Las elecciones catalanas del 12M abrieron un nuevo ciclo político en Cataluña con la victoria en votos y escaños del PSC de Salvador Illa y Junts desplazando a ERC como fuerza hegemónica del independentismo. Pese a ello, los 20 diputados de los republicanos son clave para evitar unos segundos comicios votando a favor de la investidura del socialista.
Es el “acuerdo razonable” que defiende el sector junquerista del partido, enfrentado a la dirección de una Marta Rovira que ya afila los cuchillos contra el portavoz del Congreso Gabriel Rufián con un único objetivo: debilitar a Oriol Junqueras ante el próximo congreso.
Rovira pilota el partido
Rovira -que anunció que dejaría el cargo tras el cónclave republicano fijado para noviembre- ha abogado por “nuevos liderazgos”, pero sigue controlando el partido con mano de hierro total en el actual periodo de transición. Prueba de ello es cómo ha influido para movilizar en masa a la militancia en contra de una coalición con el alcalde Jaume Collboni (PSC), hasta tal punto que hubo de suspenderse la votación por “problemas de aforo”, según justificó el partido.
También precipitó un acuerdo con Junts para hacer presidente del Parlament a Josep Rull, bajándose en el último momento de un pacto entre PSC, ERC y Comunes para que los republicanos se hicieran con la segunda autoridad de Cataluña y pilotaran la Mesa. Su relación con su homólogo de Junts, Jordi Turull, es “excelente”, así como con el también fugado Carles Puigdemont. Razón de más para que esté allanando el terreno a resucitar una lista unitaria Junts-ERC al estilo Junts pel Sí en caso de que se repitan las elecciones.
Acabar con la influencia de Rufián
La “administración interna” de ERC que tenía que llevar a cabo Rovira hasta el próximo congreso ha derivado en un “cesarismo total” que aprovecha el vacío de poder dejado tras la marcha de un conciliador Pere Aragonès para “aplastar” al sector junquerista. Las razones son de “pura estrategia”, y no tanto por cuestiones ideológicas, si bien es evidente que en la dirección de Rovira el pacto con el PSC produce más “vértigo” que entre el sector de Junqueras. Uno de los objetivos que se ha marcado la dirección de Rovira es acabar con la influencia de Gabriel Rufián, una de las caras más visibles del partido, aprovechando la “ausencia” de su principal protector: Oriol Junqueras.
Fuentes del partido atribuyen al exvicepresidente del Govern la operación fallida de situar a Rufián en las elecciones municipales de Santa Coloma de Gramenet con el objetivo de intentar desgastar a la socialista Núria Parlon, así como a los alcaldes socialistas del área metropolitana. Su campaña fue un fracaso y Parlon, que si hay Govern de Salvador Illa se convertirá en consellera de Interior, salió reforzada de aquel combate dejando “muy tocada” a ERC.
Críticas al portavoz de ERC en el Congreso
Desde entonces, hay dirigentes del partido que “se han movido” para ir debilitando la figura del portavoz de ERC en el Congreso, poniendo énfasis en la “catástrofe” de sus resultados en Santa Coloma e incluso dando la razón “con deslealtad” a quienes le critican desde el independentismo más radical por no hacer suficiente uso del catalán en el Congreso, recuerdan las mismas voces.
Todo ello con la intención de relevarlo como portavoz en la Cámara Baja: una posición muy codiciada por la gran visibilidad que otorga en estos momentos. Para fuentes republicanas, el recado de Rovira de buscar “nuevos liderazgos” también va por Rufián, a quien podrían descabalgar aprovechando los cambios que se producirán en el partido en los próximos meses.
Junqueras y otros miembros ‘influyentes’
Jugará en contra un Oriol Junqueras que, en estos momentos, hace campaña con el apoyo de personas de confianza para recuperar la presidencia del partido en noviembre y, de paso, hacer pedagogía para no “bloquear” la investidura de Illa y sufrir un nuevo descalabro si se repiten las elecciones.
Otros dirigentes de su familia política, como Joan Tardà, hacen dicha pedagogía en público. “Nuevas elecciones, menos escaños para ERC”, afirmaba este viernes en la red social X, deslizando que su partido podría obligar al PSC a pactar la “financiación singular” y "proteger" la lengua catalana en lugar de “suicidarse” en otros comicios.
No lo tendrán fácil, pues la secretaria general Marta Rovira no sólo tiene importantes apoyos dentro del partido, sino que cuenta con la complicidad de los poderosos Puigdemont y Turull, que presionan a ERC para que haga seguidismo de Junts en un verano que será crucial para decidir el futuro de Cataluña.