La cabeza de lista de la CUP el 12 de mayo, Laia Estrada, ha explicado que se reunirá con Carles Puigdemont a lo largo de la semana para abordar posibles pactos en clave independentista en el Parlament que se constituirá el 10 de junio. Acuerdos que pasen tanto por la voluntad del líder de Junts fugado de la justicia de presentarse a la investidura como para dar forma a una mesa “que defienda la soberanía del Parlament”.
Los antisistema, que se dejaron cinco escaños en los comicios y se quedan con un grupo de tan sólo cuatro diputados, señalan que existe una fórmula “para avanzar hacia la independencia” en la próxima legislatura. Puigdemont se tendría que hacer con el apoyo directo de ERC y la CUP y con la abstención del PSC. Cabe recordar que los socialistas catalanes han negado de frente este escenario.
Estrada ha declinado dar detalles sobre los temas que se abordarán en el encuentro y los términos que se han abordado hasta la fecha. Ha justificado que no era el momento de hacerlo para “no generar falsas expectativas”.
Otros pactos en el Govern
En declaraciones en Café d’Idees, de La 2 y Ràdio 4, la política antisistema de Tarragona ha asegurado que, ante este escenario, el fugado debería “explicar a cambio de qué conseguiría la abstención” de los de Salvador Illa. “No nos cuadra”, ha manifestado, “podemos intentar entendernos si es para avanzar en nuestro proceso de independencia; si es para facilitar un Govern que consista en restituir la antigua Convergència y hacer política autonomista, no la facilitaremos”.
Ha cargado contra los socialistas, los ganadores de los comicios del 12M, a los que considera un partido “de derechas y españolista”. En cuanto a los otros pactos que pueden facilitar que Illa se convierta en el próximo presidente de la Generalitat, ha cargado contra la posibilidad de que ERC participara en la ecuación a favor del PSC –“sería una tomadura de pelo para sus votantes”-.
Repetición electoral
Con todo, ha reconocido que repetir las elecciones supone “una mala alternativa”. Especialmente para la CUP. Si en mayo se dejó 50.000 votos respecto a los comicios de hace tres años, desde la propia formación temen en que la debacle fuera mayor por la mayor polarización del proceso.