A Pere Aragonès solo le falta un voto para sacar adelante los presupuestos de la Generalitat, la ley más importante de la legislatura para hacer frente a desafíos como la sequía, pero más aun para mantenerse en el poder durante el último año de mandato y alejar el fantasma del adelanto electoral. Si esta mañana todas las miradas estaban puestas en los comunes, que siguen enrocados en el no por el Hard Rock, ahora el foco lo tiene la diputada no adscrita Cristina Casol, quien ha anunciado que dará su voto a ERC.
De este modo, la neoconvergente se distancia más todavía del partido con el que accedió a la Cámara autonómica. Fue expulsada hace semanas tras denunciar acoso entre las filas de Junts y, por tanto, ya no debe mantener el mismo sentido de voto que sus excompañeros.
Por los problemas de Cataluña
"Hoy sufrimos una grave sequía, tenemos un problema grave también con la lengua, la educación o el transporte público", ha expresado Casol desde el atril del Parlament para justificar el anuncio que vendría después: votará sí a las cuentas de Pere Aragonès al considerar que Cataluña debe afrontar grandes desafíos, entre los cuales la escasez de agua que mantiene en emergencia al territorio.
Aunque su voto a favor no es suficiente para que se salven los presupuestos, lo cierto es que ponen todavía más presión a Aragonès, que ya solo necesita buscar un apoyo entre los distintos grupos parlamentarios. Por ahora, los comunes de Jéssica Albiach insisten en que no darán su brazo a torcer hasta que renuncie al Hard Rock, mientras que Junts ha dado un ultimátum a los republicanos: o se sientan a negociar in extremis y aceptan sus condiciones --entre las que se encuentran el impuesto de sucesiones-- o exigen elecciones.
Los riesgos de expulsar a una diputada
Pero a nadie se le escapa que el anuncio de Casol también es una venganza hacia Junts. Partido que, en los últimos meses, ha estado inmerso en una crisis interna no solo por sus guerras de poder, sino por varias denuncia de acoso entre sus filas. Casol fue expulsada de la formación después de que la Oficina de Igualdad del Parlament no tuviese pruebas de acoso machista y, desde entonces, pasó a ser diputada no adscrita.
La dirección de Junts ya era consciente de los riesgos que suponía expulsar a una de sus dirigentes a estas alturas de la legislatura. Y es que la formación perdería un voto, propiciando que Casol se alinease con ERC en algunas cuestiones. Así ha sido.
Con todo, a partir de las 15.30 horas se producirá la votación final a las enmiendas a la totalidad al proyecto de ley de presupuestos 2024. Habrá que ver si Aragonès será capaz de lograr un apoyo más que le permita salvar las cuentas... y a él.