Carles Puigdemont, el 8 de agosto de 2024 en Barcelona
Puigdemont insiste en el choque con el Govern, que reclama por enésima vez su amnistía
El expresidente de la Generalitat reivindica su segunda fuga porque "hoy aún estaría en prisión" y afea la política de normalización institucional por la que clama Illa
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El expresidente de la Generalitat y líder de Junts Carles Puigdemont, que hace justo un año daba un mítin en Barcelona, esquivaba la operación jaula de los Mossos d'Esquadra para detenerle y escapaba de nuevo a Waterloo, ha asegurado que "hoy aún estaría en prisión" si hubiera tratado de entrar en el Parlament para, como se comprometió, estar en la investidura de Salvador Illa.
Hace 12 meses que el Parlament hizo president al socialista para cerrar la etapa del procés. Hoy, el organizador del referéndum del 1-O persiste en el choque con un Govern que ha empezado a ordenar carpetas trascendentales, tales como la vivienda, la seguridad o la movilidad ferroviaria, mientras él aún reside en Bruselas y su influencia política se limita al Congreso, sin impacto en el parque de la Ciutadella.
Y si bien el conseller de Presidencia, Albert Dalmau, ha aprovechado la efeméride para reclamar la rápida y total aplicación de la amnistía --como hizo Illa en su rueda de prensa de balance del primer año de legislatura desde Shanghái (China)-- el dirigente de Junts vuelve a darle la vuelta para acusar al actual Ejecutivo de poner en marcha "la estrategia más profunda de desnacionalización de Cataluña" bajo su política de normalización institucional.
"Anomalía"
Este viernes, Puigdemont ha defendido su segunda fuga, asegurando que "hoy aún estaría en la cárcel y, probablemente, a punto de ser juzgado y condenado". Más allá de reivindicar el show del pasado 8 de agosto, sobre el que mucho se ha escrito y divulgado, también crítica a la ley de amnistía aprobada por el Congreso de los Diputados hace más de un año, que, avalada por el Tribunal Constitucional, ahora está en manos de la justicia europea.
El largo mensaje, publicado en la red social X, es un reproche a los jueces de que, a juicio del independentismo, se niegan a aplicar la norma. Junts pretende poner en evidencia esta "anomalía" siempre que tiene oportunidad, pese a que aseguran que "cada día está más cerca" y a que su apoyo al PSOE, en cualquier caso, no depende de que los efectos de la medida de gracia lleguen al expresident.
Avui fa un any que compareixia públicament a Barcelona, després de gairebé set anys de no haver posat els peus al Principat de Catalunya. Ho vaig fer en el lloc i a l’hora anunciats, amb la intenció d’assistir tot seguit al debat d’investidura del President de la Generalitat que…
— krls.eth / Carles Puigdemont (@KRLS) August 8, 2025
Entrega voluntaria
Sobre el 8A, el expresidente ha justificado su fuga alegando que presentarse en el Parlament hubiera implicado una "entrega voluntaria" a los Mossos d'Esquadra que custodiaban la única entrada habilitada al Parc de la Ciutadella durante aquella jornada. "Tenía el derecho de intentar evitar mi detención", explica, reiterando que su intención siempre fue participar en el pleno.
"Fui elegido diputado y tenía el derecho y el deber de estar en la sesión donde se votaba la presidencia de mi país", añade, "la orden de detención dictada por el Tribunal Supremo en mi contra no podía inhabilitar el ejercicio de un derecho fundamental". Su presencia en Barcelona, concluye, también quiso "poner en evidencia una anomalía democrática grave", que contaba con la "pasividad" del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, de Illa bajo su "estrategia más profunda de desnacionalizar Cataluña".
Manifestación independentista en Arc de Triomf, esperando la llegada de Puigdemont
Mano tendida ante las embestidas
No obstante, un año después de una sesión de investidura marcada por el show indepe y en la que ya reclamó la amnistía para Puigdemont, Illa y su Ejecutivo no retiran su mano tendida e insisten en que "todos los actores políticos puedan ejercer su actividad política". Así lo dijo el president el pasado viernes desde la capital económica de China, en una clara alusión al organizador del referéndum y del líder de ERC, Oriol junqueras.
"La última palabra la tienen los ciudadanos, no los jueces. El poder legislativo ha hablado con claridad. Puedo entender que hubiese dudas sobre la constitucionalidad de la amnistía, pero hoy no. Un año de aplicación parcial de esta ley ha sido positivo para Cataluña y para España, porque su constitucionalidad ha quedado validada", agregó el jefe del Govern, al que las embestidas del neoconvergente no le hacen moverse ni un milímetro en su voluntad de vuelta a la normalidad institucional.