Salvador Illa, presidente de la Generalitat, y Yin Li, líder del Partido Comunista de China en Pekín
La alianza de Cataluña con Pekín coge forma: "La delegación ayudará a impulsar a nuestras empresas en China"
La nueva oficina en la capital del gigante asiático brindará apoyo institucional a las alianzas comerciales, que hoy solo cuentan con el acompañamiento de ACCIÓ
Más información: Illa lleva el ‘Cataluña lidera’ a China para tejer alianzas con “una de las primeras potencias mundiales”
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Tras varios meses de siembra y riego, ya se vislumbran los frutos. La estrategia que la Generalitat ha desplegado en Asia permitirá la apertura de una delegación en Pekín para tener "presencia permanente" en la capital de esta potencia mundial, porque "Cataluña y China tienen mucho que compartir", ha celebrado el president, Salvador Illa, apenas 12 horas después de aterrizar en el país.
El intercambio de documentación para la apertura de una oficina institucional del Govern a 9.000 kilómetros de Barcelona empezó tiempo atrás, antes de la reunión que el dirigente socialista ha mantenido este viernes con el Partido Comunista Chino. Lo estricto de estos encuentros obliga a ello, puesto que este no es un interlocutor que permita comentar nada que se salga del papel.
El contacto celebrado en el Hotel Beijing ha durado tres cuartos de hora y ha servido para que los planes del Ejecutivo catalán reciban el visto bueno de Yin Li. El máximo líder en Pekín ha manifestado su buena predisposición ante la apertura de la delegación, siendo China un peculiar socio del que la voluntad política es, probablemente, lo más complicado de conseguir y lo que más peso tiene.
Antes de su reunión con el líder en Pekín del Partido Comunista de China, Salvador Illa ha visitado al vicepresidente de la Asamblea Popular, Wu Weihua, este mismo viernes
Mercado hostil
Si bien se desconoce el calendario de la apertura --antes de acabar el año, ha avanzado Illa en una atención a los medios--, se da por garantizado que se producirá, y que "ayudará a impulsar las empresas catalanas con presencia" en el gigante asiático, avanzan fuentes del Govern. Por ahora, la Generalitat está presente con una oficina exterior de la Agència Catalana de Turisme, en Pekín, y tres de ACCIÓ, en la capital, Shanghái y Hong Kong.
Estas últimas ayudan a que las compañías catalanas penetren en el mercado chino, cuya hostilidad es uno de los principales reproches de Europa en cada cumbre. La última, este mismo jueves, en la que la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ha vuelto a insistir en el desequilibrio comercial y las dificultades con las que se encuentran las compañías que intentan implantarse.
280 empresas catalanas con filiales en China
Son unas 280 las empresas catalanas que operan en el país, y la apertura de la futura delegación servirá para garantizar el "apoyo institucional" a las alianzas comerciales ya forjadas y las que están por venir, inciden las mismas voces. Una de ellas es Damm; las filiales de la cervecera catalana que dirige Jorge Villavecchia emplean a 105 personas, nueve años después de que abriera la primera en Shanghái.
También Ames Group, fabricante de piezas de automoción con actividad en Wuhú desde 2017, así como el fabricante de artículos de baño Roca, con nueve plantas y dos galerías en el país.
Mención aparte merece Seat, que produce en Heféi todas las unidades del Tavascan, el primer modelo de Cupra 100% eléctrico, diseñado en Martorell. El fabricante español, integrado en el Grupo Volkswagen, apostó por esta región al sur de Pekín y se ve penalizado por los aranceles adicionales de la Unión Europea sobre los vehículos eléctricos importados desde China.
El expresidente de Cupra Wayne Griffiths, en la presentación del nuevo coche eléctrico Cupra Tavascan
Buena sintonía entre tensiones con Europa
Precisamente, las relaciones están tensas entre el gigante asiático y el Viejo Continente, aunque España marca la excepción. Las autoridades chinas ven con buenos ojos a nuestro país tras las tres visitas del presidente Pedro Sánchez; la más reciente, el pasado mes de abril, cuando se reunió con su homólogo, Xi Jinping, en busca de nuevos mercados en plena guerra comercial a cargo de Donald Trump.
Esta buena sintonía diplomática, reconocen fuentes del Ejecutivo de Illa, ha ayudado en el impulso de las relaciones catalanas con el Partido Comunista, cuya cultura hace mandatario el contacto personal y asiduo al más alto nivel. Y es que el último president de la Generalitat en cuidar las relaciones con una gira institucional en el terreno fue el también socialista Pasqual Maragall, 21 años atrás.
