Montaje con TV3 al fondo y la imagen de Ramón Cotarelo, Empar Moliner, Toni Soler y Pilar Rahola
¿Qué fue de los bufones del independentismo en TV3?
El desafío secesionista fue un auténtico negocio para opinadores, cómicos y activistas al servicio del nacionalismo gobernante, que encontraron un altavoz y muchas horas de televisión en la cadena pública catalana
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Hubo un tiempo en el que en Cataluña solo se hablaba de una cosa. El procés independentista iniciado por Artur Mas y culminado en falso por Carles Puigdemont en octubre de 2017 monopolizó el debate público durante más de una década, prácticamente hasta la victoria de Salvador Illa en las elecciones de 2024 y el cambio de Govern. Fueron años de incertidumbre, caos y división, pero también de mucha implicación política por parte de unos y otros.
La crispación inundaba las calles y las sobremesas, los balcones lucían banderas de uno y otro color y signo y también la televisión pública se hacía eco del conflicto con una programación donde las tertulias sobre la actualidad eran una constante, pero la cuña del procés en lo que no era político también. Así saltaron a la fama opinadores, cómicos y activistas al servicio del secesionismo, y así perdió TV3 la confianza de una parte de la ciudadanía, que acusó a la cadena de imparcial.
Del 'FAQS' a América Latina
Más allá de la cobertura mediática, de incuestionable necesidad, el desafío independentista fue un gran negocio para todos ellos, que se convirtieron en auténticas celebrities del universo ANC gracias a la Corpo. Influencers de opinión que, con la muerte del procés y el pretendido plan de "reapertura" de la televisión pública, han ido desapareciendo de la pantalla en la mayoría de los casos. Más allá de que todos, como denominador común, sigan muy activos en X.
El late night Preguntes Freqüents (FAQS), presentado primero por Ricard Ustrell, luego por Laura Rosel y finalmente por Cristina Puig, fue uno de los programas donde, más allá de rigurosos debates y plurales tertulias con notable éxito de audiencia, tuvieron cabida algunos de ellos. Pilar Rahola fue una. Escritora y exdiputada de ERC, fue durante años un rostro protagonista en TV3 y también en otras cadenas nacionales como Cuatro. Su habilidad para la polémica daba el perfil.
Pilar Rahola, en 2022 EUROPA PRESS
Amiga personal de Puigdemont y tras adoptar en los últimos tiempos un discurso muy afín al presidente de Israel, Benjamin Netanyahu, negando el genocidio de Gaza, Rahola ha ido desapareciendo de la pantalla. Se ha diluido de ella a la par que lo ha hecho el procés. Pero sigue muy activa. Está emprendiendo un nuevo proyecto en América Latina alejada del foco, pero sigue colaborando con medios como ElNacional.cat tanto de opinadora con sección propia y, últimamente, como la defensora mediática de Israel.
Con distintos acentos
En el FAQS también se dieron a conocer nombres como el de la madrileña Bea Talegón, que había roto con el PSOE --siendo hoy una de las voces más incisivas contra este partido-- y abrazó el independentismo catalán hasta el punto de concurrir en listas al Parlamento Europeo, sin éxito, de la mano de Junts. El profesor universitario Ramón Cotarelo, también de la capital, o el argentino Albano Dante Fachín, antes en Podemos y convertido al secesionismo, son otros ejemplos protagonistas de aquellas acaloradas noches de sábado. Hoy, está al frente de la plataforma Octuvre, donde sigue con su activismo, pero con un altavoz mucho menor.
La gallega Pilar Carracelas, que también dejó de participar en programas como el Tot es mou con la agonía del procés, es otro de ellos. En la actualidad siguen escribiendo y opinando aunque con mucha menor proyección, vinculada a la plataforma política Alhora, de Jordi Graupera. En el caso de Cotarelo, parece que su aproximación a Aliança Catalana puede darle una nueva vida mediática si la ultraderecha independentista, hoy con dos escaños en el Parlament, confirma en los próximos comicios su tendencia al alza.
Albano Dante Fachín, periodista, tertuliano y excandidato independentista, en el canal Octuvre / CG
El humor como negocio ideológico
Más allá de nombres como Empar Moliner o Mònica Terribas, periodistas volcadas a la causa independentista desde distintas ventanas informativas, el gran negocio de los afines pasó por el humor. O el intento de parodiar a España de forma vulgar y señalando sistémicamente a los contrarios a la secesión. El tono burlesco iba siempre en la misma dirección. Toni Albà, Peyu o Jair Domínguez fueron algunos de personajes que lo perpetraron desde distintos programas.
El primero de ellos, también actor de destacada trayectoria, trabajó durante muchos años en el programa Polònia, donde cobran vida en forma de imitación los principales líderes políticos de forma satírica. Fue despedido por el productor Toni Soler, que también está al mando de otros tantos programas de TV3, por insinuar que Inés Arrimadas, entonces líder de Ciutadans, era una prostituta. Este último ha escrito el guion de una película, Parenostre, que blanquea al expresident Jordi Pujol.
Joel Díaz, el último bufón
Tras una pandemia y los indultos del Gobierno de Pedro Sánchez a los líderes independentistas presos, que bajaron el suflé, llegó la última etapa del procés de la mano del Govern en solitario de ERC, presidido por Pere Aragonès. Paralelamente, una última generación de irreverentes llamaba a las puertas de la televisión pública: los líderes del exitoso programa de radio La Sotana. Uno de los tertulianos, Joel Díaz, tomaba las riendas de un nuevo late night, el Zona Franca.
Hoy relegado al también humorístico programa APM, este cómico duró poco en aquel espacio, al censurarse un comentario del colaborador Manel Vidal, que también trabaja en el pódcast sobre el FC Barcelona con Díaz, en que relacionaba al PSC con el nazismo. El humorista también ha estado en el centro de la polémica por bromear sobre violar a la hija menor de la diputada y líder de Aliança Catalana, Sílvia Orriols, que se llama Violant, aunque esto lo dijo en La Sotana y no en TV3.
