
Concha Zorrilla, directora general de Transición Hídrica de la Generalitat Barcelona
Concha Zorrilla: “En cinco años, en Cataluña afrontaremos las sequías sin restricciones”
La directora general de Transición Hídrica de la Generalitat recibe a Crónica Global para ofrecer su primera entrevista tras ocho meses en el cargo
Enfocada en lograr que la mayor parte de la demanda se desvincule de la precipitación, se ha encontrado con su primera prueba de fuego, el apagón nacional: “La instalación ha resistido, es para felicitarnos”
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Concha Zorrilla Díez (Barcelona, 1959) es la persona elegida por el Govern de Salvador Illa para impulsar un modelo de gestión del agua que garantice la suficiencia hídrica sin dependencia de la lluvia. Su nombramiento como directora general de Transición Hídrica, puesto de nueva creación, se oficializó el pasado 17 de septiembre, en un momento en el que Cataluña afrontaba una de las peores sequías de las últimas décadas.
Ahora, ocho meses después, con esta sequía superada, con los embalses por encima del 70%, y con una hoja de ruta enfocada en lograr que el 70% del agua que se consume se pueda obtener al margen de la pluviometría, esta ingeniera con más de 30 años de experiencia en el ámbito del medio ambiente recibe a Crónica Global para conceder su primera entrevista. Lo hace a los pocos días de superar su primera gran prueba de fuego: el apagón nacional.
- Comencemos por lo más reciente: el apagón general. ¿Cuál fue su afectación en las infraestructuras hídricas de Cataluña?
- En el área más densa, la conurbación de Barcelona, se previó que podría haber 500.000 viviendas afectadas. Finalmente, fueron 40.000 las que quedaron un poco más tocadas durante las 24 horas que duró el grueso de la afectación. Son las ubicadas en las zonas altas, que son las que necesitan un equipo de bombeo.
- ¿Se refiere a que esas 40.000 viviendas se quedaron sin agua?
- Sí, las de las zonas más altas. También hubo casos en los que el agua llegaba a la puerta del edificio y a los primeros pisos, pero no a los superiores, que necesitan bombas. Y, como derivada, se vaciaron muchas tuberías, se llenaron de aire; cuando eso ocurre, hay que recuperar el servicio de forma gradual porque, de lo contrario, las tuberías pueden reventar.

Concha Zorrilla, durante la entrevista con Crónica Global Barcelona
- ¿Qué ocurrió con el resto de las infraestructuras?
- El 95% de las infraestructuras del ciclo del agua funcionó gracias a los motogeneradores. Las desalinizadoras quedaron tocadas, sobre todo la de El Prat, pero se recuperó el servicio en 24 horas. En el ámbito del saneamiento, la mayoría de depuradoras tiene grupos electrógenos, lo que nos permitió que el impacto fuese casi inapreciable; los técnicos, de hecho, no detectaron alteraciones en la calidad del agua pese a la caída de corriente.
- ¿Cuántas horas podría aguantar sin luz el sistema para prestar un correcto servicio?
- Depende de lo que hablemos por correcto. Las infraestructuras están preparadas, por lo general, para funcionar sin electricidad entre 24 y 48 horas. No hemos recibido reportes de ningún ayuntamiento por desabastecimiento de agua ese día. Es para felicitarnos. Hemos puesto a prueba una gran instalación. Y ha resistido.
- Si este apagón hubiera ocurrido en el peor momento de la sequía, con las desalinizadoras paradas, ¿el problema hubiera sido mayor?
- Sí, efectivamente, la sequía nos lo hubiera puesto más difícil. La gran ventaja es que los embalses estaban llenos.
- Bien, pasemos al que era el gran tema hasta hace unos días: la sequía. ¿Qué es la sequía?
- Ya no hablamos de sequía, porque son episodios recurrentes –antes de la última, las hubo en 2007 y en 2010, las más recientes–, sino de escasez hídrica. El cambio climático nos lleva a un escenario de poca agua, de estrés hídrico. Es la nueva normalidad. Como dice alguien, falta un día menos para la próxima sequía. Y nos preparamos para eso.

La directora general de Transición Hídrica antes de la entrevista Barcelona
- Se lo preguntaba porque, según la definición, sequía es la ausencia prolongada de precipitación. Sin embargo, en estos últimos meses ha llovido con frecuencia, pero se mantenían las restricciones. ¿Por qué tardaron tanto en levantarse?
- Porque tenemos un plan especial de sequía, del 2020, que divide Cataluña en sectores y los recursos que estos necesitan. ¿Por qué hemos tardado? Queremos ser preventivos, tanto a la hora de entrar en fases de restricciones –el plan se activa cuando los embalses bajan del 70%, ocho o nueve meses antes de llegar a los peores escenarios– como en el momento de salir de ellas. Necesitamos un nivel estable de agua para levantarlas.
