Ya es oficial. El PSC y ERC han alcanzado un acuerdo para los presupuestos de la Generalitat de 2024, la ley más importante de la legislatura y más necesaria todavía ante la situación de emergencia por sequía. Para el líder de los socialistas y jefe de la oposición, Salvador Illa, su partido ha vuelto a hacer "política útil" y enfocada a resolver los problemas que tiene la autonomía.
El acuerdo se centra en cuatro prioridades: educación, vivienda, seguridad y lucha contra la sequía. Sin embargo, no hay ninguna referencia al Hard Rock, una de las condiciones que planteaba el PSC para apoyar las cuentas, pero que alejaba un posible pacto del Govern con los Comunes, que se oponen al proyecto al considerarlo un foco de adicciones y delincuencia.
"No compliquen más las cosas"
En una rueda de prensa este martes, Illa ha pedido al resto de fuerzas que tomen nota de este paso al frente del PSC y "no compliquen más las cosas", privando a la ciudadanía de "los recursos necesarios" para hacer frente a las consecuencias de la escasez de agua o a mejorar la calidad de la educación, que está a la cola de España tal y como apuntaron los desastrosos resultados PISA.
Por ello, ha hecho un llamamiento a la líder de En Comú Podem, Jéssica Albiach, que sigue apretando las tuercas con la excusa del Hard Rock. "Si el principal partido y ganador de las elecciones da este paso pensando en Cataluña, nos legitima a hacer un llamamiento a la responsabilidad y estar a la altura al resto de fuerzas", ha agregado.
Aun así, ha dejado claro que el entendimiento con el Govern en materia presupuestaria no implica un cambio de opinión, sino todo lo contrario. Sostiene que Cataluña ha perdido una década por culpa del procés y que Pere Aragonès mantiene un gobierno "débil", que se sostiene con 33 diputados tras el divorcio con Junts.
El juego de equilibrios de Aragonès
Por otro lado, cree que es al president de la Generalitat, Pere Aragonès, a quien le corresponde presionar a los comunes para que den su brazo a torcer con un Hard Rock al que el PSC no renuncia, si bien no aparece en el acuerdo alcanzado. "En sede parlamentaria el president dijo lo que dijo y en privado se me ha dicho lo mismo. Tengo confianza", ha agregado, tras asegurar que todo proyecto y toda actividad económica que se lleve a cabo en Cataluña está "sujeta" a las restricciones derivadas de la sequía.
De este modo, el republicano llevar a cabo un juego de equilibrios que ya fue posible en la negociación de las cuentas anteriores, si bien en esta ocasión el ejercicio se antoja más difícil al tratarse de un año electoral.