Es un día "histórico". Así se ha referido el candidato de Junts, Carles Puigdemont, a la aprobación de la ley de amnistía este jueves en el Congreso de los Diputados. Ha sacado pecho de haber forzado al Gobierno de Pedro Sánchez a corregir el "error" de encausarle.
"No es el único en la larga lista de errores cometidos en relación a las demandas del pueblo de Cataluña", ha espetado el fugado en un breve discurso en el que no ha mencionado explícitamente la exigencia de un referéndum de autodeterminación, como sí ha hecho su rival de Esquerra Republicana, el president de la Generalitat en funciones Pere Aragonès.
Condición para la investidura de Sánchez
Con la aprobación de la norma da por cumplida la primera condición que puso Junts para votar a favor a la investidura de Sánchez tras las elecciones generales del 23 de julio de 2023. "Era imprescindible corregirlo para poder negociar desde igualdad de condiciones y sin la amenaza de la represión", ha asegurado.
Por otro lado, ha vaticinado que el camino que se inicia hoy no será fácil, "comenzando por la aplicación de la ley". Una vez superado el debate en la Cámara Baja, entrará en vigor caundo se publique en el Boletín Oficial del Estado (BOE), si bien queda en manos de los jueces que podrían paralizarla.
"Hay que aprovechar las oportunidades"
En una declaración institucional desde Waterloo (Bruselas) --donde lleva fugado más de seis años-- Puigdemont ha presumido de haber arrancado a los socialistas esta medida de gracia, "la primera en más de 45 años que se concede por razones políticas". Asimismo, ha recordado que hace un año el PSOE negaba por activa y por pasiva conceder la amnistía a los independentistas por los hechos ocurridos el 1-O.
Tirando de victimismo, ha asegurado: "Esto nos enseña que, aunque nos cueste, hay que mantener la posición y aprovechar las oportunidades". De este modo, el fugado busca capitalizar el debate y atribuirse el mérito de haber arrancado esta medida de gracia a Sánchez ante unos republicanos que habían exigido un precio demasiado bajo. Es decir, escenificar por enésima vez que Junts es un partido mucho más fuerte para apretar a los gobiernos de Madrid y seguir avanzando en una hoja de ruta independentista que lleva años en punto muerto.