- En la situación actual, con los embalses ya por encima del 70%, con más población que nunca, con el grifo abierto para el campo y con la esperada llegada masiva de turistas, ¿hasta cuándo tenemos agua asegurada?
- Los embalses de las cuencas internas catalanas –los que abastecen a Barcelona, su área metropolitana, así como a Girona y alrededores: unos seis millones de personas– tienen capacidad para 650 hectómetros cúbicos. El área Ter-Llobregat consume unos 350 hectómetros cúbicos anuales. Pongamos que hay agua embalsada para un año y medio si no lloviera nada, sin contar los acuíferos, las desalinizadoras, el agua regenerada… Pero cuidado con los titulares de todo esto: es agua de boca y para actividades económicas.
- Y la pregunta que se hacen los afortunados: ¿este año hay vía libre para llenar las piscinas?
- Sí. Y para regar, y abrir las fuentes ornamentales, y para los usos ambientales. De hecho, la restricción más relevante durante la sequía ha sido la reducción de los caudales ecológicos. Lo que más ha sufrido estos años han sido los ríos y la agricultura.
- Ha comentado en otro foro que esta ha sido la peor sequía en 200 años y que las previsiones dicen que las sequías serán más frecuentes y severas. Usted afirma que el clima mediterráneo se caracteriza por episodios de sequía. ¿Cómo podemos afirmar rotundamente que dentro de 30 años estaremos peor?
- Todos los expertos (Meteocat, Aemet, ONU…) avisan de que vamos hacia la desertificación de esta zona. Los análisis del mundo científico nos dicen que de aquí al 2050 tendremos una disminución de los caudales de los ríos que puede llegar al 15% o 20%. Si no es así… ojalá. Nuestro futuro es trabajar con poca pluviometría. Hace 30 años ya se hablaba de la necesidad de instalaciones para tener agua sin depender de la lluvia. Y, en esta legislatura, hay un acuerdo de Govern para tener las infraestructuras necesarias dentro de cinco años para desvincular la demanda del agua de la precipitación en un 70%.
- ¿Significa esto que, dentro de cinco años, tardaremos en entrar en situación de sequía o esta desaparecerá?
- Tendremos episodios de sequía, pero los podremos afrontar sin restricciones. Todo puede pasar, pero la entrada en emergencia y excepcionalidad será muy poco probable. De hecho, este año ya movilizaremos 31 hectómetros cúbicos que antes no teníamos, pero, en el horizonte, hablamos de 280 hectómetros cúbicos, que es ese 70% para ser autosuficientes.
- Hace unos minutos me alertaba de que “cuidado con los titulares”, pero a los expertos se les puede reprochar lo mismo: es distinto decir “estaremos preparados para la siguiente sequía” que decir “nos quedaremos sin agua”.
- No, no. Nuestro mensaje es que nos preparamos para que, vengan las sequías que vengan, podamos hacerles frente y garantizar agua para todos los usos. Vamos a un escenario de escasez hídrica. Tenemos que tomar medidas para no depender de la lluvia.

Concha Zorrilla responde a las preguntas de Crónica Global desde su despacho en la Agència Catalana de l'Aigua (ACA) Barcelona
- Pero las previsiones son a 30 años.
- En los últimos 30 años, la climatología está haciendo un cambio acelerado exponencial. Y el experto nos dice que las sequías serán más frecuentas y severas. Además, la escasa precipitación se junta con el aumento de las temperaturas, con lo que la evaporación es más alta, lo que quiere decir que, con la misma agua, haces menos. Es un problema para la agricultura. Y, por otra parte, Cataluña se ha embosquecido, y esa vegetación absorbe agua. Preocupante.
- Cuando la nombraron directora general de Transición Hídrica, recibió el encargo de impulsar la transición hacia un nuevo modelo de gestión de agua que garantice la suficiencia hídrica generando nuevos recursos y sin depender de la lluvia. ¿Qué ha hecho al respecto en estos primeros meses y qué proyectos hay a medio plazo?
- Tenemos una hoja de ruta. Y monitorizamos que todas estas actuaciones puedan ser una realidad cuando está planeado que así sea. Las dos desalinizadoras previstas para 2028 ya tienen autorización ambiental, está a punto de cerrarse la financiación y estamos trabajando con Red Eléctrica para la energía eléctrica; el Área Metropolitana de Barcelona tiene el encargo de hacer los estudios previos para la generación del Besòs; la potabilizadora de Montcada se licitará este año y funcionará dentro de tres… Estamos sobre cronograma.
- En el caso de las depuradoras, mucha del agua depurada termina en el mar. ¿Es posible reaprovecharla de algún modo?
- Generan unos 600 hectómetros cúbicos al año, casi la capacidad de los embalses de las cuencas internas. El objetivo es reaprovecharla toda, y no tiene que ser necesariamente para uso de boca, sino ambiental, recarga de acuíferos, usos industriales… El polígono de Tarragona utiliza un 20% de agua regenerada procedente de la depuradora de Vila-seca, con previsiones de aumentar estos caudales hasta el 40% del total.
