Manuel Milián Mestre, periodista y exdiputado del PP

Manuel Milián Mestre, periodista y exdiputado del PP Luis Miguel Añón Barcelona

Política

Manuel Milián Mestre: "Jamás entenderé el cambio sideral que dio Artur Mas. No era independentista"

El periodista y exdiputado del PP alerta sobre la decadencia económica de Cataluña y lamenta la pérdida del "patriotismo burgués"

19 febrero, 2024 00:00

Manuel Milián Mestre (Forcall, Castellón, 1943) conoce como pocos la historia y los entresijos de la política española del último medio siglo. Periodista y exdiputado del PP, se muestra preocupado por la actual situación tanto en Cataluña como en el conjunto de España. Tanto es así que, por ejemplo, expresa su convencimiento de que el actual presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, "nos lleva a una dictadura". Pero también alerta sobre la pérdida de pujanza económica de Cataluña y la caída general de nivel entre la clase política.

--Pregunta: Por empezar con Vargas Llosa: ¿cuándo se jodió España?
--Respuesta: España se jodió con dos personajes nefastos. Uno amigo mío y el otro, también. Uno es Mariano Rajoy, un hombre de una superficialidad asombrosa. Creo que es muy inteligente, tenía perfecta conciencia de lo que pasaba pero no se quería mojar. Por tanto, al no quererse mojar, seguía aquello de currant aquae, que corran las aguas y lo que sea, sonará. Rajoy cometió grandes errores. Uno de los mayores fue el tema que ahora se está destapando de la policía patriótica. Y otro grandísimo se produjo cuando al tomar una decisión grave, la aplicación del artículo 155 de la Constitución, no tuvo la previsión de futuro respecto a lo que podía dar lugar esta acción. No era prudente convocar elecciones al día siguiente, sino que debía esperar a que madurara la situación y cuando estuviera adecuadamente preparado el escenario, entonces dar el salto y hacer las elecciones. Cometió el error histórico de convocarlas de inmediato, con lo cual se pegó la gran castaña. El segundo personaje, que en este caso históricamente es anterior, es Zapatero. Comía casi todas las semanas con él y lo aconsejé en algunas cosas. Por ejemplo, me pidió que le hiciera la estrategia para conquistar la secretaría general de su partido. La clave que le di fue: cásate con los catalanes. Se casó con el PSC y ganó por los nueve votos del PSC. Tengo casi mala conciencia de este caso porque después lo que hizo no me gustó nada. No hay efecto sin causa. Ahora vemos los efectos de ambas causas: Rajoy y Zapatero. Y por lo tanto es entonces cuando se jode todo esto. Esa imprevisión venía heredada de una postura poco inteligente de Aznar, quien después de haber conseguido el pacto del Majestic, en el que estuve trabajando años con mucha discreción y connivencia de Jordi Pujol, cuando las encuestas le daban mayoría absoluta, rompió ese pacto. Estos errores son tan trascendentales que al final se pagan.
--Hablamos de un lado, ¿pero qué visión tiene de la voladura de Convergència, hoy reconvertida en Junts?
--Viví el nacimiento de Convergència desde el principio, porque tenía reuniones periódicas con Jordi Pujol cuando tenía el despacho de Banca Catalana en paseo de Gràcia. Con Pujol siempre he tenido puerta abierta, aún hoy. La perspectiva que tenía era una perspectiva de origen, que Fraga y yo apoyábamos. Pujol me financió con un millón de pesetas de la época la creación del Partido Popular, que nació en el Club Ágora en la calle Villarroel.
--O sea, desde Banca Catalana.
--Él tiene una carta mía autógrafa en la cual, cuando le montan el lío de Banca Catalana, le digo que me presto a ir a declarar para justificar esa cantidad. Por estas cosas doy la cara siempre. Con Pujol había una cosa muy importante, que a Fraga le gustaba mucho: el sentido de Estado. Y luego, sobre todo, la raíz de la identidad propia, no digo nacionalista. Como la tenía Fraga, que levantó el gallego en Galicia, lo impuso en las escuelas, etcétera. Ahí había una comunión entre los dos pensamientos. La filosofía de Jordi Pujol es primero reconocer la identidad y segundo, fer país. El tercer salto es el que él no dio, porque él estuvo construyendo país, eso es indiscutible. Creó riqueza y hoy tenemos muchas cosas que se hicieron gracias a la iniciativa de Banca Catalana y Banc Industrial de Catalunya, que era importante y nadie lo menciona. Hasta el año 2000, que es cuando rompo con Aznar y con el partido, tengo que decir que Pujol fue noble. No engañaba y no hablaba de independencia. Jamás. Hablaba de personalidad, de autogobierno, de potenciar el papel de Cataluña... Pero nunca en 40 años me habló de independencia.
--Otra cosa fueron sus sucesores.
--Ahí cambia. Todavía hace un año escaso, comiendo en mi casa, Pujol nos dijo rotundamente: "Jo no sóc independentista".
--Puede que Pujol siempre haya tenido esas prevenciones, pero el proceso que puso en marcha era muy fácil que mutara.
--Estoy de acuerdo en que después se descontroló. Pero se descontroló por el afán personalista y egoísta de ciertas personas de su entorno. Jamás entenderé el cambio sideral que dio Artur Mas. Porque Artur Mas no era independentista.
Manuel Milián Mestre, exdiputado del PP, en entrevista con 'Crónica Global'

