Es Xavi El Cocas, el ultra arrepentido de la plaza Artós de Barcelona, uno de los puntos focales de la extrema derecha en la capital catalana. El extremista ha encajado una condena de tres años y seis meses por apalear a un independentista después de una protesta contra la violencia que partió de la plaza sita en Sarrià en la que los non plus ultra se han citado en los últimos años. Y eso que Xavi pidió "perdón" a la víctima.
Como ha explicado este medio, el Juzgado de Instrucción 17 de Barcelona ha impuesto la misma condena a los cuatro participantes en la agresión, que tuvo lugar la noche del 17 de octubre de 2019 en Barcelona. Según detallan fuentes judiciales, el elemento que ha elevado la pena por lesiones agravadas es que los ultras llevaban palos y objetos contundentes, que se han considerado armas.
Hubo 'caza' por las dos partes
Los hechos pasaron la semana en la que los CDR incendiaron Barcelona en respuesta a las condenas del procés independentista en 2019. Pero no terminaron allí, pues tras la paliza al radical de signo contrario en el Eixample de Barcelona, por la que la Fiscalía de Delitos de Odio pedía cinco años, hubo más escaramuzas.
Independentistas y ultras de extrema derecha intercambiaron amenazas en las redes sociales y hasta hubo pintadas intimidatorias cerca de los domicilios de los implicados, cuyos rostros se difundieron en las redes sociales. A uno de ellos lo señalaron en la zona de Canyadó de Badalona (Barcelona). Fue la pospaliza que no salió en las noticias, pero que existió, al estar ambos bandos en plena ebullición.
Fue el único que pidió perdón
Uno de los condenados por aquellos hechos, y que también fue amenazado por los nacionalistas radicales, fue Xavi. El joven admitió participar en la lluvia de golpes al independentista, aunque durante el juicio le pidió "perdón". Fue el único de los cuatro implicados que optó por redimirse.
Eso sí, el joven aseguró que los contrarios les habían "arrojado piedras" y que él "es contrario a la violencia". No le ha servido para librarse de una pena idéntica a la que pedía la acusación particular, el Ayuntamiento de Barcelona: tres años, seis meses y un día. Por el contrario, la sala no ha apreciado pruebas para condenar por desórdenes públicos.
Amenazas, paliza y más amenazas
Los hechos enjuiciados se centraban en una concentración del llamado sector patriota convocada en la icónica plaza Artós de Barcelona contra la violencia de los CDR en octubre de 2019. Los militantes llamaron a los suyos y alertaron de que la protesta estaba amenazada por el independentismo. No fue así, la movilización fue pacífica, con conatos de pelea con la Brigada Móvil de los Mossos d'Esquadra que, también, terminaron en condenas menores, como explicó este medio.
No hubo rastro del signo contrario hasta que un grupo de los convocados se desplazó al Eixample de Barcelona. Es allí donde se produjo la paliza en la confluencia de las calles Rosselló y Balmes. Independentismo e izquierda política denunciaron cacería de los ultras. Éstos, que los CDR les habían arrojado piedras. Sea como fuere, los hechos fueron de una tensión y violencia no vista en años en Barcelona. Después del encontronazo, vinieron las amenazas a los hogares de los participantes.