"En un lugar de La Mancha, de cuyo nombre no quiero acordarme..." Con esa frase empieza una de las obras más emblemáticas de la Literatura española en castellano, Don Quijote de La Mancha. Una novela del siglo XVI de reconocida fama mundial... y que desde determinados sectores del nacionalismo intentan apropiarse de forma estrambótica, atribuyéndole un falso origen catalán.
Esta teoría, sin base científica ni histórica, se basa en las suposiciones expuestas en un ensayo -en catalán- titulado En Quixot de les Garrigues a les Muntanyes de Prades de Miguel de Cervantes. Un libro presentado a finales del pasado marzo con el apoyo del polémico Institut Nova Història (INH) que, basándose en la tesis de que las distancias recorridas por El Quijote son imposibles de efectuar tal como las concibió el autor madrileño, teoriza con que en realidad su historia transcurrió en Cataluña. Y que su punto de partida fue La Pobla de Cérvoles, un municipio ubicado en Les Garrigues (Lérida).
Según el autor y el editor, Rafael Cervera Graell y Pere Coll, el mítico hidalgo literario pasó luego por otras poblaciones que nada tienen que ver con las que salen en el libro original. Así, sugieren que en su itinerario figuraron en realidad otras como Vilanova de Prades, Prades -donde ubican el hostal de Palomeque, lugar en el que Don Quijote pidió que lo armen caballero-, Fanera, Montral y el Picorandan en Capafonts (Tarragona).
Nova Història y la 'catalanidad' de Cervantes
No es la primera vez que ocurre algo así ya que, desde el Institut Nova Història y su entorno -el propio Pere Coll, médico de profesión, es uno de sus colaboradores- también le atribuyen desde hace años una catalanidad fake al propio Cervantes. Tanto que, según las estrafalarias teorías de esta entidad antaño subvencionada por la Generalitatt de Cataluña, se ha llegado a decir que en realidad el autor de Alcalá de Henares se llamaba Miquel Sirvent. Algo que también han hecho con otras muchas personalidades históricas, como Cristóbal Colón, William Shakespeare o Leonardo Da Vinci, que según el INH también fueron catalanes.
A pesar de su falta de rigor, dichas extravagantes tesis fueron recibidas en su día con entusiasmo por destacados dirigentes nacionalistas -entre ellos, políticos de ERC y la actual Junts-, y difundidas en ocasiones por TV3, que llegó a dedicar un documental a la supuesta catalanidad de Da Vinci.