Evitar que el PSC llegue a la presidencia de la Generalitat. Es el objetivo del recién elegido presidente de la Assemblea Nacional Catalana (ANC), Lluís Llach, que no hace ni una semana que ha optado al cargo, pero ya quiere influir en la política catalana.
Concretamente, busca marcar el camino de una Esquerra Republicana que tiene en sus manos elegir entre una Mesa del Parlament formada por una mayoría independentista o una que represente la pluralidad de fuerzas políticas con representación parlamentaria tras las elecciones del 12 de mayo. Pero no es el único papel importante que tendrán los republicanos en los próximos días. También deberán decidir entre dos opciones.
La primera, si quieren dar su visto bueno a la investidura de Carles Puigdemont aunque acabe fracasando, ya que no tiene los números y sólo busca mantener la iniciativa y enterrar su promesa de abandonar la política. Para que saliera adelante, necesita la abstención del PSC, que ya ha rechazado dar apoyo a su principal adversario electoral. La segunda opción es la de facilitar la investidura de Salvador Illa y evitar segundas elecciones.
ERC, acostumbrada a ser tildada de 'botiflers'
Esta última es la que podría garantizar a los republicanos una cuota importante de poder institucional en el sottogoverno de la Administración, además de influir en las políticas públicas del futuro gobierno de la Generalitat a través del Parlament. Sin embargo, también tendría que lidiar con presiones de unos colectivos independentistas que ya le tildaban de botiflers desde que empezó a negociar con el Gobierno de España.
Ni siquiera los indultos a los líderes del procés encarcelados por el 1-O –entre los cuales estaban Oriol Junqueras y Jordi Turull- lograron desactivar las críticas por parte de entidades como la ANC.
La ANC quiere recuperar su papel de lobi
La organización ha elegido a su presidente, vicepresidenta, secretaria y tesorero, y se encuentra en proceso de “acabar de cerrar la estructura interna”. Sin embargo, ya se han permitido volver a actuar como lobi de unos partidos independentistas que se encuentran en negociaciones para la conformación de la Cámara autonómica y la posterior investidura.
Según las fuentes consultadas por este medio, la máxima obsesión de sus dirigentes es “evitar que el PSC llegue a la presidencia de la Generalitat”.
Mejor una repetición electoral
Para ello, no dudarán en presionar a ERC para que den la espalda a Salvador Illa, aunque ello implique una repetición electoral que, casi con toda probabilidad, sería un tiro en el pie para los republicanos tras hundirse con 20 escaños y ser apeados de la Generalitat y de su posición hegemónica en el independentismo.
“Desde la ANC no se presionará para hacer a Puigdemont president, sino para que haya un acuerdo para un gobierno independentista”, incluso con una lista unitaria si es necesario.
Avisan a ERC: habrá consecuencias
Consideran que hacer president al socialista sería “tirar el procés de independencia por la borda”, lo que traería “consecuencias” para ERC. Entre ellas, vaticinan que las relaciones con la entidad quedarían más tocadas de lo que ya están. “Supondría la ruptura total”, avisan los mismos que son conscientes de que la ANC ya no es lo que era.
Y es que, con el paso de los años, su poder de influencia en el independentismo ha ido menguando, al mismo tiempo que dicho movimiento se ha ido desmovilizando y desinflando. Que ERC logre o no hacer oídos sordos a quienes ya llevan años censurando su estrategia, es otra historia.