El exconseller de Interior Joaquim Forn, indultado por el Gobierno de Pedro Sánchez tras ser condenado en el juicio del procés, avisa ahora de que “la amnistía no es el punto de llegada, sino el de partida”. Lo ha dicho en una entrevista en Catalunya Ràdio, ante las insinuaciones de que el PSOE podría aceptar la aprobación de una ley de amnistía a cambio de que Junts, controlado desde Watarloo por Carles Puigdemont, apoye la investidura de Sánchez.
En la misma línea, Forn ha aseverado que “es evidente que la amnistía no resuelve el conflicto político” entre el movimiento independentista y “el Estado”. Además, ha recordado que “el 1 de octubre la gente no fue a votar para la amnistía, sino para otra cosa”, en referencia a la secesión de Cataluña.
Las "agresiones" del 1-O
No obstante, sí ha pedido que, si se impulsa esa ley, esta debe ofrecer una “solución a los más de 4.000” represaliados que, según él, hay en el movimiento separatista catalán. Además, dice tener interés en “saber quién es el responsable” de las “agresiones a la ciudadanía” el 1-O, en referencia a las imágenes de algunos policías que trataron de impedir el referéndum ilegal ante la resistencia de los votantes. Por cierto, el Ministerio del Interior cifró en 431 los policías y guardias civiles heridos aquel día.
Por último, Forn cree que ERC y Junts deben negociar de la mano en Madrid “las cuestiones de país”, pues el independentismo será más fuerte si suma los siete diputados de cada uno de los partidos que si las formaciones van por separado. Aun así, a tres días de que se constituya la Mesa del Congreso ha declarado que “es mucho tiempo” y que “las personas que están haciendo la negociación están haciendo su trabajo”.