Jéssica Albiach (Comuns), Salvador Illa (PSC), Oriol Junqueras (ERC), Laia Estrada (CUP)
Illa abraza la nueva mayoría progresista del Parlament
Los socialistas celebran el cambio de postura de la CUP, abierta a tender puentes con el Govern en "carpetas clave" como vivienda, lengua o transporte
La capacidad de llegar a acuerdos, paralela al compromiso de Illa con sus pactos de investidura, juega a favor del Ejecutivo, que se define como "dialogante y transversal"
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El acuerdo para regular los alquileres temporales entre el Govern, ERC, los Comuns y la CUP sienta un precedente inédito en la presente legislatura.
Los anticapitalistas han pasado de vetar al Ejecutivo a convertirse en potenciales socios de Salvador Illa, que ya no se sirve de la expresión "bloque de investidura" y ahora se apoya en una mayoría progresista más amplia, que incluye a la CUP, que ayer votó conjuntamente por primera vez en el Parlament de Cataluña.
El presidente de la Generalitat, Salvador Illa, en el Parlament de Cataluña
Los socialistas no han tenido fácil lograr cierta estabilidad parlamentaria en su regreso a la Generalitat, que parece en este momento más sólida que nunca desde la investidura del exministro de Sanidad el pasado 8 de agosto.
Las exigencias de ERC y Comuns para apoyarle el pasado verano fueron ambiciosas, pero Illa está consiguiendo mantener satisfechos a unos socios que recuerdan sin tregua que "los pactos de investidura no son pactos de legislatura". Y abrirse, además, a explorar nuevas alianzas a su derecha, aunque por ahora sin éxito.
La CUP asegura que se trata de algo “puntual”
El recorrido del "idilio" entre el PSC y la CUP es, por ahora, incierto. Illa se mantiene en el "cuantos más, mejor", y los anticapitalistas insisten en que el acuerdo en materia de vivienda es algo "puntual", motivado por las "condiciones". "Es el Govern quien se ha movido, no nosotros", añaden desde la formación.
Las presiones en el seno de la CUP no son pocas, pues un sector del partido desprecia el "perdón" de su grupo parlamentario a “los del 155”, con quienes no se podía ir "ni a la vuelta de la esquina".
Otra facción de los anticapitalistas, liderada por la comitiva en el Parlament y temerosa de caer en la irrelevancia que le auguran las encuestas, defiende la vía de la negociación, al menos, en cuestiones "clave".
Diputados de la CUP, en el Parlament
Lengua y transporte, "posibles puntos de encuentro"
El Govern y la CUP podrían encontrarse con relativa facilidad, más allá de la carpeta de vivienda, en asuntos relativos a la lengua catalana y a la movilidad, según advierten desde la formación anticapitalista, pero también hay puntos en común en materias como educación, medioambiente o igualdad.
Por lo pronto, ambas partes podrían volver a sentarse a negociar los suplementos de crédito que darán respuesta a "la guerra arancelaria", aunque las posturas están bastante alejadas en esta materia. "La diferencia de modelos es abismal", aseguró en sede parlamentaria, de hecho, el propio Illa.
La consellera de Territorio, Vivienda y Transición Ecológica de la Generalitat, Sílvia Paneque (c), durante la sesión de control en el pleno del Parlament, celebrada este miércoles
Para el Govern, en cualquier caso, el acercamiento es una buena noticia, fortalece la tesis de que el Ejecutivo "apuesta por el diálogo, la transversalidad y la negociación con las distintas formaciones políticas", y suma "diagnósticos constructivos desde la izquierda".
ERC y los Comuns, por su parte, celebran que "las fuerzas progresistas catalanas dialoguen y lleguen a acuerdos". Según la formación de Jéssica Albiach, la mayoría progresista que Illa está decidido a abrazar es "la mejor fórmula posible".
Junts, distraído con Orriols, se opone al "eje izquierdista"
Hubo voces que apuntaron que, tras los pactos de investidura “progresistas”, sería la “sociovergencia” clásica la que daría continuidad al mandato.
Nada más lejos de la realidad: Illa se ha hecho fuerte y Junts, todavía sin líder en el Parlament, parece obcecado en su particular contienda con Aliança Catalana, que le birlaría un buen puñado de escaños según el Centre d’Estudis d’Opinió (CEO). Esto mantiene distraída a la formación, que ejerce una oposición poco lúcida y evita llegar a grandes acuerdos con el Ejecutivo.
La diputada de Aliança Catalana, Silvia Orriols, durante una sesión de control al Govern, en el Parlament, a 26 de febrero de 2025
En la sesión plenaria del miércoles, el portavoz del partido de Carles Puigdemont, Albert Batet, volvió a cargar contra el Govern, concretamente pidiendo el cese de la consellera de Territorio, Vivienda y Transición Ecológica, Sílvia Paneque, artífice del acuerdo para regular los alquileres de temporada del que los posconvergentes, una vez más, se han quedado fuera.