Manuel Milián Mestre, exdiputado del PP, en entrevista con 'Crónica Global' Luis Miguel Añón Barcelona

--Se vio acosado por los recortes, la contestación social...
--Ahí otra torpeza de Rajoy. Si tienes una reunión con Mas en La Moncloa y le dices que no, no puedes dejarlo marchar. Que haga la rueda de prensa a tu lado. Es que lo de Rajoy es de aurora boreal. Fraga le tenía un absoluto desprecio a Rajoy. Lo cito textualmente en mi otro libro, Els ponts trencats: "Rajoy no será mi sucesor, porque siendo gallego, no habla el gallego y no gana las elecciones ni en su pueblo". Está publicado. Me he guardado muchas confidencias que poco a poco soltaré. Tanto de Fraga como de Tarradellas. Tarradellas lo que se está viviendo ahora no lo admitiría en la vida. "Mai més els fets d’octubre": me lo repetía como un sonsonete.
--Tarradellas salió escarmentado de la Guerra Civil. Porque estuvo con Companys, pero luego en el exilio reflexionó de verdad.
--Y tan escarmentado. Pero estuvo en eso, negándose a eso. Tarradellas a mí me contaba que en absoluto estaba de acuerdo con Companys. "Nosotros éramos ERC teníamos el poder y él lo dejó en manos de la FAI", esto me lo repetía constantemente. Ahora estoy trabajando en un libro sobre la verdadera operación Tarradellas. Te voy a dar una primicia: para que él volviera fue clave el CESID. Y lo voy a contar con nombres y apellidos, porque allí me metí a fondo. Tarradellas es el político pragmático más inteligente que he conocido. Fraga era un genio, pero como todos los genios su cabeza era la Enciclopedia Británica y aplicaba las fórmulas de la Enciclopedia Británica, no lo que veía. Por eso cometía errores a corto plazo.
--Tarradellas supo leer a su vuelta cómo era la sociedad catalana.
--Siempre. Y a mí me decía que no admitía para nada las barbaridades de Companys. Cuando uno tiene todo esto en su depósito y va viendo las cosas que se producen... Si no hay humo, no hay fuego. Por lo tanto, lo que ha ocurrido son cosas para mí de gran error de análisis y prospectiva. Artur Mas ha sido la consumación de todo eso. Y conste que es amigo mío.
--¿Y Puigdemont?
--Con Puigdemont hay una comunidad afín de origen. Yo soy de familia carlista del Maestrazgo, nada menos, y mi familia era católica, apostólica, romana y monárquica. Nací en el 43 en la posguerra y en la escuela primaria en Forcall me enseñaron a cantar no el Cara al Sol, sino Por Dios, por la patria y el rey lucharon nuestros padres, el Oriamendi. Puigdemont es carlista. Su abuelo era el jefe carlista del norte de Cataluña y por lo tanto allí hay una comunión en la perspectiva de origen. Pero yo no aceptaré nunca la ruptura de la legalidad ni del sistema democrático ni la independencia. No he sido nunca ni seré independentista. Soy patriota, otra cosa que la gente tampoco sabe distinguir. Una cosa es el nacionalismo y otra es el patriotismo. Doy la vida por lo que sea, pero no por la independencia ni por el nacionalismo, que siempre es excluyente, conflictivo y anticristiano.
--Esta última década han coincidido el quietismo de Rajoy con el desorden del independentismo. ¿Ahora cómo salimos de esta?
--De esta solo se sale con un pacto. Es la única manera, por la fuerza no se va a salir. Pero discrepo del pacto de la amnistía y del pacto de Sánchez, que es puro mercantilismo político. Creo que el pacto que debe hacerse es entre las fuerzas constitucionales del Congreso y hay que excluir los extremos. Porque aquí mucho hablar de Vox, pero nadie habla de los comunistas que llevan 100 millones de muertos. Allí está el Libro negro del comunismo. Si son unos radicales en un extremo, lo son también en el otro. Quiero que las fuerzas centrales pacten un estatus para Cataluña, porque es la única manera de resolver el problema de la plurinacionalidad. Otra frase de Tarradellas: “Es imposible 17 autonomías, 17 parlamentos y 17 administraciones. Esto es la ruina”. Era un profeta. Él tenía muy claro que había problemas en tres partes: País Vasco, Cataluña y Galicia. No postulaba una solución universal, sino una solución para esos tres problemas, pero jamás hubiese planteado la independencia.
--Ahora se hablará de nuevo de la financiación autonómica. ¿Cómo se puede resolver esta cuestión para que todas las comunidades se sientan satisfechas?
--Redistribución per cápita. No creo en absoluto que los territorios tengan derechos, pero las personas, sí. Cuánta gente tienes, tanto recibes.
El periodista y exdiputado del PP, Manuel Milián Mestre, en entrevista con 'Crónica Global'

