La reciente petición de Quim Torra, instando a Carles Puigdemont a reflexionar sobre su continuidad en política, caerá en saco roto. Según han asegurado dirigentes de la formación a Crónica Global, las palabras del expresidente de la Generalitat --quien ha pasado a la historia por su inhabilitación tras colgar una pancarta-- no tendrán “ningún efecto” en el fugado. Es más, el congreso que celebrará Junts en octubre servirá para afianzar su liderazgo y dar carpetazo a la etapa de Laura Borràs.
"Puigdemont no se irá", han declarado fuentes cercanas al partido, que subrayan que, en el cónclave que previsiblemente tendrá lugar en Calella (Barcelona --según ha avanzado Efe--, Puigdemont reafirmará su papel en la primera línea política. Incluso sin estar presente. Según estas voces, el fugado por partida doble utilizará el evento para justificar, una vez más, su incumplimiento de la promesa de abandonar la política, tras no haber alcanzado sus objetivos principales.
Puigdemont, “dique de contención entre sectores”
Dentro del partido, son muchos los que consideran que el tiempo de Puigdemont ya ha pasado, aunque reconocen que su figura es clave para mantener la cohesión interna. "Sin él, habría una catarsis", afirman, destacando que el expresident es visto como el único capaz de mantener el orden entre los distintos sectores de la formación. “Es el dique de contención”, asumen renunciando a peligrosas alteraciones del statu quo.
Por su parte, el secretario general, Jordi Turull, presentó el congreso como una oportunidad para “liderar la recomposición del independentismo”. Pero nada más lejos de la realidad. Y es que este objetivo es “imposible” de alcanzar en el corto y medio plazo por la deteriorada relación que los neoconvergentes mantienen con ERC.
La diferencia entre Puigdemont y Junqueras
Se espera que Puigdemont sea propuesto como presidente del partido en sustitución de Laura Borràs, que podría acabar obteniendo una de las vicepresidencias como premio de consolación. Nadie “se atreverá” a cuestionar su continuidad, más allá de algunas “peticiones de autocrítica” que le harán llegar aquellos que consideran que Junts debe volver a ser una fuerza de influencia en las instituciones catalanas.
Esta situación contrasta fuertemente con la de su principal rival, Oriol Junqueras, quien podría enfrentar desafíos internos tras varios fracasos electorales que han debilitado su liderazgo dentro de ERC. Algunos dirigentes republicanos, entre los cuales se encuentran Laura Vilagrà o Raquel Sans, perfilan una candidatura alternativa que dé paso a la renovación de la cúpula y que entierre la etapa de Junqueras. Pero no las tienen todas consigo, debido al enorme predicamento de Junqueras en amplias capas de la militancia. Especialmente, tras su paso por prisión.
En definitiva, mientras que la voz de Torra parece no tener peso en las decisiones de Puigdemont, este último se perfila para seguir siendo una figura clave no solo al frente de Junts, sino como uno de los líderes morales del independentismo catalán, pese a las críticas y dudas internas que, algunos cuadros de Junts, solo expresan en privado.