- ¿Se han inspirado en sistemas de otros países más expuestos a la escasez de lluvias para combatir los episodios de sequía?
- Al contrario. Cataluña puede sacar pecho de esta apuesta por la regeneración. De hecho, estamos recibiendo delegaciones internacionales para conocer este sistema, desde Israel a California, pasando por Corea, Canadá, Francia, Sudamérica y hasta Australia. Es una experiencia de éxito. Ahora bien, por cuestiones sanitarias, en Europa no se permite la reutilización directa, así que la cogemos, la llevamos a los ríos y la volvemos a captar. Esto es un trabajo conjunto de la Agència Catalana de l’Aigua (ACA) y el Departamento de Salud.
- ¿La falta de presupuestos puede retrasar alguna de estas inversiones?
- En este momento, nada de lo previsto está afectado por esta situación de falta de presupuestos. Hay presupuestos que nos vienen de Europa, Next Generation, Feder, presupuestos del Estado, Área Metropolitana, y los que son nuestros los hemos podido aplicar en este momento. Pero, como todo, si dura mucho… estamos buscando otras fuentes de financiación.
- Menciona a Europa.
- En Europa se nota mucho menos la escasez de agua, y cuando da fondos para la resiliencia hídrica, se olvida de la regeneración y la desalinización. Nosotros les decimos que trabajamos para una eficiencia con el agua sobre la demanda, y que los fondos deben contemplar ayudas a estos sistemas. Un dato: la población de Cataluña ha aumentado en dos millones este siglo, pero se consume un 7% menos de agua que hace 25 años. También trabajamos en España para armonizar la gestión de las cuencas internas –competencia catalana– y las compartidas. Esto es la transición hídrica: unir territorio, armonizar usos y garantizar agua a futuro. Tenemos esa mirada transversal.

Concha Zorrilla enumera algunas de las actuaciones al frente de Transición Hídrica Barcelona
- Una de las cuestiones más polémicas en la época de sequía era que, mientras se pedían esfuerzos a ciudadanos y, sobre todo, al campo, había numerosas fugas. Sé que depende de los municipios, pero ¿cómo está la situación?
- Hemos dado por primera vez subvenciones –130 millones en 700 ayudas– a la mejora del agua en baja, que es competencia de los ayuntamientos. Estas fugas se evidenciaron durante la sequía y creímos que, antes que poner sanciones, debíamos dar ayudas para repararlas. Ganaremos 25 hectómetros cúbicos de agua al año.
- ¿Cuándo está previsto que esté todo reparado?
- Tienen hasta octubre del año que viene. Pero debo decir que la red del área metropolitana es eficiente. Los municipios con pérdidas suelen ser los pequeños, porque carecen de capacidad inversora. La Diputación de Barcelona también colabora con una cantidad similar. Y todos estamos trabajando para hacer del ciclo del agua un ciclo entero.
- Una pregunta para aclararme. Su cargo es de nueva creación, pero no aparece en ningún canal público, más allá de la nota de la Generalitat en la que se comunicaba su nombramiento. Quiero entender cuál es exactamente su función y qué aportará que no estuviera haciendo hasta ahora la ACA.
- Lo que aportaré será una coordinación mayor y abrir la política del agua. Ahora trabajamos conjuntamente con ATL (Ens d’Abastament d’Aigua Ter-Llobregat), con áreas metropolitanas, con operadores… no es que no se trabajara, pero aportas que te distancias del foco y puedes impulsar actuaciones territorialmente más amplias. La ACA se había focalizado en la demanda de uso de boca y actividades económicas; la idea es integrar la parte de la agricultura y, en el medio plazo, impulsar una ley de transición hídrica.
- Volviendo a mi pregunta, ¿está previsto que haya alguna web de Transición Hídrica?
- No. En este momento no forma parte de mis oraciones. Estamos trabajando. Formamos parte de la secretaría de transición ecológica.
- Me sorprende que un cargo como el suyo no esté anunciado en algún lugar oficial.
- Porque es nuevo, está en construcción. Las cosas son claras. Se hace mucho trabajo. Estoy contenta de los resultados en general. Pero está en construcción. Seguramente hay que montar la web, la estructura… ya lo haremos.
- Por último, usted ha trabajado en instituciones públicas y en empresas privadas. De hecho, proviene de Veolia, una posición que ha generado algunas críticas por posible conflicto de intereses. Saber que hay gente que la mira con lupa por esta situación, ¿le afecta a su modo de trabajar?
- Soy opaca. No tengo redes sociales. Nada. No lo sé.
- Pero entiende que pueda haber alguien que pueda pensar mal.
- Sí, pero es que se me olvida. A veces lo sé porque alguien me lo dice. El Govern me ha nombrado conociendo esta trayectoria. Y tengo encuentros previstos con los críticos. Las políticas del agua afectan a todos los ámbitos. No tengo ningún problema.