El periodista y exdiputado del PP, Manuel Milián Mestre, en entrevista con 'Crónica Global' Luis Miguel Añón Barcelona

--Pero unos hablarán de despoblación, los canarios hablarán de insularidad...
--El problema de los canarios es peculiar, porque están abajo, en la mitad de África. Es la excepción, porque no ocurre así con Baleares. A mí, por ejemplo, la solución bávara no me espanta: tener un país libre asociado si realmente es leal. Porque en Alemania no podrías poner ni una coma a favor del independentismo de ningún land. Ahora, privilegios a lo vasco no los veo. Que haya un pacto que respete la historia, de acuerdo, pero que tengan tantos privilegios, no.
--Que al menos se calculen de forma justa y no cómo se hace ahora.
--Te voy a contar una anécdota que me contó Pujol. Pujol quedó con Suárez para comer y cuando llegó a la cita se encontró a Gutiérrez Mellado vestido de uniforme militar. "Éramos tres, no dos. Y me quedé muy sorprendido porque entendí el lenguaje de los hechos", me dijo. Suárez le dijo que no tenía claro los conceptos de nacionalidad y nación. Le dio este argumento: "Mira, Jordi, nosotros no tenemos el mismo problema con vosotros que con los vascos. Los vascos son el 9% del PIB español, mientras que vosotros sois el 20%. El 20% desestabiliza el presupuesto español si os damos el mismo trato". Pero le dijo que le daría una compensación: la plena soberanía sobre la lengua y cultura catalanas. Y Pujol me dijo que no tuvo más remedio que aceptarlo.
--A veces se ha dicho que Pujol no lo aceptó porque no quería la corresponsabilidad fiscal.
--Mentira. Esa no es la explicación que me dio Pujol.
--En cualquier caso, me quedo con su idea de la distribución per cápita para revisar la financiación autonómica.
--Los derechos son de las personas, no de los territorios. Teniendo en cuenta que los territorios se han integrado hace 500 años. Es la misma razón por la que no estoy de acuerdo con el nacionalismo catalán. ¿Quieren la independencia de Cataluña? Si la quieren será de toda la Corona de Aragón. Por tanto de Valencia, Aragón, Baleares... Los conceptos históricos son muy claros, y aquí hay una traslación de derechos que no se corresponde con la realidad.
--Le enumero algunas cuestiones de actualidad en Cataluña: malos resultados educativos, problemas de integración con la inmigración y problemas derivados de seguridad, pérdida de peso económico en el conjunto de España, falta de infraestructuras contra la sequía... ¿Qué está pasando?
--Cataluña era el motor de la economía española. A Cataluña venían los recursos humanos migratorios de Andalucía y ahora es a la inversa. Andalucía ya ha superado a Cataluña en superávit comercial. El problema está en la dinámica que se ha producido. Me gustaría que se hiciera un balance industrial y se vería el desastre.
--¿Cuándo empezó?
--He estudiado la burguesía catalana del siglo XIX en un libro. En ese libro estudié el salto espectacular que protagoniza la élite burguesa. Le guste o no le guste a la izquierda. A partir de este desarrollo la dinámica se proyecta hacia el siglo XX. Y en el siglo XX, hasta que no llegan los tiroteos de Barcelona, la barbaridad de la República... hasta que no llega ese desorden, Cataluña va prosperando. Después de la Guerra Civil, Cataluña disfruta una situación de privilegio, porque tiene prácticamente un monopolio industrial. España estaba destrozada, pero Cataluña pudo proteger muchas fábricas. Por ejemplo, la Seda. Los holandeses pactaron con Franco la intocabilidad de la fábrica de Barcelona y a cambio instalaron una fábrica de rayón, seda artificial, en Burgos, pese a que querían instalarla aquí. De esta dinámica, Cataluña salió beneficiada. Pero ahora esta dinámica se ha perturbado. Nos encontramos con una recesión económica real en Cataluña, se ha cerrado prácticamente todo el textil y la tecnología se ha transferido a China. Nissan se va, que la trajo Juan Echevarría. Lo que veo en este momento es decadencia, y me asombra que la gente no se dé cuenta de lo que ocurre en Cataluña.
--Una economía, la catalana, abocada a vivir del turismo y los servicios.
