ERC no levanta el vuelo en la campaña electoral y continúa como tercer partido en la mayoría de encuestas. Pere Aragonès ha gobernado la mayor parte de la legislatura en solitario y protagonizado las negociaciones con el Gobierno de Pedro Sánchez hasta que, tras las elecciones generales de julio del año pasado, Junts pasó a ser también la llave de la gobernabilidad con sus siete diputados. Desde entonces, los republicanos han tenido dificultades para capitalizar con éxito sus negociaciones con el PSOE, sus medidas gubernamentales y, ahora, sus propuestas electorales. De ahí que, tras los comicios vascos, confíe en su alianza con Bildu para frenar su declive.
El planteamiento que existe entre personas cercanas a la dirección de ERC es que, si ellos se involucraron en las vascas, ahora esperan que Bildu les devuelva parte de su sacrificio. “Nosotros estuvimos a muerte ahí”, explican a Crónica Global fuentes que reivindican la generosidad del president en funciones para con la campaña vasca.
Bildu no frenaría las fugas de voto
La irrupción de Bildu en la campaña catalana no supondría un vuelco electoral y, difícilmente, frenaría las fugas de voto que podría estar sufriendo ERC en favor de otras fuerzas como Junts o el PSC. Pero podría ayudar a ofrecer un revulsivo a la campaña del president y poner de manifiesto que su proyecto tiene homólogos de éxito y también es a futuro. Un proyecto para una generación más joven, que reivindica la independencia a la par que se preocupa de los desafíos sociales pendientes.
Se desconoce si Pello Otxandiano, el candidato que ha llevado a Bildu a su récord histórico, tendrá algún papel en la campaña electoral de Aragonès. Pero fuentes republicanas esperan poder contar con su aliento para “asociarse” al éxito de la formación y representar que el “nacionalismo conservador” representado por PNV y Junts está “perdiendo fuelle ante el nacionalismo progresista” que representan ERC y su partido hermano en el País Vasco.
Mas-Colell, presente en campaña
Hace días tiraron de Andreu Mas-Colell, uno de los célebres consellers de Govern del partido en Cataluña, respetado por muchos tanto dentro como fuera de la política. Pero la realidad es que no existen muchos nombres de los que tirar más allá de Oriol Junqueras, quien ya aparece en los carteles electorales junto a Aragonès y se volcará en los restantes días de campaña para frenar el efecto Puigdemont.
Voces republicanas aseguran que “no sacarán muertos del armario” para hacer campaña, como consideran que sí está haciendo Junts al rescatar a Jordi Pujol para pedir el voto por el prófugo. Una decisión controvertida tras años de ostracismo por los escándalos de corrupción que han afectado tanto al expresident como a su familia.
“Pero todo es mentira: ni el PNV es Junts ni Bildu es ERC, ni tienen nada en común desde un punto de vista táctico, estratégico ni ideológico”, espetan quienes sostienen que Euskadi y Cataluña tienen lógicas muy diferentes pese a que una parte nada desdeñable de sus poblaciones compartan anhelos nacionalistas.
Las alianzas nacionalistas
El objetivo de ERC es explotar el eje futuro-pasado que, a su juicio, representan ERC-Bildu y Junts-PNV. No obstante, fuentes neoconvergentes no se dejarán impresionar por la irrupción de Bildu en campaña y restan importancia a la influencia de los partidos vascos, considerando que no hay similitudes a nivel estratégico e ideológico.
Con todo, habrá que ver si Aragonès logra generar un efecto Bildu en las elecciones catalanas del 12M y si, con ello, consigue darle la vuelta a las encuestas que pronostican que Junts le arrebataría la hegemonía del independentismo.