haya aplicado en su totalidad antes de abrir la puerta a un Gobierno de PP y Vox que pueda, desde Moncloa, entorpecerla "todavía más".

Crisis de liderazgos

La crisis de liderazgos que sufre Junts -con la excepción de Nogueras en Madrid- no terminará con el regreso de Puigdemont, que desde el partido aseguran que se producirá antes de Navidad, como le habría prometido el socialista José Luis Rodríguez Zapatero al expresident en su último encuentro en Suiza.

Ni siquiera sabe si ejercerá como líder de la oposición en el Parlament, donde la figura de Albert Batet sigue estando cuestionada, y tanto Mònica Sales como Salvador Vergés, los dos diputados llamados a ir dejándose ver en los plenos importantes, tampoco terminan de convencer.

El candidato de Barcelona, todavía en el aire

Tampoco hay, finalmente, candidato al Ayuntamiento de Barcelona, que siempre es una plaza de prestigio. A priori debía haberse decidido en primavera, pero el 'no' definitivo de varios aspirantes como Artur Mas o Joaquim Forn alargó el proceso hasta el punto de que sigue sin tenerse claro.

"Para la Mercè estará", dijeron. Y tampoco. Aunque las posibilidades son ya muy pocas. La cosa parece quedar entre el actual líder en el consistorio, Jordi Martí, y el concejal, diputado, portavoz y vicepresidente Josep Rius, cuya proximidad a Puigdemont le sitúa como favorito mientras no aparezca a última hora un candidato sorpresa, que era la idea de Waterloo en primera instancia.