El expresidente de la Generalitat Carles Puigdemont telefoneó a Salvador Illa tras la investidura del socialista como nuevo president. Ocurrió en el marco de unas jornadas tensas, marcadas precisamente por el breve regreso a Barcelona del líder de Junts y su segunda fuga de España.
Las relaciones entre ambos eran inexistentes. Nunca habían hablado antes de las elecciones del 12 de mayo, en las que el PSC de Illa ganó con claridad sobre la segunda fuerza, que lideraba Puigdemont. Sin embargo, en los últimos meses se ha producido un pequeño acercamiento entre ambos.
Cortesía y pequeño acercamiento
Fue Puigdemont quien, después de amenazar con dinamitar la investidura de Illa con su regreso a Barcelona con el riesgo de su detención --pesa sobre él una orden de arresto como principal líder del procés--, descolgó el teléfono para hablar con el nuevo president como gesto de cortesía. Y también como contexto de aproximación entre los dos partidos que lideran.
De todos modos, nunca se han visto aún cara a cara, informa El Periódico. Y es que, cuando Illa cogió las riendas del PSC, Puigdemont ya moraba en Waterloo, huido de la justicia española. De hecho, el dos veces prófugo había evitado hasta ahora tener interlocución con el PSC, pues sus intereses pasaban por Madrid y la negociación de la amnistía.
Sin atisbos de reunión
Aunque nunca habían hablado directamente, Salvador Illa sí mantenía relación con otros dirigentes de la neoconvergencia, como Albert Batet, actual líder del partido en el Parlament. Desde que es presidente, Illa evita hablar del affaire Puigdemont, y su único mensaje ha sido reclamar la aplicación de la amnistía.
Lo que sí está descartado, por ahora, es un tête à tête entre el president y el líder de la oposición en Waterloo. Illa sí se ha reunido, en cambio, con otros expresidentes de Cataluña, como Artur Mas, Quim Torra, Pere Aragonès, José Montilla y Jordi Pujol en el Palau de la Generalitat.