El presidente de la Generalitat, Pere Aragonès ha pedido la palabra durante la sesión de control del Parlament para reconocer el fracaso sin paliativos del sistema educativo catalán tras los resultados obtenidos en las pruebas PISA.
El republicano ha decidido comparecer ante la cámara tras ocho días de silencio y ha asegurado que el gobierno ya era consciente de los problemas en las aulas catalanas. Pero ha minimizado las consecuencias. Según ha defendido en el Parlament, ya se han aplicado cambios para revertir las carencias en la formación en las futuras generaciones.
Convoca a todos los grupos
Igual que hizo la consejera de Educació, el president ha insistido en la necesidad del trabajo en equipo. Ha convocado a los presidentes de todos los grupos de la oposición a una reunión de trabajo la próxima semana.
Según el presidente, el objetivo del encuentro será el de "avanzar" en los acuerdos y compromisos que se adoptaron en el pleno monográfico de educación que se celebró en junio. "Dado que hay un amplísimo consenso, debe servir para ponernos a trabajar. Y hacerlo con rigurosidad y voluntad de acuerdo", ha destacado.
Esa fue la primera prueba de fuego para la consellera Simó tras relevar a Josep Gonzàlez-Cambray. Su antecesor se había ganado muchos enemigos entre la comunidad educativa y había roto puentes con los sindicatos por cuestiones como el avance del calendario escolar, el caos en las preinscripciones, la falta de plazas públicas o las huelgas de docentes, entre otras.
Un resultado que "no gusta"
Aragonès ha reconocido que "los resultados no nos gustan", porque "son malos", y por eso "pido la palabra", avanzando que no se trata de "poner excusas, sino de asumir la responsabilidad de la situación del sistema educativo". Esto, sin embargo, no es lo que el Govern transmitió al conocer los resultados de las pruebas Pisa llegando, incluso, a achacar el mal resultado a una sobrerrepresentación de alumnos inmigrantes.
"A nadie le ha cogido de sorpresa", ha dicho el presidente catalán, refiriéndose a las pruebas. Sin embargo, la buena noticia es que "tenemos identificadas las causas", reconociendo que hay una "necesidad de acuerdos, de abordar la mejora de las
competencias lingüísticas y de la gratuidad de la educación o de trabajar para acabar contra el acoso escolar", entre otras cuestiones.
A destiempo
Un mea culpa de Aragonès que no ha aplacado la crítica de una oposición que ha cargado contra el de Esquerra por guardar "casi diez días de silencio" tras conocerse el resultado de las pruebas.
Además, la mayoría de grupos han recriminado la falta de diálogo del Govern con la comunidad educativa, mientras la consellera Anna Simó habla de "hacer piña".
En busca de soluciones
"Hay que hacer cambios y cambios valientes", ha dicho el presidente, recordando que su gobierno ha dado uno de los pasos más importantes en este sentido, aumentado casi en un 20% el presupuesto en los últimos dos años.
Así, escuchando al conjunto de la comunidad educativa, "trabajaremos también por un incremento de plantillas, por la bajada de ratios, por el nuevo calendario escolar y la reducción de costes de material escolar", ha dicho.
Finalmente, Aragonès ha emplazado de nuevo al resto de formaciones advirtiendo que "es una prioridad del conjunto de la cámara" por lo que espera que en la "reunión de trabajo" se avance en estos compromisos "con evidencia, rigor y voluntad de acuerdo".