La propuesta de financiación singular para Cataluña presentada esta semana por el president de la Generalitat, Pere Aragonès, y la consellera de Economía, Natàlia Mas, es una propuesta maximalista con "difícil encaje", o incluso nulo.
Según el nuevo modelo de la Generalitat, la administración catalana pasaría de recaudar el 9% de los impuestos a la totalidad, lo que representa unos ingresos potenciales de 52.000 millones de euros anuales, el doble que con el modelo de financiación actual.
Propuesta maximalista de difícil encaje
Preguntado por Europa Press, el abogado y presidente del Sindicato de Técnicos del Ministerio de Hacienda (Gestha), Carlos Cruzado, ha valorado que es una propuesta "difícil de encajar" en la Constitución, ya que Catalunya no comparte las características del País Vasco y Navarra, y cree que se necesita un acuerdo multilateral con el resto de territorios.
Antonia Monés, excatedrática de Economía que formó parte del comité de expertos para analizar la financiación autonómica en 2017, aunque considera que el nuevo modelo está poco desarrollado y le falta contexto, ha definido la propuesta como "absolutamente maximalista y que no tiene ninguna posibilidad de encaje".
El Estado deberá compensar la reducción de financiación para el resto de comunidades
Ante la reducción de la financiación disponible para el resto de comunidades, el catedrático de Economía de la UPF Oriol Amat ha dicho que debería ser el Estado "el que haga el esfuerzo" para compensarlo, y ha recordado que en los últimos años ha incrementado sus ingresos por encima de los de las autonomías.
Cruzado también afirma que es un proyecto económico propio de un Estado federal, que "hoy por hoy no es el modelo", y que el Gobierno no puede realizar una gestión individualizada en cada comunidad.
No es nuevo y recuerda al modelo propuesto por Artur Mas a Mariano Rajoy
Cruzado ha valorado que la propuesta no es nueva, sino que se trata del modelo que siempre ha defendido ERC y que ya planteó en el acuerdo de investidura de Sánchez, y ha opinado que responde a una lógica electoral. Para Monés, la propuesta responde a una lógica independentista y electoralista, además de ser "engañosa y victimizadora", ya que no es realista con las necesidades de los ciudadanos, según ella.
En paralelo, Amat ha explicado que es una propuesta "en línea con la de 2012". Se refiere a la propuesta que planteó en 2012 el entonces presidente Artur Mas al entonces presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, con la voluntad de plantear un pacto fiscal con el que Catalunya fuese capaz de administrar los recursos generados.
Para el presidente del Consell Assessor en Política Econòmica de Catalunya (Capec), Guillem López Casasnovas,, la propuesta de Aragonès, "es exactamente" lo que planteó Artur Mas, aunque la experta que analizó la financiación autonómica en 2017 cree que el modelo de Mas no planteaba tan concretamente la recaudación de impuestos.
Consenso sí, consenso no
Así las cosas, Monés ha indicado la necesidad de un consenso en el conjunto del Estado, a lo que Casasnovas discrepa.
Este experto considera que el Ejecutivo de Pedro Sánchez no necesita ningún consenso para aplicar la reforma, sino una mayoría que ya tiene, por lo que ha tachado de gran comedia la reacción del Gobierno: "Ojalá hacer la reforma por consenso, pero, si no se involucran, se puede hacer perfectamente".
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