La Generalitat de Cataluña se personará como acusación particular en la causa por torturas al sindicalista Carles Vallejo, que fue detenido en la década de los 70 por la policía franquista y castigado durante 20 días en la comisaría de Via Laietana

Así lo ha confirmado este jueves la consellera de Justicia, Derechos y Memoria, Gemma Ubasart, tras conocer que la fiscalía ha pedido, por primera vez, a un juzgado de Barcelona que se investiguen las torturas durante el franquismo. También se ha pronunciado el president de la Generalitat, Pere Aragonès, que ha celebrado la decisión del Ministerio Público de admitir a trámite la querella de Vallejo. "Un paso más hacia la justicia, la reparación y contra la impunidad franquista", expresó a través de su cuenta de X, antes Twitter.

Un hecho sin precedentes

Este jueves la fiscalía de Barcelonaen coordinación con la Unidad Especializada de Derechos Humanos y Memoria Democrática de la Fiscalía General del Estado, ha pedido a un juzgado de la Ciudad Condal que investigue si en la comisaría de Via Laietana se cometieron crímenes contra la humanidad y torturas

Este hecho abre la puerta a indagar los crímenes que la Ley de Amnistía impedía esclarecer. Además, el Ministerio Público ha remarcado que la nueva Ley de Memoria Democrática, obliga al Estado no solo a garantizar el derecho a la justicia, sino también a la verdad y la reparación de las víctimas.

Seis policías identificados

La querella criminal en cuestión fue interpuesta en noviembre de 2022 por una decena de entidades memorialistas, que denunciaron a seis policías franquistas por torturas en la Jefatura Superior de Via Laietana de Barcelona: un comisario jefe, un comisario y cuatro inspectores de la Sexta Brigada Regional de Búsqueda Social.

Vallejo asegura que durante 20 días estos seis policías lo sometieron a constantes torturas y humillaciones por su militancia política y su actividad sindical. Sostiene que durante ese tiempo estuvo atado y encapuchado, que le propinaron golpes y patadas por todo el cuerpo y que llegaron a colocarle una bolsa en la cabeza para impedir que pudiese respirar. Todo, añade, con el objetivo de delatara a sus compañeros del sindicato. 

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