Un juzgado de Vic investiga a Josep Maria Tost (Junts), antiguo director de la Agencia de Residuos de Cataluña (2011-2021), por un presunto caso de traslado irregular de residuos entre dos vertederos situados en el municipio de Seva (Osona). De hecho, hace unos días y por orden de la justicia, la Guardia Civil registró uno de los vertederos y un local en la población de Aiguafreda. Numerosos vecinos y plataformas medioambientales han ido advirtiendo del movimiento de materiales peligrosos.
Desde el 2003 hasta la actualidad, los vecinos más cercanos a los vertederos han ido denunciando las molestias por el constante tránsito de camiones y los olores. En 2017, informes técnicos de la Generalitat apuntaron que la montaña de residuos tenía un desplazamiento de dos centímetros mensuales.
Hace cuatro años, a raíz del temporal Gloria, unas filtraciones de residuos contaminados provocaron episodios de mareos a trabajadores de los vertederos y, a la vez, la materia contaminante llegó a un río.
Barcelona y sus alrededores incumplen los objetivos de la UE
En otro orden, sin dejar el ámbito de los residuos, recientemente se ha dado a conocer que, en 2023, la población del área metropolitana de Barcelona generó 1.040.000 toneladas de residuos, el 40% de los cuales (577.278 toneladas) se recogieron de forma selectiva, una cifra que ha crecido un 0,7% respecto al 2022, pero que aún queda lejos del objetivo marcado por la Unión Europea (UE).
Según un informe del Área Metropolitana de Barcelona, el índice global de recogida selectiva de la metrópolis de Barcelona se encuentra en el 40%, 15 puntos por debajo del objetivo que la UE marca para 2025, según el ente metropolitano.
De los 36 municipios metropolitanos, en 2023 solamente nueve han llegado al objetivo del 55% de recogida selectiva que marca la UE: Begues, Castellbisbal, Corbera de Llobregat, El Papiol, Ripollet, Sant Just Desvern, Santa Coloma de Cervelló, Torrelles de Llobregat y Tiana, lista a la que se suman los barrios barceloneses de Sarrià y Sant Andreu de Palomar.