--Teníamos algunos bancos importantes. Coge el libro de Feliciano Baratech sobre Banca Catalana y ahí verás la historia de fracasos bancarios catalanes. Teníamos una Banca Catalana poderosa, una caixa que era la primera de España en aquel momento, el Banco Industrial de Catalunya, el Banco de Huesca, que era de mi amigo Santacreu... todo esto se ha ido diluyendo, y ahora los dos bancos importantes que quedaban, el Sabadell y la Caixa, se han ido a Valencia. No pueden volver porque no hay estabilidad política que garantice la seguridad jurídica en Cataluña. La dialéctica del problema la tengo muy clara, pero la ceguera de gran parte de los catalanes radicales... que no son la mayoría. El radicalismo independentista será el 20%, si me apuras un 25%. No pasa de ahí. La prueba la tienes en que el voto remite cuando se empiezan a percibir los efectos negativos de este proceso. Fíjate cómo ha bajado el independentismo en las últimas elecciones.
--Pero el voto se va a la abstención...
--O al PSC. Aquí hay un tema muy grave: el PSC no está cumpliendo el valor que le atribuye su votante. Illa ha hecho el ridículo últimamente cambiando en 48 horas de opinión por imposición de la Moncloa. Y yo lo admiro, pero esto es intolerable en un político. Mantenella y no enmendalla.
--El PSC está preso de una dinámica que es la que impone Sánchez, que para mantenerse en la Moncloa debe pactar con Bildu, ERC...
--Es que Sánchez nos lleva a una dictadura. Nos lleva a Venezuela.
--Tanto no sé. Estamos en la Unión Europea.
--Si no le paran los pies, nos llevan a Venezuela. Tengo mucha información de Venezuela: almirantes, generales, embajadores, Leopoldo López... Me han contado lo que hay ahí, e incluso los vínculos de Zapatero. Lo de España es una deriva peligrosísima.
--Volviendo a la amnistía. El tema del terrorismo: si se incluye en el perímetro de lo amnistiable, saben que el Tribunal de Justicia de la Unión Europea no puede aceptarlo.
--En esta fe quiero vivir, quiero creer que Europa es capaz de eso. Pero no lo tengo claro. Porque que alguien como Ursula von der Leyen, democristiana, esté tan enamorada de la maravilla española de Pedro Sánchez me escandaliza.
--¿Hay demasiados intereses en la política actualmente? ¿Demasiada mercadotecnia?
--En este momento es todo mercadotecnia y mercantilismo. La mercadotecnia sirve para ganar clientes, el mercantilismo, para ganar dinero. En general, la clase política no tiene talla para ostentar sus cargos. Son gente muy indocumentada. No me interesa ningún ministro, salvo uno: Jordi Hereu. Hereu es alguien serio y responsable. Pero que el gran negociador de Sánchez con el independentismo sea Santos Cerdán... respeto mucho a los camareros. En mi pueblo había un camarero que era muy sabio y al que hicieron jefe de servicios públicos. Pero el hecho de ser camarero no otorga a nadie un título de suficiencia para negociar la unidad de España.
--¿Y la sociedad civil? Porque los empresarios tampoco levantan la voz.
--No creo mucho en Garamendi, no tengo una fe especial. En estos momentos, el empresariado tiene un problema de liderazgo. Fíjate que quien ahora lidera el empresariado en Cataluña no es un empresario puro y duro, sino un político con participación empresarial. No es un desodoro ni una crítica, sino una realidad sociológica. Los empresarios están huyendo, se están escondiendo. Te hablo después de 40 años en Foment. Estoy terminando un libro sobre los últimos 70 años de Foment donde van a salir muchas cosas. El hecho de que en este momento se haya disminuido la potencialidad de la burguesía catalana es un hecho dramático. Coge el recuento: Celsa, Grifols, Freixenet, Codorniu, Titanlux... todas en manos extranjeras. He visto cómo han ido desapareciendo los empresarios de Cataluña y no me puedo creer lo que estoy viendo. China se ha enriquecido con la transferencia de tecnologías europeas y americanas. Esto lo he denunciado en el Congreso de los Diputados. Y hay empresas catalanas que se han transferido a Marruecos y que no amplían en Cataluña. ¿El patriotismo burgués dónde está?